Jorge Fischer y Miguel Ángel Bufano trabajaban en una fábrica de pintura y militaban en Política Obrera. Fueron secuestrados, torturados y, en diciembre de 1974, sus cuerpos aparecieron en Avellaneda, con cuarenta impactos de bala. El film revisa una parte de la historia argentina reciente de la que aún queda mucho por contar e investigar.
Jorge Fischer y Miguel Ángel Bufano eran dos obreros militantes que fueron secuestrados y asesinados por la Triple A en diciembre de 1974. El film, realizado por en conjunto por Ernesto Gut y Dionisio Cardozo, rescata un caso donde 7 personas fueron detenidas pero del que aún se reclama la pena a los responsables directos.
“Cuarenta balas-El caso Fischer-Bufano” es el rescate de una etapa de la historia argentina de la que aún quedan muchos cabos sueltos y reclamos de justicia. El documental -que se estrenó el jueves en el Cine Gaumont- se centra en el asesinato de Jorge Fischer y Miguel Ángel Bufano, militantes y obreros de la fábrica de pinturas Miluz, perpetrado por un comando de la Triple A.
Los jóvenes trabajadores integraban la organización Política Obrera, en la que Fischer era delegado general. Fueron secuestrados, torturados y en diciembre de 1974 sus cuerpos aparecieron en la localidad de Avellaneda, con cuarenta impactos de bala.
“Creemos que este documental puede revelar lo que vivió toda una generación de luchadores y también permite echar luz sobre aspectos políticos que no han sido muy investigados. El genocidio perpetrado a partir de marzo del '76, con el inicio de la dictadura militar, logró que se disimulara el hecho de que el terrorismo de Estado empezó mucho antes; tenemos el ejemplo de la masacre de Ezeiza, que podría considerarse la primera acción organizada de lo que luego, de manera más desembozada, constituyó la Triple A. Nos pareció que la historia de Fischer y Bufano nos daba la posibilidad de hablar también de esa época sobre la que existen profundos ocultamientos”, dijo a Infojus Noticias Ernesto Gut, uno de los directores.
La realizadores conocen la historia de Fischer y Bufano desde hace muchos años pero el nexo principal fue Viviana Asrilant (uno de los testimonios más destacados del documental), que es la viuda de Fischer. “Con ella nos unen vínculos de militancia y, sobre todo, una gran amistad. A lo largo de estos años, Viviana no sólo ha mantenido la memoria de su compañero sino que además ha sido un puntal de la lucha para que estos crímenes, y los de la Triple A en general, no queden impunes”, contó Dionisio Cardozo, el otro director.
Fue el archivo personal de Viviana Asrilant la base sobre la cual Gut y Cardozo desarrollaron la investigación, una tarea que les demandó más de dos años de trabajo. El documental tiene distintas entrevistas, material fílmico y sonoro de la época y recreación de escenas a partir de animación.
“Armamos un equipo junto a otros tres colaboradores: Nicolás Rijtman, Lorena Yenny y Javier Díaz. Un hallazgo muy significativo para nosotros fue haber recuperado la voz de Fischer, al encontrar un audio perdido del Plenario Nacional Antiburocrático de Villa Constitución, poco después del famoso Villazo de marzo de 1974 de los obreros de Acindar. No vamos a olvidar el abrazo que nos dimos junto a Javier cuando, sentados frente a una computadora escuchando unos audios, identificamos el discurso de Fischer en ese plenario”, contó Gut.
El discurso fue incluido en la película acompañado de una animación (los dibujos pertenecen a Pablo Paéz). Es un recurso que emplean en varias oportunidades a lo largo del film al no encontrar filmaciones de ese plenario histórico del que participaron también Agustín Tosco y René Salamanca, entre otros dirigentes obreros.
“Cuarenta balas” revisa una parte de la historia argentina reciente de la que aún queda mucho por contar e investigar. En materia de cine no son tantos los documentales -comparados con los que hacen referencia al período 1976/1983- que bucean en estos años de violencia.
“Creemos que, entre otras cosas, hay un tabú establecido respecto de la figura de Perón, que tuvo un rol muy cuestionable en toda esa etapa. Su muerte temprana, a pocos meses de asumir la presidencia, también contribuyó a la confusión acerca de todo ese período, políticamente muy complejo. Además, la dictadura militar bloqueó la posibilidad de que esa generación de jóvenes militantes procesara la experiencia y sacara las debidas conclusiones. Hay un debate pendiente”, dijo Cardozo.
En la película se denuncia el rol represivo del Estado pero también se cuestiona el accionar de organizaciones revolucionarias, algo que tampoco muchos otros se atreven a juzgar desde una mirada militante. “Nuestra conclusión -explicó Gut- es que cuando la lucha armada es llevada adelante por grupos minoritarios, lejos de ser revolucionaria se convierte en la excusa perfecta para que la reacción actúe, de la manera más violenta que uno pueda imaginar”.
Por el caso Fischer-Bufano hay una causa abierta a partir de la cual siete personas fueron detenidas, pero no alcanza para una justicia legítima, por eso los familiares y compañeros de los militantes siguen reclamando que se juzgue a los responsables directos de los asesinatos.
Para los directores “este caso representan el rescate de la lucha desde el clasismo previo al golpe y de la de los compañeros asesinados por la Triple A. Eran jóvenes de 23 y 25 años que se eternizaron en las conciencias de los militantes de esa época y nuestra tarea es reivindicarlos y darlos a conocer a las nuevas generaciones”.
Fueron 40 las balas disparadas por un comando de la Triple A para matar, en diciembre de 1974, a Jorge Fischer y a Miguel Ángel Bufano. Ese plomo acabó con sus vidas pero no alcanzó para que los ideales de su lucha fueran olvidados.
UR/RA