"Soy tu abuela Chicha Mariani y te busco desde que Etchecolatz, Camps y su tropa mataron a tu madre y te secuestraron", escribió la abuela de Plaza de Mayo en la red social. Le contó a que se dedicaron sus abuelos y los padres de Clara Anahí. "Algo de eso tendrás en tus inclinaciones", dijo.
La abuela de Plaza de Mayo María Isabel "Chicha" Chorobick de Mariani sigue con la búsqueda de su nieta Clara Anahí Mariani, apropiada a los tres meses de vida durante la última dictadura cívico-militar, y brinda detalles de su historia y aficiones en la red social Facebook para que la joven se reconozca en ellas. “Soy tu abuela Chicha Mariani y te busco desde el momento en que Etchecolatz, Camps y su tropa mataron a tu madre y te secuestraron”, posteó hoy Mariani en su página de Facebook.
Bajo el título “Mi querida nieta, hoy tengo 90 años y sigo buscándote…siempre”, Chicha publicó una foto de la niña apropiada y su DNI. “Quiero contarte que tu abuelo paterno se dedicó a la música y yo a las artes plásticas; que tus abuelos maternos se dedicaron a las ciencias, que tu mamá amaba la literatura y tu papá era licenciado en economía”, le cuenta a su nieta. Remarca además que “ambos (padres de Clara Anahí) tenían un gran sentido de la solidaridad y compromiso con la sociedad”. Y destacó: “Algo de todo esto tendrás en tus inclinaciones de vida porque, a pesar de que hayas sido criada en un hogar distinto, uno guarda internamente los genes de sus antepasados”.
El 24 de noviembre de 1976 la casa de Diana Teruggi y su esposo Daniel Mariani, ubicada en la calle 30 número 1134 de La Plata, fue atacada por las fuerzas represivas. Diana fue acribillada por la espalda y cayó cubriendo con su cuerpo a su pequeña hija Clara Anahí, que fue secuestrada por los represores y hasta el momento no pudo ser recuperada. Daniel Mariani no estaba en la propiedad al momento del ataque, pero fue asesinado en agosto de 1977.
En la casa, declarada sitio de memoria, funcionaba una imprenta que publicaba la revista "Evita Montonera", desde donde se denunciaron por primera vez la desaparición de personas durante la última dictadura militar, los denominados "vuelos de la muerte" y la existencia de centros clandestinos de detención.
La propiedad exhibe en su frente varios cientos de orificios de bala que impactaron durante el ataque de las fuerzas represivas y un enorme boquete provocado por un proyectil de tanqueta, que atravesó esa pared y otra del interior de la vivienda.