El funcionario desmintió “en forma terminante que se haya producido un amotinamiento” como sostuvieron algunos medios de comunicación. También informó que el Ministerio dispuso una recompensa de 500 mil pesos para quien aporte datos sobre los 11 prófugos.
El ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Julio Alak, desmintió nuevamente la existencia de un motín en el Complejo Penitenciario de Ezeiza, donde se fugaron 13 presos. El ministro confirmó que dos reclusos fueron recapturados e informó que el Ministerio dispuso una recompensa de 500 mil pesos para quien aporte datos sobre los 11 prófugos.
Durante la conferencia de prensa, en la que anunció la asunción de Alejandro Marambio en reemplazo del saliente director del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, el ministro Alak ratificó la información que brindó esta tarde a un canal de noticias y que fue ratificada por el fiscal Adrián García Lois: “No ha existido ningún tipo de motín o toma de rehenes”, explicó.
El ministro explicó que después de la fuga se tomó la decisión de restringir el acceso a uno de los patios del Módulo 3 para extremar las medidas de seguridad y para “preservar la prueba”. La prohibición, explicó Alak, “fue admitida por todos los presos”, menos por uno, que atacó a un suboficial con una “faca” y le causó una herida superficial en el abdomen. El agente fue atendido en el hospital de la cárcel y ya se encuentra fuera de peligro. Después hubo otro incidente en el que uno de los internos prendió fuego un colchón. La inhalación del humo e produjo una afección pulmonar y también debió será atendido. “Estos dos hechos no corresponden con el tipo penal de motín o toma de rehenes”, insistió el ministro.
“Las hipótesis son múltiples. Será el juzgado quien determinará los niveles de responsabilidad” en la fuga, dijo Alak sobre los 19 agentes del Servicio Penitenciario que fueron pasados a disponibilidad. Alak explicó que el escape fue planeado por cuatro internos, dos brasileros –uno de ellos también tenía ciudadanía paraguaya- y dos argentinos. “Luego nueve más se sumaron a la fuga”, explicó. Dos de esos nueve ya fueron recapturados.
Según explicó Alak los internos brasileños ya habían participado en otros escapes en cárceles de Paraguay y Brasil y lo habían intentado en Argentina. Los dos argentinos que también participaron del diseño del plan de fuga, explicó, lo habían intentado si éxito en penales de Neuquén y Reconquista (Chaco).
A raíz de la fuga la cárcel se encuentra cerrada y no se permiten visitas. Está trabajando en el lugar personal del juzgado federal a cargo de Carlos Ferreiro Pella. Los 11 internos que permanecen prófugos, explicó Alak, son “intensamente buscados por Gendarmería, la Policía Federal, las policías provinciales y personal de Prefectura”.
EL SPF, a la vez, informó que la situación en el Complejo está absolutamente controlada y que el refuerzo de la guardia responde a la activación de un protocolo de seguridad que se aplica en situaciones de fuga, como la informada este mediodía.