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Erica Soriano pensaba encontrarse con su hermana en el barrio de Villa Adelina, en San Isidro, pero nunca llegó. Salió de su casa de Lanús, donde vivía con su pareja Daniel Lagostena. Cuatro años después no hay ningún rastro ni pista sobre el paradero de la mujer que por entonces tenía 30 años y estaba embarazada de dos meses y medio.

El último rastro de vida de Erica fue el 20 de agosto de 2011, por la noche, cuando llamó por teléfono a una maiga. Después debía haber salido de su casa. Al día siguiente su madre y su hermana se extrañaron que no había llegado y llamaron a Lagostena quien les dijo que había salido hacia allá.

Lagostena, quien convivía con Érica, fue el último en verla con vida. Según su relato, ese sábado, la joven partió de su casa en Lanús rumbo a la vivienda familiar, en Villa Adelina, y se fue tras una discusión de pareja y sin su teléfono celular.

Ahí comenzó la búsqueda. Mientras la familia de Érica organizaba marchas y se esforzaba por encontrarla, Lagostena se fue. Explicó su actitud en un mail: “Fui víctima de apremios ilegales”, dijo. Su teléfono celular apareció en el techo de un kiosco de diarios. Diez días después de la desaparición Lagostena reapareció y habló con un canal de televisión. Según contó, “para corregir los datos que estaban dando”.

En un principio la causa se caratuló “averiguación de paradero” pero el tiempo pasó y el foco de la investigación derivó en la pareja de Erica como principal sospechoso de la desaparición. La hipótesis era que la mujer nunca había salido de su casa. La carátula de la causa cambió a “homicidio simple en concurso real con aborto, en contexto de violencia familiar” y Lagostena quedó detenido.

Entre las pruebas, había ropa de Érica, con la que supuestamente había salido de su casa. En el hogar a leña de la casa, la policía encontró trozos de ropa interior incendiada y en el piso encontraron manchas de sangre lavadas. Al ser interrogado Lagostena admitió haber discutido con Erica antes de la desaparición.

Un “error técnico” de la Justicia permitió que a fines de 2012 quedara en libertad. La familia Soriano presentó un pedido para detener a Lagostena nuevamente pero la Suprema Corte de Justicia bonaerense lo rechazó. Ahora solo resta esperar que la causa sea finalmente elevada a juicio. El pedido de elevación lo debe hacer el fiscal Gerardo Loureyro de la Unidad Fiscal de Instrucción (UFI) 7 de Lomas de Zamora. La causa está en el juzgado  de Garantías, de esa misma localidad, a cargo del juez Gabriel Vitale.

Ayer por la tarde, a cuatro años de la desaparición de Erica, los familiares y amigos de la joven desaparecida marcharon con pancartas y fotos  por las avenidas de Mayo y Lamadrid de Villa Adelina. Su reclamo principal fue la activación de la búsqueda, ya que la Justicia “no tiene pistas y sólo coteja el ADN del los cadáveres que aparecen", cuestionó Ester la madre de Ércia. Y agregó:  “Es importante que no creamos que no nos va a pasar a nosotras. Me encontré en este último tiempo con madres que me dijeron te veía por televisión y pensaba que si me pasaba a mí me moría y ahora estamos en la misma lucha”, dijo Ester, madre de Érica.