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Un riff acompaña la frase “iuris et de iure”, latinismo que determina una presunción que no admite prueba en contrario, y marca el momento de los coros. En el escenario está Guillermo Pesaresi, autor de once libros de Derecho y de casi cien artículos. Un abogado rocker que arenga a un público de saco y corbata, ellos, y ellas con pollera hasta la rodilla y camisas abotonadas. Lo elegante no sorprende: el afiche en la entrada anuncia las 3ras jornadas nacionales sobre derecho y rock. Esta es la quinta presentación desde que Rock Nacional Jurídico se formó, hace un año y medio, y Pesaresi sigue con el vértigo de la exposición. Está emocionado:

-Vino a verme mi juez.      

Cuando no está con su guitarra, Pesaresi trabaja en la Secretaría N°40 del Juzgado nacional de primera instancia en lo comercial 20. Su juez, Eduardo Emilio Malde, está sentado en las primeras filas cerca de su padre, un hombre con Ray-Ban aviador negros en plena noche de Palermo. El padre está orgulloso: “Mi hijo, además de lo inteligente que es para escribir sus libros y dar clases, tiene talento para la música, porque es profesional en todo lo que emprende”.

La formación de Rock Nacional Jurídico es clásica, pero como a todo, le dan un guiño contencioso: Fernando Viola es el Director Ejecutivo de Teclados, Mauro Lassos el Vicepresidente de Guitarras, Sergio Mayorano el Secretario general de Bajos, Santiago Suárez el Gerente se asuntos percusivos y el propio Pesaresi es el Presidente de la voz cantante, que además la va de guitarra criolla y teclados.

En el intervalo, los cinco se relajan en el camarín con unas cervezas y cuentan que “Guillermo es el que sabe de leyes, los demás el contacto que tuvimos con la Ley, es casi nulo. Por suerte”. Todos están en el rango de los cuarentipico, menos el batero, que tiene 26 y es hiperproductivo: “Toco en nueve bandas paralelas y no me quejo, trabajo en lo que me gusta”.  

Hace más de diez años que Pesaresi es docente de Derecho Económico dos en la Universidad de Buenos Aires. Además es profesor en posgrados de Derecho,  invitado para cátedras de distintas facultades y es profesor en la formación del Poder Judicial. Cuando publicó su décimo libro, Pesaresi le dio literalmente un lugar a la música:

-Cuando terminé la carrera decidí que lo que quería hacer era escribir libros, por eso quité todo el espacio que tenía para la música y lo llené con bibliografía. Pero  melómano fui toda la vida, y sabía que algún día iba a volver a mi deseo de la adolescencia.

Y en 2010 se lo tomó en serio. Hasta ese momento, tenía tres canciones con letras jurídicas que cantaba en las guitarreadas entre amigos, pero dedicó el tiempo de la feria judicial de ese año para escribir los bocetos que junto al actual guitarrista Mauro Lassos se convirtió en Jurígeno, el primer disco de la banda. Como dijo entrevistado por Antonella Tacchini, “Ahora sí, es momento de sacar el disco jurídico”.    

Jurígeno

“Las canciones las compongo con distintas vertientes en guitarra y teclados, a medida que las musas ascienden. Aunque sobre todo compongo durante las ferias judiciales”, dice Pesaresi en su oficina de Tribunales y cuenta que el impulso nace de “un deseo docente: el poder transmitir conceptos jurídicos con musicalidad en las palabras”.

El disco, grabado en la productora de Facundo Espinosa, tiene diez temas que pueden funcionar como nemotecnia para estudiantes de derecho. Por ejemplo “Honorarios concursales”, se basa en el libro Honorarios en concursos y quiebras, publicado en Buenos Aires, 2002, y prologado por el doctor Adolfo. Rouillon, que inspiró con su comentario a la sección II, del capítulo II, del libro IV, de la ley 24.522. Para el manejo latino, el Thema Decidendum (Iure), es un popurrí de latinismos, de usual aplicación en la praxis judiciaria.

Otras canciones tienen tono de reclamo, como “Jueces que escuchen”, que relata la experiencia de un abogado o procurador ofuscado por las denegaciones de un ficticio Tribunal, o de epifanía poética, como “Jurígeno”, donde “todo es jurígeno/ nada puede escapar” y “es lo que te dice la razón/ el corazón te puede fallar”.

El hit de la banda es “Principio de concurrencia proporcional”, un postulado en materia arancelaria, que incluso tiene un video clip de alta calidad donde Pesaresi camina por la ciudad cosechando la Ley por donde pisa. Al final del recital, los RJN lo vuelven a tocar como bonus track antes de despedirse.

La vida de un abogado rocker implica que después de tocar un miércoles a la noche, un jueves a las ocho de la mañana tocar audiencia: “No voy a negar que a veces cuesta, pero lo más difícil de esta presentación fue sobrellevar  la disfonía. El cansancio, queda tapado por la satisfacción de los aplausos del público”.