El martes, la fiscalía continuará con los alegatos, en el cuarto año del proceso oral más grande del interior país. “Los juicios no dependen de un gobierno, son parte del pacto social”, dijo el fiscal Facundo Trotta. Durante la feria, murió Raúl Eduardo Fierro, uno de los imputados.
El ex oficial del Ejército Raúl Eduardo Fierro, alias “El Francés”, era uno de los imputados en el juicio La Perla, Córdoba, donde estaba siendo juzgado por 540 delitos. En 2010, había sido condenado a prisión perpetua junto con Jorge Rafael Videla por el fusilamiento de 31 presos políticos del penal de San Martín y se enfrentaba a una inminente condena en este nuevo proceso. Pero murió, producto de una enfermedad terminal, en los primeros días de este año.
Fierro, que como teniente coronel ocupó la jefatura de Inteligencia del Tercer Cuerpo de Ejército desde 1975, es el quinto imputado que fallece desde que comenzó el juicio más grande que se registre en el interior del país, en diciembre de 2012. El próximo martes, el Tribunal Oral Federal N°1 de Córdoba reanudará las audiencias y comenzará así el cuarto año del proceso judicial que tiene, ahora, a 51 imputados por delitos cometidos contra 716 víctimas que pasaron por diferentes centros clandestinos, entre 1975 y diciembre de 1978.
La noticia de la muerte de Fierro llegó al despacho del fiscal Federal Facundo Trotta recién hoy, con la llamada de Infojus Noticias, mientras repasaba su alegato. Según explicó Trotta, Fierro fue el responsable de Inteligencia de toda el Área 311 y fue visto varias veces en La Perla.
Los alegatos del equipo de fiscales comenzaron en diciembre pasado y fueron interrumpidos por la súbita muerte de uno de los defensores particulares, que representaba a varios de los imputados. Encabezados por Facundo Trotta, el equipo se integra con Virginia Miguel Carmona y Rafael Vehils Ruiz y tiene la misión de exponer sobre nada menos que 716 víctimas.
El martes, Virginia Miguel Carmona continuará describiendo los hechos de la causa “Barreiro”, que juzga delitos cometidos por el Comando Libertadores de América (CLA) en la segunda mitad de 1975.
“La magnitud del juicio no tiene por qué alterarte los principales ejes del alegato, que son dos: ¿Están acreditados los hechos? ¿Participaron los acusados? En este caso, como se trata de un plan sistemático, se repite el modo de proceder y el trato que recibieron las víctimas en los campos de concentración”, explicó el fiscal Trotta, en diálogo con esta agencia.
Más de 500 personas declararon en el juicio. La prueba acumulada da cuenta de delitos cometidos por diversas fuerzas, que contaban con una red de centros clandestinos en toda la provincia. El D2 de la Policía, La Ribera y La Perla figuran entre los más célebres y cruentos.
“Los juicios no dependen de un gobierno en particular. Forman parte del pacto social. Obviamente que quienes fueron cómplices, no van a querer que esta política siga. La mayoría de la sociedad los asume como una política esencial para un Estado de derecho. Celebro que podamos continuar con estos juicios tras el cambio de gestión”, dijo Trotta.
¿Qué fue el CLA?
En Córdoba, el terrorismo de Estaco comenzó a aplicarse mucho tiempo antes del 24 de marzo de 1976. El grupo encargado de impartirlo fue el Comando Libertadores de América (CLA), para muchos, una versión local de la Triple A; para otros, un organismo clandestino con más corte marcial. Los crímenes del CLA, acumulados en las causas “Barreiro” y Vergez”, serán desgranados por el equipo de fiscales que encabeza Trotta.
“EL CLA fue un comando paramilitar y parapolicial compuesto por el D2 de inteligencia de la Policía, el Destacamento de Inteligencia 141 y personal civil contratado. Actuaban al margen de la legalidad pero utilizando espacios y bienes del Estado”, explica Trotta. Los dos hombres fuertes del Comando fueron el militar Héctor Vergez y el jefe del D2, Raúl Pedro Telleldín. Según la prueba que cita Trotta, “Vergez fue enviado a Córdoba en diciembre de 1974 para hacerse cargo de la represión por José López Rega y se pone al servicio de las autoridades que habían intervenido el Gobierno provincial en febrero de 1974, con el “Navarrazo”.
El Comando Libertadores de América comenzó a operar antes de que Luciano Benjamín Menéndez llegara a ser jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, en octubre de 1975. Fue entonces que se subordinó a su poder.