Coimas en el Senado: el último tramo del juicio, en penumbras
Se desarrolló hoy la penúltima audiencia del juicio por el presunto pago de sobornos en el Senado, en 2001. La audiencia estaba prevista para las 10, pero empezó una hora y media después por un corte de luz. La sala estuvo iluminada con luz natural, que entraba por las ventanas. Dieron sus últimas palabras Fernando De Santiñaes y Augusto Alasino.
De Santibañes leyó un escrito donde detallaba supuestas contradicciones de fechas y horarios.
Fotos: Majo Malvares.
Con Comodoro Py en penumbras por un corte de luz que empezó a media mañana, se desarrolló la penúltima audiencia del juicio por el presunto pago de sobornos en el Senado de la Nación. Hoy dieron sus últimas palabras ante el Tribunal Oral Federal N°3 el ex titular de la SIDE, Fernando De Santibañes, quien afirmó que “nada de lo que dijo (Mario) Pontaquarto es cierto”. También hablaron el ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique y los ex senadores justicialistas Alberto Tell y Augusto Alasino.
El juicio por el presunto pago de sobornos en el Senado de la Nación está llegando a su fin. A fines de 2003, el ex secretario parlamentario contó que había actuado como “valijero” del pago de coimas. Y que había retirado el dinero de la SIDE, después de una reunión en Casa de Gobierno donde el entonces presidente Fernando De la Rúa autorizó la transacción para que se pudiera aprobar la Ley de Reforma Laboral en abril de 2000. Además del ex presidente, y los ya citados, están imputados los ex senadores justicialistas: Remo Costanzo y Ricardo Branda. Otros dos involucrados no llegaron al juicio oral: el salteño Emilio Cantarero, por su estado de salud, y el radical mendocino José Genoud, que se suicidó en 2008.
La audiencia estaba prevista para las 10 de la mañana, pero comenzó una hora y media después por el corte de luz. Comodoro Py estaba casi vacío: la mayoría de los empleados se fue antes del mediodía. Algunos jueces igual se quedaron, como el flamante presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, Mariano Borinsky, que aprovechó para saludar a colegas.
Todas las audiencias de este juicio fueron filmadas por cámaras fijas. Como hoy no funcionaron, las últimas palabras de De Santibañes fueron registradas con un grabador a pilas. Entre el público, el ex ministro de economía Ricardo López Murphy, sentado en la última fila de la sala, seguía atento las palabras de sus correligionarios. Fue a saludar a De la Rúa y De Santibañes. El economista fue ministro de la Alianza en las carteras de Economía e Infraestructura –por quince días- y de Defensa, de 1999 a 2001.
En la sala, iluminada con luz natural que entraba a través de cuatro ventanales gigantes, De Santibañes leyó un escrito donde detallaba supuestas contradicciones de fechas y horarios en las que habría incurrido Pontaquarto en sus sucesivas declaraciones. También criticó la instrucción de la causa. Al juez que la llevó, Daniel Rafecas, lo tildó de "no imparcial".
Durante los alegatos, el equipo de abogados que se ocupa de la defensa de De la Rúa ya había cuestionado en idéntico sentido las declaraciones de Pontaquarto. Afirmaron que mintió y que nunca existió la entrega de dinero a los senadores justicialistas para aprobar la Ley de Reforma Laboral.
Luego le tocó el turno al ex senador entrerriano Alasino, que en un discurso político, elogió el Senado del que fue parte y a la década del ’90, por “el legado constitucional que dejó”, en referencia al Pacto de Olivos y la nueva Constitución. También aprovechó la oportunidad para criticar al gobierno de Cristina Fernández y a la militancia actual.
Después de un breve cuarto intermedio, donde los imputados y abogados deambularon por los tribunales a oscuras y de algún juzgado cercano se escuchaba un brindis estridente, habló el ex senador jujeñoTell. Ante los jueces Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo se mostró emocionado, habló del sufrimiento que le significó la causa a su familia. “Yo sabía que era todo una mentira. Es un arrepentido a sueldo”, dijo en referencia a Pontaquarto.
El ex ministro Flamarique fue el último en hablar. A diferencia de declaraciones anteriores, dijo que ya no odiaba. “Sentía una necesidad de venganza, pero después de una introspección me di cuenta que no quiero parecerme a los canallas que me pusieron en este lugar. Lo que no me va a ser igual es que haya verdad y justicia en este proceso”, dijo con voz firme el mendocino.
Durante el juicio, la fiscalía solicitó la pena de seis años de prisión para De la Rúa, de Santibañes, Alasino, Tell y Costanzo; y un año y seis meses de prisión en suspenso para Pontaquarto. En tanto, requirió la absolución de Branda y Flamarique.
El lunes a las 11 serán las últimas palabras de Costanzo y de Branda. A las 17 se dará lectura a la sentencia del juicio que comenzó en agosto de 2012.
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