La 29 edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata termina mañana. Te mostramos cuáles son las mejores películas que hacen eje en la búsqueda de la identidad, los derechos humanos, la trata, la violencia de género o el rol de la prensa en dictadura.
La 29 Edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que se realiza en la ciudad balnearia hasta mañana, presenta este año una serie de películas que hacen foco en la búsqueda de la identidad, los derechos humanos, la devastación forestal, la trata de personas, la adopción ilegal, la violencia de género o el rol de la prensa durante la última dictadura. La mayor parte de estas películas se encuadran dentro de la sección “Ventana documental: cine político”, que buscar reflexionar sobre la realidad en la que se vive a través del lente de diferentes cineastas.
Entre los largometrajes incluidos se encuentran Beyond the Walls, de la directora Gayle Embrey, coproducción entre Argentina y Estados Unidos que cuenta la historia de varios hechos que marcaron la vida sociopolítica mundial a través de murales realizados por artistas en diferentes países. Así, a lo largo de 90 minutos la película recorre desde la historia de las Madres de Plaza de Mayo hasta la violencia que sufren las mujeres en El Salvador, narrados por voces testigos que, desde el muralismo, trazan un mapa sociopolítico sobre la situación mundial del último medio siglo.
Está Buscamos vida, sobre los crímenes del Ejército argentino en Campo de Mayo, dirigido por Aldo Getino. El film que aborda los crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar haciendo foco en el centro de detención clandestino El Campito, por donde pasaron cerca de 5000 detenidos. Lo hace poniendo de manifiesto la complicidad entre un grupo de empresas (multinacionales, en su mayoría) con el gobierno de facto.
También centralizado sobre la última dictadura funciona S.C. Recortes de Prensa, film codirigido por Oriana Castro y Nicolás Martínez Zemborain, cuya propuesta radica en hacer conocer el trabajo del periodismo en ese contexto histórico a través del testimonio de un grupo de periodistas que participaron de Sin Censura, una publicación hecha en el exilio y que ingresaba a Latinoamérica clandestinamente con el fin de informar, tanto en el país como en el extranjero, el terror que se vivía en Argentina por aquellos años. A través de las palabras de Oscar Martínez Zemborain, Carlos Gabetta, Gino Lofredo, entre otros, se permite entender de qué manera se trabajaba en un clima de censura, haciendo del periodismo un oficio con tintes épicos.
“El proyecto surgió a partir de la aparición de un ejemplar del diario Sin Censura y nos llamó la atención nunca haber escuchado nada de esa publicación. A partir de ahí empezamos a hablar con periodistas que nos contaron la historia de esta publicación y nos pareció un lindo disparador para hablar de los medios de comunicación”, comenta Oriana Castro.
Para Nicolás Martínez Zemborain "ahora el periodismo está muy en auge, cuestionado, o se defienden determinados intereses. Y si bien uno puede tener ideología, me parece que sí hay una forma honesta de hacer periodismo: sin manipular información, sin escatimar información; y esta gente con un fin muy honesto es lo que hacía y reivindico esa forma de hacer periodismo”.
Uno de los que formó parte de Sin Censura fue el escritor Osvaldo Bayer. Sobre él también hay un documental: La livertá, de Gustavo Gzain, en la que el autor de La Patagonia Rebelde a sus 87 años continúa reflexionando y combatiendo cualquier forma de opresión en la historia y cultura contemporánea.
Los pueblos originarios también están representados en el 29 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata con Gran Chaco, documental de Lucas van Esso. Se centra en la injerencia que la tala indiscriminada de bosques nativos está teniendo sobre la riqueza de una zona a la que nadie le presta interés. A través de entrevistas a diversos especialistas, productores, y hasta comunidades indígenas, se intenta contextualizar una problemática que afecta ya no sólo a la región que da título el film, sino que directamente incide en el clima y el ecosistema del país.
Otra propuesta es Tierra abrasada, del argentino Gustavo Siri, documental que conduce al espectador al lugar milenario donde ocurrió La batalla de Quera, hecho que marco a la población de la puna en el norte argentino.
El eje articulador es la novela Fuego en Casabindo de Héctor Tizón. La fascinación por el escritor fue lo que lo llevó a filmar el proyecto. “Lo llamo por teléfono, me acepta la propuesta y viajo para allá a filmar”, cuenta el realizador. “Así que basándome en el libro de él, Fuego en Casabindo, buscamos los lugares donde trascurre esa novela, que denuncia una matanza de los terratenientes jujeños a los pueblos originarios de Jujuy dueños de la tierra”, agrega.
La voz de los lugareños de Casabindo es lo que revaloriza la película, reivindicando a una cultura que mucho sufrimiento tuvo que atravesar. “Lo que yo creo es que las cosas que no se arreglan en el pasado van a seguir saltando en el presente y va a crear conflicto ahora por cosas que no se resolvieron antes. Entonces que haya justicia con crímenes del pasado va a permitir crecer como sociedad.”
La selección argentina se completa con Francisco de Buenos Aires, de Miguel Rodríguez Arias, sobre los cambios producidos por Bergoglio en el Vaticano, y Unasur en Haití, reflejos de una Argentina solidaria, de Jorge Diego Gil, que relata el rol humanitario que cumplieron los países miembros de la Unasur luego del terremoto que azotó Haití.
Pero más allá de este foco político, Mar del Plata también programó dentro de sus diferentes apartados películas que directa o indirectamente transitan temas sociales como la trata de personas o la venta de niños. Uno de esos casos es El hijo buscado, ficción de Daniel Gaglianó, que narra el derrotero de un matrimonio que ante la espera y la burocracia que hacen que una adopción legal sea imposible de concretar deciden viajar a Misiones para “comprar” un recién nacido.
Protagonizado por Rafael Ferro, Sofía Brito y María Ucedo, el film transita por el oscuro, violento y cruel mundo de la trata de personas, donde las adolescentes por muy poca plata deben entregar a sus hijos a una mafia que controla un siniestro mercado al que llegan muchas parejas con ganas de formar una familia.
Tras la primera proyección de El hijo buscado, Gaglianó sostuvo que la idea nació hace dos años cuando conoció a unos chicos que vivían en un hogar. “Me sorprendió mucho el funcionamiento de los organismos institucionales, por lo que me puse a investigar acerca de las dificultades de la adopción”.
Luego agregó que en el equipo técnico de Misiones había gente que conocía mucha de estas historias. "Antes de escribir el guión estudiamos varios casos, cada uno de los cuales planteaba una forma distinta de presentar esta historia pero lo importante era no caer en el golpe bajo y no juzgar a los personajes”.
Otros films sobre temas vinculados a la injusticia u opresión que viven los seres humanos y que pueden ser vistos en esta edición del festival son El Perro Molina, de José Celestino Campusano; La huella en la niebla, de Emiliano Grieco; o El patrón, anatomía de un crimen, de Sebastián Schindel.