La reconstrucción duró cinco horas y empezó el casa de la madrina de la adolescente, donde se hospedaba y terminó en el lugar donde la encontraron muerta. La jueza tomó declaración a diez testigos.
Esta mañana, la jueza uruguaya Silvia Urioste junto a la fiscal Gabriela Sierra y efectivos de Policía Científica, Técnica y personal de la División de Investigaciones y Narcotráfico de Prefectura reconstruyeron las últimas horas de Lola Chomnalez, la joven argentina asesinada en Barra de Valizas. El recorrido duró 5 horas: comenzó en la casa que había alquilado su madrina donde se hospedaba y terminó en el lugar donde la encontraron sin vida. Por la tarde, la magistrada tomó declaración a diez personas que fueron citadas al juzgado en calidad de testigos.
La reconstrucción, ordenada por la titular del Juzgado de Letrados de Segundo Turno de Rocha, empezó a las 6 de la mañana y participaron un total de 25 personas. Estuvieron testigos que ya habían aportado su relato en sede judicial, como por ejemplo el carpintero que la vio caminar por la costa. Todo el recorrido, de unos 6 km. de extensión, fue cronometrado. También estuvo presente el abogado de la familia de Lola, Jorge Barrera.
Más tarde, a partir de las 15, Urioste recibió a una decena de testigos en la sede judicial. Algunos de ellos era la tercera vez que contaban ante la magistrada su versión de los hechos del último 28 de diciembre. Entre las personas que declararon estuvo el constructor que contrató al "Conejo", el hombre que había sido detenido –y luego liberado- por su parecido con el identikit divulgado.
El caso se reactivó la semana pasada cuando los investigadores encontraron la mochila que llevaba la adolescente, 17 días después de que apareciera su cuerpo. Ayer la Policía Científica envió a la jueza Urioste los resultados de los exámenes realizados a las pertenencias de Lola que tenían rastros de sangre. Las conclusiones finales de esas pericias se mantienen en reserva.
La mochila Jansport fucsia que llevaba Lola tenía adentro el libro de Julio Cortázar que estaba leyendo, un pareo, y una billetera con unos 2500 pesos uruguayos. La encontraron enterrada a 17 metros de donde apareció el cuerpo, y a doscientos de la playa. En el interior sólo faltaba el dinero de la joven, lo que inclinó a los investigadores a pensar que el crimen podría haber sido durante un intento de asalto, pero les llama la atención la violencia ejercida.
Las pruebas de laboratorio de la Policía Científica permitirán cotejar las muestras de ADN con pruebas extraídas a los nueve indagados que declararon ante la Justicia de Rocha desde que se inició la investigación hace casi un mes.
Lola había llegado el sábado 27 de diciembre a Barra de Valizas para pasar las fiestas de fin de año con su madrina y la familia de esta. Cerca de esa fecha se sumarían sus padres, Diego y Adriana. El domingo pidió permiso para ir a la playa y desapareció. La denuncia se radicó esa noche . Desde entonces se hicieron decenas de rastrillajes. La noche del 30, un lugareño encontró el cuerpo. Estaba enterrado en posición fetal, sin signos de abuso sexual –algo que corroboró la autopsia-. La joven murió asfixiada y los cortes que tenía no habían sido mortales. Su cuerpo fue repatriado y enterrado en el cementerio de la Recoleta.