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Cuando Alejandra Bellini se enteró que su alumno de sala de cinco, Agustín Marrero, había sido asesinado por su padrastro no lo podía creer. Hacía menos de un mes que lo conocía: “Era un niño normal que jugaba, que era feliz en el jardín”, dijo hoy en una entrevista que le hicieron en la radio Vorterix. En tres ocasiones llegó a la escuela con lastimaduras mínimas, pero siempre la madre acercaba certificados médicos que indicaban que Agustín se había golpeado mientras jugaba. “No se eleva ningún protocolo, porque no hubo en ningún momento presunción de que tuviera una situación familiar violenta”, dijo la maestra. El viernes último, sin embargo, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires decidió apartarla a ella y a Elsa Vincova, la directora del jardín de infantes N°2 DE 12. En repudio, hoy los docentes porteños realizan un paro y desde el lunes vienen convocando a abrazos y reuniones en todas las escuelas.

Este año Agustín había empezado las clases una semana más tarde que el resto de sus compañeros. Recién llegado de Villa Gesell, su familia había tenido problemas con la inscripción online y no conseguía vacante. Aun así, la escuela los recibió con una entrevista familiar, como ocurre con todos los niños y niñas. Nada parecía indicar que Agustín era víctima de violencia.

La primera vez que apareció lastimado tenía un moretón en una de sus mejillas, apenas del tamaño de la yema de un dedo. Otro día llegó con un pequeño chichón en la frente. La madre del niño siempre explicaba que Agustín se había lastimado jugando. La última vez fueron los dientes: tenía un par menos y en la escuela pensaron que se le habían caído, como le ocurre a cualquier chico de esa edad. Pero además de un certificado de un odontopediatra que también presentó la madre, incluso esta vez fue Agustín el que se lo explicó a Alejandra:

—Seño, me caí jugando en la bañadera.

“El niño jamás dio evidencias de una situación conflictiva en su domicilio”, dijo Alejandra hoy, tras ser desplazada de su cargo junto a la directora de la escuela. Apenas se enteraron, los padres y madres corrieron en su apoyo. Heridos por la muerte de un compañero, el resto de los niños a cargo de Alejandra quedaron ahora sin su maestra.

El viernes último, funcionarios del gobierno de la Ciudad se acercaron al jardín y dialogaron con la comunidad educativa. Ante cientos de padres y madres que se movilizaron hacia la escuela cuando se enteraron, explicaron que la decisión tomada era para impedir que ni la maestra ni la directora entorpecieran la investigación. “Pero lo cierto es que no hay ninguna manera de que eso suceda porque ya todos los informes fueron elevados a la junta de disciplina”, dijo a Infojus Noticias Matías Segreti, padre una niña de la escuela y docente de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE).

—¿Quién se va a ocupar de mi hija cuando le digan que se va la maestra? ¿Quién le va a dar explicaciones a los chicos? —les dijo una madre durante la reunión, aunque la decisión era inamovible.

Para la comunidad educativa del jardín de infantes, el gobierno porteño debería escucharlos y, por sobre todas las cosas, proteger a los niños y niñas que asisten allí. “Hay chicos debilitados por un duelo y en vez de fortalecer, lo que deciden es hacer todo lo contrario. Tienen una manera de procesar estos conflictos a través de la culpabilización y dejan una comunidad desamparada”, dijo Segreti. Desde el lunes, escuelas de todos los distritos de la Ciudad realizan abrazos para exigir justicia por Agustín y en solidaridad con Alejandra y Elsa. “Queremos que se investigue y que haya un sumario pero no que se las aparte, es injusto que se deje a una escuela desamparada- Pedimos políticas públicas para la protección de la niñez”, explicó Segreti.

“La herida de la comunidad educativa es profunda y dolorosa. Pedimos justicia por Agustín, por todos los chicos que son víctimas de violencia y exigimos la restitución inmediata de la maestra Alejandra Bellini, y de Elsa Vincova, la directora, dos docentes con una trayectoria intachable", dijo el secretario general de UTE, Eduardo López, durante una conferencia de prensa junto a los padres del Jardín de Infantes N° 2 del barrio de Flores.

Desde UTE también denunciaron la falta de apoyo que tienen las escuelas. En la Ciudad existen equipos de orientación escolar confirmados por psicólogos, trabajadores sociales y psicopedagos, pero apenas hay uno por cada veinte escuelas. “Por más que los profesionales sean muy buenos y tengan vocación de anticipar, hay algo que tiene que ver con el tiempo que lo dificulta, las intervenciones requieren tiempo y entrevistas”, explicó Segreti.

Otro problema radica en la diferente jerarquización de las profesiones. “Se culpa siempre a los  docentes, pero nadie pone en duda el saber de un médico que avala lesiones que pueden haber sido por violencia doméstica. Nadie cuestiona el saber médico”, agregó Segreti.

“El gobierno de la Ciudad está inflexible desde el viernes que hizo la separación de la maestra y la directora de la escuela, ante las mamás y los papás que lloraban. La decisión es no oír ni a los docentes ni a los padres”, dijo a Infojus Noticias Mariano Denegris, secretario de UTE.

El  paro fue convocado por los gremios UTE, Sedeba, Camyp y Ademys para todos los niveles educativos de la ciudad de Buenos Aires, y será acompañada por un abrazo al mediodía a la escuela a la que concurría el nene, en Avellaneda al 2500. “La otra posibilidad es continuar con una medida judicial. Si mañana no dan marcha atrás, se evaluará presentar un amparo”, agregó Denegris.

AS/RA