Ese es el nombre de la película dirigida por Javier Torre que se estrenó la semana pasada. El film reconstruye el encuentro entre el dictador y personalidades de la cultura, ocurrido el 19 de mayo de 1976. Fue dos semanas después del secuestro del escritor Haroldo Conti. “Es un tema del que hace poco tiempo atrás mucha gente no quería recordar”, dijo Arturo Bonín.
Aquel controversial encuentro que el 19 de mayo de 1976 mantuvo el presidente de facto Jorge Rafael Videla con los escritores Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, Horacio Ratti (presidente de la Sociedad Argentina de Escritores) y el cura y ensayista Leonardo Castellani en la Casa de Gobierno llegó a los cines la semana pasada con el estreno de “El almuerzo”. La película, dirigida por Javier Torre, traza un paralelo entre la reunión mantenida por estas personalidades destacadas de la cultura argentina con el dictador Videla en momentos en que el escritor Haroldo Conti se encontraba detenido-desaparecido.
A lo largo del filme se muestra a Sabato (Lorenzo Quinteros) y a Borges (Jean Pierre Noher) como los más interesados en dialogar y agradar a Videla (Alejandro Awada), mientras que Ratti (Roberto Carnaghi) y Castellani (Pompeyo Audivert) son más cautos y concretos en sus intervenciones bajo una mirada atenta de quien entonces era secretario de la presidencia, el general José Rogelio Villareal (Arturo Bonín).
“Mi personaje era un tipo siniestro, un hombre que hablaba poco y nada pero que representaba a la materia gris del golpe, él daba el visto bueno de las cosas y se sabía que Videla consultaba muchas de las decisiones importantes con Villareal”, contó a Infojus Noticias Bonín, que encarnó al militar santiagueño.
La película está filmada en una textura sepia que remite a la década del 70’ y, quizás también, aludiendo a los tiempos grises que se vivían. “Cuando grabamos las escenas, en el lugar exacto donde se realizó el almuerzo, podíamos sentir la tensión de estar en el sitio mismo donde sucedió la historia, se respiraba un clima teatral”, dijo Bonín, que recordó que por aquellos días él formaba parte del elenco de “Esperando la carroza” en el Teatro del Centro.
Conti, Di Benedetto y las odas a Videla
Gran parte del guion de “El almuerzo” está construido a partir del tomo III del libro “La Voluntad”, de Martín Caparrós y Eduardo Anguita. Allí cuentan que “Videla inició la conversación preguntándole a Borges sobre su viaje a los Estados Unidos y los resultados de su operación de ojos” y que el menú estuvo compuesto por “budín de verduras con salsa blanca, ravioles y ensalada de frutas con crema o dulce de leche, con vino tinto Bianchi 1887 y San Felipe blanco”.
Dos meses después del encuentro los que accedieron a contar detalles de lo sucedido en el almuerzo a la revista Crisis fueron el padre Castellani y Horacio Ratti, en tanto que Borges y Sábato se negaron a hacerlo: el primero por no tener “tiempo” y el otro fue contundente: “yo no hago declaraciones para la revista Crisis”.
En el reportaje a Castellani -en el que la película también se apoya- el cura contó que le expresó a Videla su preocupación por Haroldo Conti, “un cristiano que fue secuestrado hace dos semanas y del que no sabemos nada” en tanto que Sábato hizo un pedido similar por el escritor Antonio Di Benedetto. Por su parte Ratti dejó una lista de reivindicaciones e inquietudes respecto al gremio de los escritores y Borges hizo silencio sobre estos temas.
A la salida del almuerzo y consultados por la prensa que esperaba en las puertas de la Casa de Gobierno, Sabato declaró: “El general Videla me dio una excelente impresión. Se trata de un hombre culto, modesto e inteligente. Me impresionó la amplitud de criterio y la cultura del presidente”.
Borges sostuvo: “Le agradecí personalmente el golpe del 24 de marzo, que salvó al país de la ignominia, y le manifesté mi simpatía por haber enfrentado las responsabilidades del gobierno. Yo nunca he sabido gobernar mi vida, menos podría gobernar un país”.
El foco en los personajes
En el filme se muestra como Haroldo Conti (Jorge Gerschman) es golpeado y secuestrado en su casa por un grupo de tareas y luego torturado por los militares. También se relata la ayuda que recibió su mujer Marta Scavac (Mausi Martínez) desde la embajada de Cuba para salir del país con su hijo Ernesto y revela que la última persona en verlo con vida fue el padre Castellani a quien se le permitió visitarlo en el centro de detención.
“La película pone en foco a personajes de la cultura que tenían una responsabilidad social y este tipo de obras son necesarias en este momento para dar testimonio de nuestra historia reciente de la que hace un tiempo atrás mucha gente no quería recordar ni oír hablar”, afirmó Bonín.
“El almuerzo” no juzga a ninguno de los personajes de aquella historia sino que reconstruye los hechos a partir de un trabajo de investigación para que luego el espectador saque sus propias conclusiones.
UR/RA