"Es un gran desafío y algo que le debo al país. El país ha sido conmigo generoso, he podido estudiar en la UBA, he tenido una carrera judicial bastante larga, entonces creo que si en este momento me ofrecen un cargo de semejante envergadura, y yo creo que se puede hacer algo por el país desde ese cargo, es una obligación como ciudadana, como persona que quiere a este país, colaborar para eso", decía la penalista en aquel entonces.
Nota publicada por Télam el 30 de diciembre de 2003.
La designada candidata a cubrir una vacante en la Corte Suprema de Justicia, la penalista Carmen Argibay, afirmó que no hubiera aceptado la propuesta del gobierno para formar parte del máximo tribunal de justicia del país, "si la intención" del presidente Néstor Kirchner fuera conformar "una Corte adicta" al Poder Ejecutivo Nacional (PEN).
La nominada jurista admitió que le "gustaría" que "otra mujer" ocupe el cargo que dejó vacante Eduardo Moliné O'Connor. "Hay que compensar, porque hasta ahora había mayoría de varones. Si queremos igualar un poquito, por lo menos los dos primeros cargos que hay ahora que sean mujeres", afirmó.
Argibay confirmó ayer por la mañana en declaraciones a Radio 10 que "el presidente" Kirchner le ofreció el cargo en la Corte para reemplazar al renunciante Guillermo López "en una reunión en la Casa de Gobierno" y que le dijo que "la intención no es formar una Corte adicta ni nada por el estilo, con lo cual -advirtió-, además conmigo no contaría, si esas fueran sus intensiones", enfatizó.
La abogada, egresada de la UBA, admitió que si el proceso de audiencias públicas sobre sus antecedentes se lo permite, le "gustaría terminar el juicio" que lleva adelante desde el tribunal internacional penal contra hechos de lesa humanidad, en la ex Yugoslavia. "Es un honor para mí", respondió Argibay al ser consultada sobre su histórica designación en la Corte como la primer mujer miembro del máximo tribunal en un período democrático.
Reveló que cuando el presidente la llamó: "en un momento me sorprendió bastante y lo pensé porque todavía estoy en Holanda terminando el juicio que me ha tocado de la ex Yugoslavia". Sin embargo, Argibay dijo que finalmente aceptó la nominación porque le pareció "un gran desafío" y "como algo que le debo al país". "El país ha sido conmigo generoso, he podido estudiar en la Universidad de Buenos Aires, he tenido una carrera judicial bastante larga, entonces creo que si en este momento me ofrecen un cargo de semejante envergadura, y yo creo que se puede hacer algo por el país desde ese cargo, es una obligación como ciudadana, como persona que quiere a este país, colaborar para eso", enfatizó.