Un hombre fue a buscar trabajo a la mutual el día del atentado. Su cuerpo nunca apareció. Otra familia solo recibió una mínima parte de los restos de una de las vícitmas. Mientras tanto, un cuerpo sin identificar terminó en un osario común.
La mañana del atentado un hombre se acercó a dejar sus datos en la Bolsa de trabajo de la AMIA. Tenía poco más de cincuenta años y vivía solo. El cuerpo nunca apareció. Desde el primer aniversario su nombre figura entre las 85 víctimas fatales y la justicia lo registró como “ausente con presunción de fallecimiento”. Recién ahora, veintiún años después, una nueva revisión de los restos encontrados abre la posibilidad de identificarlo.
El reciente pedido de exhumación del cuerpo de un hombre adulto, rescatado entre los escombros e inhumado en 1996 como NN en el cementerio de la Chacarita develó que “ese reconocimiento se tendría que haber hecho, por lo menos, un mes después del atentado”, cómo dijeron a Infojus Noticias fuentes con acceso al expediente.
La decidía quedó expuesta hace poco, cuando a raíz de un pedido de las fiscales que integran la Unidad AMIA, la administración del cementerio informó que no habían recibido ninguna indicación para preservar estos restos. Desde 1998, el cuerpo figura como NN en un osario común.
La existencia del cuerpo abre varias posibilidades. La primera, que sea el hombre que esa mañana fue a la mutual a buscar trabajo. La segunda, que se trate de un joven libanés señalado por el fiscal Alberto Nisman como el posible conductor de la Traffic que, según la investigación oficial, se utilizó para el ataque. O de un obrero boliviano que, también según Nisman, habría trabajado en la refacción en la mutual y cuyos restos habrían sido entregados -solo en una mínima parte- a su familia.
Además de intentar averiguar la identidad de ese cuerpo, los peritos del Equipo de Antropología Forense convocados por la fiscalía trabajan para despejar las dudas en torno a otras 13 muestras con restos que no fueron identificados “fehacientemente”.
La denuncia
La confirmación de que un cuerpo no identificado terminó en el osario común motivó que los familiares y amigos de las víctimas del atentado nucleados en 18J presentaran una denuncia ante los fiscales de la Unidad AMIA. La asociación solicitó que los trabajos de identificación, en los que intervendrá el Equipo de Argentino de Antropología Forense, “se extiendan a la comparación con muestras de familiares de Ibrahim Hussein Berro”, el joven libanés señalado como uno de los posibles autores del atentado.
El nombre de Hussein Berro tomó estado público en 2005, cuando sus hermanos desmintieron al fiscal Nisman. El titular de la Unidad fiscal había dado a conocer una supuesta entrevista testimonial en la que los hermanos del joven libanés habrían reconocido a su hermano como el conductor de la Traffic; la desmentida fue inmediata. Los Hussein Berro aseguran que el joven falleció al sur del Líbano, en su tierra.
La presentación de 18J apunta también al ex juez Juan José Galeano. El ex magistrado está señalado por encubrir el atentado y desviar la investigación, plagando el expediente de pistas falsas. Por ese supuesto encubrimiento, el 6 de agosto Galeano comenzará ser juzgado junto al ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy y el presidente Carlos Menem.
La presentación de 18J se suma a una causa -por estos mismos hechos- en el juzgado Criminal y Correccional Federal 5, caratulada “NN s/averiguación de delito” Causa N° 7240/15. Desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que actúa como querellante en el juicio por el encubrimiento, aseguraron que evalúan –con miras a decidir si corresponde- una nueva presentación al respecto.
MB/SH