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“Yo te voy a matar si te vas”, la amenazó el hombre-a quien nombraremos como R.E.A.- a su pareja a mediados de 2009. Ella lo denunció ante la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte y dejó de convivir con él. Tiempo después lo cruzó por las calles de Lugano, discutieron y él le clavó un puntazo. Hoy, la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena de diez años de prisión para el agresor por el delito de homicidio en grado de tentativa agravado por el vínculo.

Los jueces Pedro R. David, Alejandro W. Slokar y Ángela Ester Ledesma ratificaron la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2 de la Capital Federal que había fallado en primera instancia. Descartaron las circunstancias extraordinarias de atenuación que había propuesto la defensa del acusado, tales como la figura de emoción violenta.

El ataque ocurrió el 15 de mayo de 2010 a las 15 en la calle Ordoñez, al sur de la Ciudad de Buenos Aires. Según se desprende del fallo de Casación, al que tuvo acceso Infojus Noticias, quedó acreditado que el hombre luego de “sujetarla de los brazos y arrinconarla contra la pared”, le dio “un puntazo en el abdomen a la altura del hígado con un elemento punzo cortante (posiblemente un arma blanca) que le produjo lesiones de carácter grave”.

La jueza Ledesma tuvo a su cargo el primer voto, al que adhirieron sus colegas. El juez Slokar amplió fundamentos. En sus argumentos, los magistrados hicieron hincapié en las denuncias previas que había hecho la mujer en las que relataba que su esposo “se enojaba de nada”, que no quería que trabaje ni estudie. Y que la había golpeado en reiteradas ocasiones. En los últimos ocho años de relación, la víctima había contado entre 5 y 7 episodios de violencia física. La última denuncia la había hecho tres meses antes del ataque en la calale.

En esa oportunidad, el hombre se había enterado que ella mantenía una relación con un ex novio y se había roto el celular. “Yo le dije que no me iba a ir porque era mi casa. Me dijo que si me quedaba un minuto más me mataba” relató la mujer ante la OVD.  La mujer pidió un impedimento de contacto y que se fijara un régimen de visitas de los hijos que tenían en común. Las especialistas del órgano que depende de la Corte Suprema señalaron en un informe que el riesgo era alto.

Las medidas judiciales llegaron tarde. Los jueces cuestionaron la actuación del propio Poder Judicial en este caso. “La víctima en dos oportunidades confió al Estado”, señalaron. La prohibición de acercamiento de R. y su exclusión del hogar conyugal recién fueron atendidos el 23 de septiembre de 2011, cuando el agresor ya la había atacado.

La defensa del hombre condenado había presentado el argumento de “emoción violenta” para evadir la prisión. En su voto Slokar remarcó los “deberes del Estado asumidos en virtud de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer”. Y citó a la CEDAW al afirmar que “los estados partes adoptarán todas las medidas adecuadas para eliminar la discriminación contra la mujer en todos los asuntos relacionados con el matrimonio y las relaciones familiares y, en particular, asegurarán, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres”.

MFA/LC