Así lo dijo la abogada representante de la familia de Nicole Sossarego Borquez al salir de la audiencia en la que dos víctimas del imputado lo reconocieron como su atacante. Según los testimonios, Azcona se vestía de la misma forma cada vez que acechaba a sus víctimas.
Tres testimonios clave complicaron aún más la situación procesal de Lucas Azcona, acusado de asesinar a la estudiante chilena Nicole Sossarego Borquez. Una joven lo reconoció como quien la atacó en agosto pasado, mientras que otra dijo que la perseguía constantemente. Además, dio su testimonio una compañera de trabajo del imputado quien confirmó que el día que fue asesinada Nicole, Azcona tuvo que ser atendido en el hospital por un corte en el brazo. Al terminar la audiencia, los abogados de la familia de la víctima, Patricia Anzoátegui y Julio Cisterna, explicaron que en las mujeres que Azcona elegía como víctimas respondían a un patrón y lo describieron como un “cazador al acecho”. Desde la defensa se apuesta a demostrar que Azcona no comprendía sus actos para lograr que se lo declaré inimputable.
"Actuaba de forma ritual y siempre vestía la misma ropa”, explicó Anzoátegui a la vez que confirmó que ninguna de las mujeres describió el ataque como sexual. “Se le preguntó específicamente este tema y coincidieron en que no había una motivación de ese tipo”, explicó la abogada. Además, Julio Cisterna explicó que el tipo de mujer que Azcona elegía como presa respondían a un mismo patrón estético. “Hay rasgos físicos de gran similitud entre las mujeres que declaran haber sido atacadas por el imputado”, explicó.
Desde que la pericia de ADN demostró que Azcona estuvo presente en la escena del crimen de Nicole, la causa parece haber entrado en un tramo de resoluciones. La puja ahora parece enfocarse en si el acusado es imputable o no. Para los representantes legales de la víctima la sistematicidad con la que actuaba Azcona habla de una persona metódica, que comprende lo que hace, una especie de cazador que merodea a sus víctimas hasta poder concretar el ataque. Los testimonios de otras mujeres atacadas por Azcona son fundamentales para sostener esa hipótesis. Por parte de la defensa, se insiste en que los problemas psicológicos de Azcona le impiden comprender la criminalidad de sus actos.
Los testimonios
La audiencia ante el juez Luis Zelaya comenzó pasadas las diez de la mañana. La primera en declarar fue una compañera de la empresa de limpieza en la que trabajaba Azcona, que lo vio entrar al hospital Méndez donde ella estaba cumpliendo sus funciones, con una herida cortante en el brazo. Según relató ante el juez, Azcona le dijo que había sido atacado en un robo. “Contó que un enfermero tuvo que coserlo, sería muy importante que este hombre se presente a la justicia para confirmarlo”, explicó Anzoátegui. Este testimonio va en consonancia con lo que ya había manifestado Alejandra Sonta, la jefa de personal de la empresa donde Azcona trabajaba desde 2013.
Débora, de 27 años, fue la segunda en pasar por el despacho del juez para dar su testimonio. Ella vive en Rafael Calzada, pero trabaja en un kiosco de la Claypole a pocas cuadras de un gimnasio. Según contó ante el juez, el 13 de agosto a las 22, salió de hacer ejercicio y caminó unos 20 metros hasta la parada del colectivo 278 para volver a su casa. A su lado había un chico vestido de negro, con gorro. Ella pudo reconocerlo: había ido varias veces al kiosco en el que trabajaba. Débora subió al colectivo, el chico hizo lo mismo. Los dos bajaron en la misma parada. Débora caminaba hacia su casa y se dio cuenta que el chico la estaba siguiente. Corrió. Él fue tras ella, hasta que pudo alcanzarla. Se le tiró con todo el cuerpo encima, trató de inmovilizarla, pero ella pudo golpearlo. En el forcejeo, al atacante se le cayó el celular. En el descuido, mientras el chico trataba de recuperar su teléfono ella pudo escapar. Hoy ante el juez, no dudó en decir que ese atacante fue Lucas Azcona y que estaba vestido de la misma forma, incluso con el gorro, que en los videos de la noche en que fue asesinada Nicole.
La que tampoco tuvo dudas en decir que era Lucas Azcona quien la perseguía constantemente fue Milagros, una vecina del abuelo de Azcona. Si bien la joven no llegó a ser atacada, describió que el comportamiento acechante del imputado. También confirmó la vestimenta con la que se movía y pudo reconocerlo en el video de la noche fatal para Nicole.
Más testimonios la semana que viene
La semana próxima están previstos más testimonios de mujeres que al verlo a Azcona en los medios pudieron identificarlo como el autor de agresiones similares a las descriptas. La más relevante de ellas, una chica de 15 años, atacada el 18 de agosto en la localidad de Solano. Según supo, la adolescente fue sorprendida por la espalda con un arma blanca y cuando estaba por llevarla a un lugar apartado, la chica pudo gritar y alertar a un grupo de chicos que estaba en una esquina. Fueron ellos los que impidieron que el ataque pasara a mayores. En el forcejeo, el atacante cortó en la zona del abdomen a la chica. Herida, pudo ver como los pibes del barrio golpeaban a su agresor e incluso como uno de ellos le disparaba en una pierna.
Nicole Sessarego Borquez fue asesinada de 11 puñaladas durante la madrugada del 15 de julio cuando llegaba al departamento que alquilaba en la calle Don Bosco 4109, de Almagro. La principal hipótesis es que la estudiante fue atacada en la vereda, tras lo cual, herida, alcanzó a dar unos pasos, entrar al edificio y desplomarse en el hall.