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A las tres de la madrugada y luego de una larga negociación de cinco horas que encabezó Sergio Berni con dos grupos de vecinos distintos, se levantó el corte de la autopista Illia. Durante ocho días, los manifestantes pidieron que se solucionara un conflicto habitacional. “Hemos abierto un canal de diálogo entre la Ciudad y los damnificados", señaló el secretario de Seguridad de la nación a los periodistas en una rueda de prensa improvisada en la misma autovía.

Ayer, cuando los manifestantes ya llevaban ocho días de corte pidiendo la presencia de funcionarios porteños para tratar el problema habitacional, los hechos se precipitaron. La fiscal contravencional porteña, Daniela Dupuy, envió un oficio a los jefes de la Policía Federal, la Metropolitana y Gendarmería, advirtiendo que no necesitaban una orden de desalojo para “hacer cesar” la contravención y garantizar “el libre tránsito”. “No tengo que dar ninguna orden. Los tres jefes policiales tienen facultades y atribuciones”, explicó la funcionaria del equipo A de la Unidad Fiscal Este de la ciudad, ante los medios.

La protesta había comenzado el 30 de diciembre cuando un puñado de vecinos fue desalojado por orden judicial de sus casas, que habían sido levantadas con mucha precariedad sobre terrenos que pertenecen al Ferrocarril Belgrano Norte, en la villa 31 de Retiro. El corte interrumpía un punto neurálgico de comunicación entre la capital federal y el norte del Gran Buenos Aires.

Los vecinos pedían, si no les solucionaban el problema del techo propio, un subsidio de 50 o 60 mil pesos para poder establecerse en otro lugar. Algunos funcionarios habían prácticamente descartado esa posibilidad. “No vamos a ceder ante la extorsión de 20 personas”, había asegurado Marina Klemensiewicz, secretaria de Hábitat e Inclusión porteña. "Reclaman un subsidio por fuera de los parámetros. Nosotros vamos a resolver el conflicto", había dicho la funcionaria. Y aseguró que las autoridades de la ciudad estaban “dialogando” con los vecinos para solucionarlo. “Todos los días estuvimos presentes, hablando con los vecinos del barrio, que no están de acuerdo con esta gente”, dijo en referencia a los manifestantes.

“Es una vergüenza, un verdadero papelón que no haya funcionarios tratando de resolver el problema”, dijo Berni. “Si Macri nos pide a la Gendarmería para desalojar, por supuesto que intervendremos”, agregó el funcionario nacional. “Cada vez que el gobierno porteño tiene que desalojar familias otorga un subsidio generando así un mercado inmobiliario del desalojo, que no tiene antecedentes”, se quejó Berni.

Ayer la tarde, Berni se reunió con la fiscal Dupuy para ver de qué manera podía intervenir. Sobre las once y media de la noche, llegó al lugar del piquete encabezando un operativo con la Gendarmería. “Estuvieron negociando unos 45 minutos”, contó una fuente del ministerio de Seguridad de la Nación. “Les dijo que estaban cometiendo un delito, que llevaban ocho días de cortes y tenían que seguir discutiendo con la ciudad. Ellos pedían la presencia de funcionarios porteños”, agregó el informante. Los vecinos llegaron a un acuerdo y se retiraron.

Pero una hora más tarde, llegó al lugar otro grupo de medio centenar de personas que aseguraron que no iban a abandonar el corte. Según la fuente, tenían palos y piedras, y una actitud más hostil. “Berni llamó a Montenegro, que llegó pasadas las 12 30. Allí se comprometió a analizar caso por caso”, contó. En el ministerio de Seguridad porteño, no respondieron las consultas de Infojus Noticias.

Cerca de las tres de la madrugada, con la promesa de una reunión entre los vecinos y el gobierno porteño para el miércoles, el bloqueo de ocho días sobre la autopista Illia se liberó.