Mitos y verdades sobre los principales puntos de la Ley 26.548 de 2009, que dio autonomía al BNDG y ordenó el traslado al Ministerio de Ciencia, Técnica e Innovación Productiva. Cómo serán los cruces con el equipo Argentino de Antropología Forense.
Si existe una institución en Argentina que se ha ganado el respeto del mundo científico dentro y fuera del país, es el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). Creado en 1984 por impulso de Abuelas de Plaza de Mayo y diversos organismos gubernamentales, desde sus orígenes se dedicó básicamente a la identificación de bebés, niñas y niños desaparecidos o nacidos en cautiverio durante la dictadura cívico militar.
En los últimos días se habló mucho del BNDG y de su traslado del Hospital Durand -donde se encuentra- al Ministerio de Ciencia, Técnica e Innovación Productiva, como lo establece la Ley 26.548 de 2009. Alan Iud, abogado de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, explicó a Infojus Noticias: “El tema está en agenda porque hubo un planteo de un grupo de personas que pidió que se suspenda el traspaso del Banco. Y eso despertó interés de ciertos medios de comunicación. El juez (Ernesto Marinelli) dictó una suspensión temporaria del traslado, que no es una cautelar”.
Autonomía, autarquía y cuestionamientos
El Hospital Durand pertenece a la Ciudad de Buenos Aires. Las autoridades y el personal son empleados de la Ciudad, mientras que los equipamientos y reactivos que utiliza pertenecen al Estado Nacional. Víctor Penchaszadeh, médico genetista, fue quien orientó a las Abuelas en las primeras búsquedas científicas del índice de Abuelidad y participó en la conformación del BNDG. Hoy es uno de los coordinadores del traspaso del Banco: “En realidad la autoridad del BNDG desde 1987 ha sido siempre el Poder Ejecutivo Nacional. Porque, por un lado estaba la entonces Municipalidad de Buenos Aires, pero la autoridad era el ministerio de Salud de la Nación. Lo que hizo la nueva ley es pasarlo del ministerio de Salud al de Ciencia, y creo que eso es positivo porque son temas que no tienen que ver con la salud específicamente y sí con la ciencia y la tecnología de la identificación”. “Lo que la nueva ley le dio al Banco, agrega Alan Iud, es una autonomía y una autarquía que hasta ahora no tenía”.
Entre los aspectos cuestionados de la ley Ley 26.548 –sancionada y promulgada en noviembre de 2009- está la limitación del objeto del BNDG a los casos delesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, es decir, hasta el 10 de diciembre de 1983. Muchos se preguntan qué sucederá con otros casos de filiación que hasta ahora se realizaban en el Durand -por ejemplo un juicio ordinario de paternidad, o un caso de apropiación de un niño que no fue producto del accionar de la dictadura-.
Héctor Targovnik, el otro coordinador del traspaso del banco, explicó a Infojus Noticias que “en estos momentos, luego de un análisis del ministerio (de Ciencia), una de las decisiones que se han tomado es trasladar todas las muestras –ya sean de lesa humanidad o no- y armar para estas últimas un laboratorio asociado al BNDG, que se encargue de todos los estudios de no lesa humanidad. Sería un segundo banco que funcionaría en el mismo lugar y con un costo mínimo o gratuito. Incluso ya hay en el Senado un proyecto de ley para esto”.
En cuanto a las versiones de que las muestras genéticas de los familiares y desaparecidos podrían ser utilizadas para otras investigaciones por el laboratorio, Alan Iud lo desmintió: “Eso es falso; la ley establece que la información genética recabada para localizar gente desaparecida sólo puede ser utilizada para ese fin. Además obviamente, del uso en un proceso penal para establecer las responsabilidades en función de esa desaparición: localizar, juzgar y sancionar. Si se hicieran otras investigaciones con las muestras, de genómica o lo que fuere, sería un delito”.
Cruces con el Equipo Argentino de Antropología Forense
Otro de los supuestos que ha generado incertidumbre es la posibilidad de un entrecruzamiento de la base de datos del BNDG –conformado con los perfiles genéticos de alrededor de 500 familiares que buscan un nieto- con la del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) –cuya base de datos contiene los perfiles de más de 9000 personas que tienen un familiar desaparecido.
“En realidad hace muchos años que venimos trabajando en colaboración con el Durand, completando los bancos nuestro y de ellos”, le explicó a Infojus Noticias Cecilia Ayerdi, coordinadora del EAAF. “Por ejemplo, si la madre de un desaparecido dio su sangre para el BNDG porque buscaba a su nieto y esa señora murió, por pedido de su familia se puede intercambiar ese perfil para integrarlo a nuestra base de datos”.
Lo propio sucede en el caso de que el EAAF identifique los restos de un desaparecido, por ejemplo, cuyo hijo se busca en el BNDG. En ese caso se intercambia esa información; tener el perfil del padre –en lugar de abuelos o tíos- significa para el BNDG tener un perfil genético más completo del nieto buscado. “Pero esto -aclaró Ayerdi- siempre se hace por pedido expreso de los familiares y con intervención judicial. Estamos hablando de otras posibles colaboraciones. Pero los bancos de datos no se van a juntar; nunca se habló de unificarse”.
La apresurada versión del entrecruzamiento de datos de los bancos anunciada en algunos medios, llegó con el anuncio de que, al agrandarse la base de datos, se produciría proporcionalmente un mayor número de “falsos positivos” en los cotejos de las muestras genéticas. Esto también fue desmentido por los expertos consultados. Así lo explicó Penchaszedeh: “Los científicos estamos acostumbrados a lidiar con falsos positivos. Todas las mediciones en ciencia están sujetas, en primer lugar, a un margen de error, y en segundo, al efecto del azar. ¿Cómo puede intervenir acá el azar? Si tenemos una base de datos muy grande, de millones de personas, y queremos cotejar un caso particular, puede dar lo que se llama un falso positivo.”
Para los análisis de compatibilidad genética sólo se utilizan trece de los miles de marcadores genéticos que contiene el ADN de una persona. Por eso puede aparecer un caso de compatibilidad genética entre personas que no son familiares. Esto es un falso positivo. “Lo que pasa es que uno minimiza la probabilidad de obtener falsos positivos con la metodología adecuada”, explicó Penchaszadeh. “En este caso, tiene que ver con un exhaustivo estudio de las circunstancias históricas y de contexto que involucran a las personas en cuestión. Por ejemplo, si se sabe que un joven nació en 1978 y el perfil coincide con el de un padre o madre que murió en 1976, ya se sabe que no puede ser”.
Para contrarrestar los efectos de informaciones erróneas o distorsionadoras, el ministerio de Ciencia, Técnica e innovación Productiva ha organizado una serie de encuentros con organismos de derechos humanos, docentes y periodistas, a fin de dar a conocer los detalles de la Ley del Banco Nacional de Datos Genéticos y cómo se realizará el traslado a la nueva sede -que se estima para principios del año próximo- en el séptimo piso del edificio de la avenida Córdoba 831 del Ministerio.