Según indicó el Banco Central, “puede ser utilizado para el pago de operaciones de toda índole, en la medida en que la contraparte lo acepte”. En el marco del plan de exteriorización de capitales, a partir del 17 de julio también se podrá optar por un bono.
Hoy comenzó a regir el plan de exteriorización de capitales y en las entidades financieras ya están disponibles los Certificados de Depósito para Inversión (Cedin). El ingreso a la exteriorización significa un "perdón impositivo” que permitirá incorporar un importante flujo de divisas al sistema financiero nacional. El objetivo es que sumas que hasta hoy no estaban formalizadas pasen a pagar tributo, y que su incorporación al sistema dinamice sectores claves de la economía argentina. En el marco del mismo plan de exteriorización de capitales, a partir del próximo 17 de julio se podrá acceder a otra alternativa: los Bonos Argentinos para el Desarrollo Económico (Baade).
Según indicó el Banco Central, “el Cedin puede ser utilizado para el pago de operaciones de toda índole, en la medida en que la contraparte lo acepte”. Fuentes del Banco Central indicaron a Infojus Noticias que durante la semana pasada se distribuyeron los documentos en las entidades bancarias. La cotización de los títulos aún es especulativa, pero también promete dinamizar la actividad cambiaria.
El plan de exteriorización de capitales habilita el ingreso de divisas informales durante un lapso de tres meses, y permitirá revitalizar el sector inmobiliario, el de la construcción y el energético. Aunque se perdonan los incumplimientos tributarios y no es necesario indicar el origen de los fondos, se exige la declaración de que el dinero no proviene de actividades ilícitas. Todas las operaciones serán monitoreadas por la Unidad de Información Financiera. En caso de encontrar inconsistencias está habilitada a investigar y emitir “reportes de operaciones sospechosas”.
Desde esta mañana los bancos están habilitados para entregar el título físico a cambio de dólares informales que se presenten en efectivo, o con la acreditación de una transferencia bancaria de dinero que hasta ahora permanecía en el sistema informal. Los bancos pueden entregar los Cedin durante los próximos tres meses. Después los títulos no tendrán fecha de vencimiento, es decir que podrán ser utilizados sin plazo perentorio.
Benjamín Navarro, economista que integra el Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular (GEENaP), explicó a Infojus Noticias que el Cedin “es un activo líquido, un instrumento que hace las veces de pagaré o cheque”. Agregó que “sirve como medio de pago y puede ser transformado en dólares rápidamente, luego de ser utilizado en una transferencia inmobiliaria o para la construcción”. El Cedin ofrece el beneficio de poder ingresar el capital al sistema regular. No implicaría una “premio” a quienes evadieron impuestos, porque no genera intereses a favor de quien los obtiene, y una vez regularizado el capital, pasa a pagar tributos normalmente.
Los Cedin se orientan al mercado inmobiliario y al de la construcción, un sector que representa casi la mitad de la inversión total de la Argentina. Para Navarro, “es fundamental mantener la actividad en el sector de la construcción, porque es una actividad que dinamiza la economía en muchas ramas, y de la cual dependen muchos empleos que se ven rápidamente afectados cuando hay una merma en la inversión”. Los Cedin se podrán entregar como medio de pago en una transacción inmobiliaria, y a la vez para la compra de materiales de construcción o los diversos pagos de la obra respectiva.
El Baade, en cambio, es un bono. Ofrece una tasa de interés del 4 por ciento anual, pero su principal beneficio es el ingreso del capital al sistema regular sin penalizaciones previas. Quien ya cuenta con dinero declarado y viene cumpliendo con las obligaciones tributarias, dispone de mejores opciones en cuanto a tasas de interés, incluso entre los bonos del Estado. Un ejemplo es el Boden 2017, que duplica la tasa del Baade, pero al que no se puede acceder con dinero irregular.
El Cedin supone un congelamiento del dinero en las arcas del Banco Central, que no puede realizar operaciones con él porque está obligado a mantener un “encaje” del 100 por ciento, es decir, a inmovilizar la totalidad de ese dinero. Eso se debe a que cualquier particular puede acceder al título, realizar una operación inmobiliaria al otro día y recuperar los dólares algunas horas después, y el Estado debe tener disponible el dinero físico para esa devolución.
No es el caso del Baade, que tendrá un plazo de tres años en el cual rinde intereses. En ese lapso, los capitales serán inyectados directamente en el sector energético, también un pilar de la economía nacional, porque de él depende la actividad industrial. “Se impulsa la actividad energética y se abaratan costos para la industria, eso fortalece la competitividad de la producción argentina”, explicó Navarro.
Ninguno de los dos instrumentos supone una ganancia para las entidades bancarias, que están obligadas a cumplir con la intermediación de los títulos para garantizar el éxito de su implementación. Navarro lo justifica: “el Estado intenta traccionar la construcción y el desarrollo energético, y no la renta financiera”.
El objetivo es doble para ambos títulos: el Cedin reimpulsa el sector de la construcción, dinamizador de la economía, y promete inyectar divisas en la economía nacional. El Baade ingresa dólares al sistema financiero y provee capitales para el desarrollo energético, sector que no acompañó el crecimiento de la economía durante la última década. La ganancia en divisas sería doble, porque el éxito de los Baade podría significar el ingreso de divisas físicas para el sector energético, y a la vez, en el mediano plazo, el fin de la importación de energía.
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