La causa más importante del país por tráfico de cocaína desde Argentina a España fue elevada a juicio oral y público. La empresa que servía de máscara exportaba carbón vegetal desde una localidad chaqueña.
“Carbón blanco”, la causa más importante por tráfico de cocaína hacia Europa, fue elevada a juicio oral y público por el Juzgado Federal de Primera Instancia de Sáenz Peña, a cargo de Zunilda Niremperger. Los imputados son seis, entre los que se destacan Patricio Daniel Gorosito y Carlos Alberto Salvatore, ambos sindicados como jefes de la banda. El expediente tiene 43 cuerpos: fue necesario un camión de Gendarmería para el traslado de más de medio centenar de bolsas con destino Resistencia, Chaco, donde el Tribunal Federal Oral realizará el juicio.
La investigación comenzó en España a fines de 2011. Entonces la policía de Galicia puso el ojo sobre un grupo de argentinos que frecuentaban el puerto de Vigo. Descubrieron que esos hombres analizaban abrir una ruta y un punto de ingreso a Europa para llevar cocaína desde Argentina, aunque el destino final sería Barcelona. Después de varias idas y vueltas, la banda desistió y eligió como puerta de acceso el puerto de Lisboa, Portugal. La fachada del negocio fue una empresa importadora de carbón vegetal, con la que recibieron los primeros containers.
La ingeniería de la ruta narco: Chaco-Lisboa-Barcelona
La empresa que servía de máscara al narcotráfico se instaló hace tres años en Quitilipi, una pequeña ciudad chaqueña con menos de 25 mil habitantes. La firma se presentaba con fines de acopiar y exportar carbón vegetal. Pero las tareas de inteligencia detectaron que la verdadera intención era sacar la cocaína por el puerto de Barranqueras, sobre un brazo del río Paraná, en el sudeste chaqueño.
En diciembre de 2011 lograron cargar 300 kilos de cocaína en el puerto de Lisboa. De ahí enviaron el cargamento a Barcelona. Patricio Daniel Gorosito, empresario de 63 años, se encargaba de la logística europea. Pero hubo un error: en uno de los containers quedaron 14 kilos de droga. Los que ayudaron a los investigadores para rastrear la conexión argentina de la banda.
El 8 de marzo de 2013 policías de España y Portugal secuestraron –en dos procedimientos– cerca de 400 kilos de cocaína. Habían llegado ocultos en cargas de exportación de carbón vegetal. Llevaban el logo de la empresa Carbón Vegetal del Litoral SRL y habían sido envasados en Quitilipi. La cocaína estaba escondida en una bolsa con doble costura. El resultado: siete argentinos detenidos, cinco en Portugal y dos en España.
Cómo investigó la Justicia argentina
La Justicia argentina abrió una investigación. La jueza Niremperger sabía que otros dos contenedores –de 20 toneladas cada uno– habían sido despachados en Quitilipi y ordenó los allanamientos. Uno de ellos todavía estaba en el puerto de Buenos Aires. Un perro adiestrado detectó que en 77 de esas 1050 bolsas había anomalías: 7 contenían ladrillos para la construcción; en todas las demás había cocaína. Eran casi 520 kilos. El otro cargamento ya estaba en altamar. El 11 de abril llegó a Lisboa con casi 158 kilos de cocaína.
El jefe de la conexión argentina de la banda, se supo tiempo después, era un abogado porteño: Carlos Alberto Salvatore. “Él y Gorosito eran los jefes. Salvatore brindaba asesoramiento, conseguía documentos falsos y cobraba el dinero. Gorosito era el encargado de la recepción de la droga en Europa”, explicó Niremperger a Infojus Noticias.
En el curso de la investigación, se ordenaron nueve allanamientos es distintos puntos del país: uno en la provincia de Córdoba, dos en Arroyo Seco Santa Fe, y seis en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Seis son los miembros de la banda que llegarán a juicio oral y público, después de más de dos años de investigación.