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Por una resolución de la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata, Gustavo Modesto Demarchi, líder de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), una facción de ultraderecha, que funcionó como apéndice de la Triple A, seguirá preso. La resolución ratificó el procesamiento dictado por el juez Santiago Inchausti el 10 de octubre pasado, donde señaló a Demarchi como presunto “jefe de una asociación ilícitica" e “instigador” de los seis homicidios calificados y el secuestro de María del Carmen Maggi, y le impuso la prisión preventiva. Además, Inchausti lo acusó de haber seleccionado la mano de obra para perpetrar las venganzas, y desde su cargo como fiscal, haber pedido el sobreseimiento o archivo de las causas en las que aparecía involucrado un miembro del grupo.

Al momento de los hechos, Demarchi se desempeñaba como fiscal federal de Mar del Plata. Fue puesto a disposición de la Justicia argentina el 21 de septiembre del año pasado, tras ser extraditado de Colombia. Demarchi había apelado una resolución emitida en 2012 por la Justicia federal, acusado de delitos de lesa humanidad junto a Mario Ernesto Durquet, Raúl Moleón, José Luis Granel, Juan Carlos Asaro, Luis Roberto Coronel, Roberto Alejandro Justel y Juan Carlos Gómez. Presentó entonces una batería de nulidades: por la validez probatoria del Juicio por la Verdad, donde aparecieron las primeras pruebas de su participación en la CNU; contra el procesamiento por “falta de motivación suficiente”, contra la aplicación del derecho internacional de los Derechos Humanos, contra la calificación de los crímenes de lesa humanidad y genocidio. Uno por uno, fueron rechazados en una resolución de ayer de la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata

Aquel 20 de marzo de 1975, una ráfaga de ametralladora asesinó al abogado Ernesto Piantoni, jefe de la CNU de Mar del Plata. Se habló de que había sido la organización Montoneros, pero también sobre una posible interna de la UOM, muy cercana a la CNU.

-Quiero la cabeza de todos los responsables- le dijo la viuda de Piantoni a Gustavo Modesto Demarchi.

Según la reconstrucción de la Justicia, el entonces fiscal federal Demarchi, en lugar de propiciar una investigación judicial sobre los ejecutores, prefirió instruir a sus subalternos:

-Arrasen contra todo militante.

En la madrugada del 21 de marzo un grupo de personas asaltó la casa de Enrique “Pacho” Elizagaray, el máximo referente de la Juventud Peronista local. Cuando intentaba escapar por los techos, lo balearon a quemarropa con armas automáticas. Un rato después, ocho hombres armados se llevaron de su casa a Jorge Enrique Videla Yanzi y sus hijos Jorge Lisandro y Guillermo Enrique. Sus cadáveres fueron hallados en un paraje con 33, 57, y 27 impactos de bala respectivamente. Los asesinos vestían saco y corbata: venían del velorio de Piantoni. La misma madrugada siguió la cacería. El cirujano Bernardo Goldemberg fue secuestrado de su casa en presencia de su esposa. Su cuerpo, hallado en las afueras de Mar del Plata, tenía 42 balazos.

En su defensa, Demarchi también opuso que la CNU era una agrupación universitaria y no una asociación ilícita que violaba al artículo 14 de la Constitución, y presentó testigos que declararon que era peronista: como si esa coincidencia ideológica garantizara que no iría a ordenar la matanza de sus compañeros. La Cámara respondió afirmando que “el compromiso del imputado con los fines de la asociación se refiere a su compromiso con el accionar delictivo de esa organización y no a su adhesión partidaria o ideológica, por lo que no resulta idónea la defensa opuesta por el imputado acerca de su pertenencia al Partido Justicialista para contradecir su vinculación a la asociación ilícita investigada en esta causa”.

Demarchi, quien fue asesor legal de la CGT, coordinador docente de la Universidad provincial en los '70 y candidato a intendente de General Pueyrredon por el peronismo en 1983, deberá seguir preso por liderar, hace cerca de 40 años, aquella vendetta serial.