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Charly García dijo una vez, mientras viajaba en limusina y se pintaba las uñas de rojo, que había entregado su vida para que la Argentina tuviera una estrella de rock. Sus conocidos dicen que en la época del disco Say no More, cuando llegaba alguna carta documento a su departamento, Charly la rompía porque no creía en la justicia humana. Pero los juicios transcurrieron igual, porque ser un una estrella y desentenderse de las cuestiones mundanas no marca inimputabilidad.

Por algunos episodios judiciales históricos, Charly tiene embargado parte del dinero que cobra de regalías en SADAIC. Desde los años 70, cuando Palito Ortega le hizo juicio porque criticó una de sus películas (no eran amigos como hoy), las demandas le llegaron seguido por vasos voladores, el himno en clave rock & blues y una hija no reconocida. Infojus Noticias seleccionó algunos de los episodios más polémicos de la carrera de García, el músico que sobrevivió a sí mismo y desde hace 40 años sella sus letras en el cancionero popular.

Mendoza, antes de tirarse del 9B

El juez mendocino Gonzalo Guiñazú imputó a Charly en marzo de 2000 por los presuntos delitos de abuso deshonesto y lesiones leves, aunque lo dejó en libertad de inmediato después de pagar una fianza. 

Después de tocar con Mercedes Sosa ante 30 mil personas Charly fue a un pub del centro de Mendoza. Un mujer, Gladis Navarro, le pidió un autógrafo y como Charly se negó le tiró un vaso con agua. Entonces se generó un tumulto y Navarro quedó con algunas heridas en la cara, por lo que inició la demanda.

Al otro día, cansado de la persecución mediática, Charly se lanzó desde el  9°B del hotel Aconcagua, en un salto de 25 metros que terminó en una pileta.  “¿Cuál fue la sensación?”, le preguntó una periodista. “No sé, lo hice muchas veces”, respondió Charly desde la pileta. 

Dos años después la Cámara Segunda del Crimen de Mendoza determinó la absolución, luego de que el fiscal Adelmo Argüello decidiera no formular cargos contra Charly. El músico había asegurado que él no provocó las heridas que sufrió Navarro: "Soy la víctima y no el agresor".

Charly y los vasos al aire

El 2 de enero del año 2006, Charly García salió del boliche Buda Bar de La Barra, en Uruguay, y el fotógrafo Carlos Martínez intentó tomarle una imagen para la revista Newmen. Charly le tiró un vaso de vino, que le pegó en la cara y le causó una fractura de tabique. "Fue lo mejor que hice en la noche", dijo horas después del episodio a otro medio, enojado por sentirse invadido y sin saber el estado de salud del fotógrafo.

Martínez presentó una demanda penal y Charly quedó en calidad de “requerido”, aunque recién concurrió a declarar en diciembre del 2009. El juez Gabriel Ohanian y el fiscal Carlos Reyes "no encontraron méritos para su procesamiento luego de escuchar las convincentes declaraciones de García", dijo por entonces el abogado uruguayo  Alejandro Balbi, que logró que la causa fuera cerrada sin sanciones penales.

El fotógrafo presentó también una demanda por daños y perjuicios y las partes llegaron a un acuerdo extrajudicial en la que Charly debía abonar 35 mil dólares a Martínez.

Otro episodio donde hubo vaso de por medio fue en el Hotel Faena. En 2007 trascendió la noticia de que Bjork pasó frente a Charly y frenó a mirarlo. Charly le habría lanzado con un vaso de whisky que le dio a la cantante islandesa en la pierna. No hubo demandas legales.

La hija de Charly

Hace 26 años, Charly pasó por Mendoza y tuvo una relación casual con Fernanda Toce. De esa relación nació Jéssica. Según Toce, intentó varias veces acercarse a Charly sin conseguirlo, y recién en 2009 después de varios trámites legales, Jéssica consiguió el apellido de su progenitor: García Moreno.

Si bien Jéssica, que reconoció que la música de Charly en ningún momento le había llamado la atención, se conformó con el apellido, no fue así con su madre. Toce le inició una demanda a Charly en la que le reclamó un millón y medio de pesos en concepto de los años que no le pasó manutención, además de incluir figuras como el daño moral y psicológico.

“Va a tener que sacar la plata de donde no la tenga. No aguanto más. Tardó siete años en reconocer a Jésica, nuestra hija. Y aunque ya lo hizo, ahora le voy a iniciar una demanda millonaria para que pague todos los años de alimentos de los que nunca se hizo cargo”, dijo Toce al iniciar la demanda que nunca prosperó. Charly, por parte de Jéssica, tiene dos nietas: Ámbar de 5 años y Diana, de 3.  

Charly en Colombia

Charly viajó a Colombia dos días antes del show que realizaría el 15 de noviembre de 2013. Realizó la prueba de sonido y el mismo día en que debía dar el show se sintió con dificultad para respirar, mareado y con una molestia en el pecho, por lo que lo trasladaron a una clínica con la sospecha de un preinfarto.

Los médicos evaluaron que debía quedar internado en el mismo momento en que Fito Páez terminaba su presentación, por lo que dese el escenario dieron la noticia de que Charly no estaría esa noche. Entonces los organizadores anunciaron que se presentaría al día siguiente, pero por recomendación médica Charly permaneció dos días en reposo.

Las miles de personas que compraron su ticket para el concierto de Charly y Fito demandaron que le devuelvan su dinero, ya que no habían recibido el espectáculo acordado.

El organizador del evento avisó a través de un comunicado que no devolvería lo abonado porque la razón de la suspensión se debió a una “causa mayor”. No conformes con la respuesta, miles de personas iniciaron una demanda ante la Superintendencia de Colombia exigiendo derechos del consumidor. Charly no tiene ninguna responsabilidad penal, ya que el la suspensión de su concierto no fue algo adrede.

En un anterior viaje a Colombia, en 2005, Charly tuvo que salir a aclarar una frase ante las amenazas de denuncia.  “Estoy feliz de llegar a Cocalombia”, fue lo que dijo y ofendió a muchos colombianos. En conferencia de prensa, Charly aclaró que “se trataba de un juego de palabras” y que "pensar no es una prohibición".

Himno rock & blues

El disco “Filosofía barata y zapatos de goma”, publicado en 1990, termina con una versión del Himno Nacional Argentino en clave de rock y blues. En ese momento, un hombre pretendía que la versión de Charly García no se difundiera por radios nacionales y con el argumento de que era una "ofensa al símbolo patrio".

El decreto 10.302, del año 1944, establece que "ninguna otra pieza que no sea aquella identificada en los artículos 6 y 7 del decreto 10.302/44 puede ser considerada como versión oficial y auténtica para ejecutar en actos oficiales, ceremonias públicas y privadas, por bandas militares, policiales o municipales en establecimientos educativos". Además, en la denuncia dijo que era una ofensa al símbolo patrio.

Los camaristas Ricardo Morveglia y Jorge Argento, de la Sala III de la cámara en lo Contencioso Administrativo, confirmaron el fallo de primera instancia que permite la difusión por las radios estatales de la versión del Himno Nacional de Charly, ya que el decreto "no prohíbe versiones existentes ni futuras de la canción patria”.

Antes de ese juicio, el entonces juez federal Néstor Blondi había desestimado otra denuncia por “presunto ultraje a un símbolo patrio” por considerar que el delito era inexistente. En mayo de 2004, Charly tocó su versión del himno frente al entonces presidente Néstor Kirchner y  una Plaza de Mayo repleta de personas. Al terminar, rompió su guitarra para inmortalizar el momento.