Lo solicitó la fiscal general Dafne Palópoli ante el Tribunal Oral en lo Criminal N° 15, de Capital Federal, en el marco de la causa que se lleva contra el ex líder de la barra brava de River Plate por “lesiones graves”. En 2007, un grupo de encapuchados ingresó al playón interno del estadio millonario y agredió a otro sector de la barra. Para los otros imputados, la fiscal pidió la absolución.
La fiscal general Dafne Palópoli pidió hoy al Tribunal Oral en lo Criminal N° 15 de la Capital Federal que condene al ex líder de la barra brava de River Plate, Adrián Rousseau, a 4 años de prisión por “lesiones graves” a dos integrantes del otro sector de la barra, liderado por Alan Schlenker y su hermano. También estaban imputados por los hechos Matías Goñi y Cristian Pineda pero, en su caso, Palópoli solicitó la absolución por el “beneficio de la duda”, en el primer caso, y por falta de pruebas, en el segundo. El próximo viernes será el turno de los alegatos de la defensa de Rousseau.
La fiscal pidió esa pena a los jueces Hugo Decaría, Enrique Gamboa y Cristina Bertola durante la audiencia llevada a cabo hoy por los hechos ocurridos el 6 de mayo de 2007, en lo que se conoció como “Batalla del Playón”. Ese día un grupo de encapuchados ingresó a un playón interno del estadio de River Plate, al término del partido contra Independiente, y agredió a otros para robarle banderas y bombos.
Codicia, poderío y mando
Palópoli sólo acusó a uno de los tres imputados en la causa: Rousseau. Para la fiscal, hubo un “accionar con un plan preconcebido deliberadamente”, donde el ex líder de la barra “a través de un ejército violento con armas”, por “codicia, para mostrar poderío y recuperar el mando de la barra con intenciones económicas” atacó “deliberadamente para herir a los del bando contrario”.
La fiscal contextualizó los hechos en medio de la interna que, por aquellos años, tenía la barra brava de River Plate con dos facciones bien delimitadas. Una liderada por Alan Schlenker, su hermano William y un grupo denominado “los de Palermo”; y la otra, por Rousseau, Acro y otros barras, que eran empleados del club. Ese día resultaron heridos Carlos “Urko” Berón, Roque “Rocky” Raposo, Mauricio Aguirre, Salvador Rodolfo Estrada Vigil y Raúl Alejandro Etcheverry, que murió en un accidente, en 2009. Todos ellos habían sido emparentados con los Schlenker.
Los testimonios de Beron y Raposo fueron vitales para llegar a la acusación y pedido de pena contra Rousseau. “Se pudo establecer que fue Rousseau el que agredió a Beron y Raposo”, dijo la fiscal a partir de los testimonios brindados. Durante las audiencias, Beron dijo que cuando lo acuchillaba Rousseau le dijo “morite puto”. Además, recordó una reunión entre Berón y Rousseau, que tuvo lugar en una pizzería meses después del ataque, cuando Beron presuntamente le habría pedido plata a Rousseau por lo que sufrió y que “confirma lo que ocurrió”.
La fiscal pidió cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo para Rousseau, por las lesiones de Beron y Raposo, aunque explicó que el ex líder de la barra “es el que paga los platos rotos y los dirigentes, policías y los que pudieron beneficiarse con esto quedaron impunes”.
Un testigo “sorpresa”
Para hoy, el tribunal no tenía previsto escuchar a ningún testigo pero la fiscal Palópoli sorprendió tanto a los jueces como a los defensores y pidió se escuchara a un último testigo que se presentó en la fiscalía y que aseguraba haber visto lo ocurrido. A pesar del desacuerdo de las defensas, los jueces decidieron escucharlo. Así, Agustín Martínez Chitara, un gastronómico amigo de Raposo, se sentó ante el tribunal y, tras reconocer que a Rousseau lo conocía como “el encargado de la barra de River”, contó lo que vio después de que terminara el partido entre el club millonario e Independiente.
“Estábamos saliendo de la cancha y se ve a un grupo de 30 o 40 personas, al grito de ‘vamos River, somos nosotros’”, dijo Martínez Chitara, quien sostuvo que “Rousseau se le abalanza a Rocky, se le ve algo punzante” y agregó que se veían “fogonazos, cuchillos, cadenas y armas” y “parecía una masacre, gente pegándose, acuchillados”. El testigo también afirmó que “le pareció raro” que a la salida de la cancha no hubiera ni Policía ni Gendarmería: “Estaba todo muy pelado, muy liberado”, explicó y agregó que el ataque se debió a “una cuestión de marcar territorio”. Su testimonio fue valorado por Palópoli al momento de pedir pena contra el ex líder de la barra.
Goñi y Pineda
Para Matías Goñi y Cristian Pineda, la fiscal solicitó la absolución. Sobre Goñi, explicó que “por imperio de la duda no se puede aseverar que se encontraba en el lugar de los hechos” aunque señaló que, quizás, se trató de un “barra brava de escritorio” porque recordó que de su casa, además de secuestrarse una pistola bersa 9 milímetros, se secuestraron listas con nombres de barras y carnets aunque todos ellos “débiles indicios”. Ni bien terminó la audiencia –y sabiendo que su suerte derivará, casi con seguridad, en la absolución– Goñi comenzó a pedir que se le devolvieran sus pertenencias.
El caso de Pineda fue mucho más claro para la fiscal: lo único que lo trajo al juicio es que su auto se encontraba en el playón de estacionamiento de Ciudad Universitaria, justo enfrente de la cancha de River. Desde allí, salieron los encapuchados para luego concretar el ataque. Palópoli explicó que con eso solo “no existe estándar probatorio”.
El próximo viernes 11 de diciembre, el tribunal escuchará los alegatos de la defensa de Rousseau, en manos de Ignacio Irurzun, y es posible que el tribunal dicte sentencia ese mismo día.
GA/LL