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Los tres primeros testigos declararon esta mañana en la octava causa del mega juicio de Campo de Mayo, donde el Tribunal Oral Federal N°1 de San Martín juzga delitos que damnificaron a un total de 31 víctimas. Alberto Rubén Calvo abrió la audiencia, y contó que era trabajador petroquímico y militante sindical en la fábrica Petrosur cuando lo secuestraron en la ciudad bonaerense de Zárate el 27 de marzo de 1976. “Iba caminando por la calle, me pidieron los documentos y se los mostré. Me dijeron que yo estaba en su lista. Me llevaron a la comisaría y estuve tres días en la seccional de Zárate y también en el barco Murature, amarrado frente al Arsenal de Artillería de Marina, que fue un centro de torturas”, declaró Calvo esta mañana.

La octava causa de Campo de Mayo –que empezó el 8 de abril- ha convocado a declarar a 63 testigos. La mayoría de los casos son sobrevivientes de detenciones ilegales de las zonas de Escobar, Zárate y Campana ocurridas en el mes de marzo de 1976, días después del golpe militar.

Calvo recuperó la libertad el 24 de diciembre de 1977. Fue el primero en conseguirla entre los detenidos en jurisdicción del Área 400. El Comando Delta Área 400 fue el aparato militar encargado de la inteligencia y la represión en la región; y actuó en sintonía con sindicatos y otras entidades civiles.

Al igual que Calvo, Eva Raquel Orifici y Raúl Alberto Marciano -ex militantes de la organización Montoneros-, declararon varias veces ante los organismos de derechos humanos y en los Juicios de la Verdad en 2003. Hoy en el juzgado de San Martín, el matrimonio Orifici y Marciano contó que fue secuestrado en su casa de Del Viso el 29 de marzo del ’76 por un grupo de personas que llegaron en dos vehículos. Algunos estaban encapuchados, otros llevaban pelucas; todos vestían ropas de civil.

Esas personas golpearon a Orifici y Marciano, les taparon los ojos, los ataron de pies y manos. Después los cargaron en los vehículos en que habían llegado, junto con todo lo que había en el domicilio. En la vivienda dejaron solo al hijo de la pareja, Martín, de dos años. Cuando el automóvil que los trasladaba se detuvo y los hicieron bajar, el matrimonio dedujo que habían llegado a Escobar y que estaba detrás de la comisaría, un lugar de depósito de vehículos secuestrados que ha sido modificado. Allí los pusieron en un camión celular con celdas internas, donde había más personas.

En ese camión Orifici y Marciano hablaron con Gastón Gonçalves a quien conocían por la militancia. Éste les dijo que se encontraba detenido hacía dos o tres días, que lo habían torturado y que ignoraba el destino que tendrían todos ellos. “Nos dijo que a nosotros también nos iban a torturar”, relataron los testigos. Gonçalves fue asesinado en 1976 y por su caso fue juzgado el ex policía Luis Alberto Patti. “Patti lo secuestró, lo torturó y fue el responsable de ocultar el cuerpo durante veinte años en una fosa NN en Escobar”, sostuvo la abogada Ana Oberlin en el juicio que condenó a Patti en 2011.

Orifici y Marciano permanecieron vendados, pero pudieron ver que sus custodios usaban borceguíes y ropa de fajina. Por las voces de mando supieron que se trataba de personal de la policía de la Provincia de Buenos Aires. Después el camión celular se movió y los trasladaron a la zona de Zárate -Campana, donde perdieron contacto con Gastón Gonçalves.

El matrimonio salió en libertad condicional en 1982, pero debió presentar tres garantes no familiares que se hicieran cargo de su libertad.

Por la causa son juzgados los ex militares Santiago Omar Riveros, Sergio Buitrago, Servando Ortega y el ex comisario de Escobar Fernando Meneghini, que en la audiencia anterior declaró que él nunca se había enterado de nada.