Taty Almeyda cerró el acto en la Plaza de Mayo. "El proyecto es claro, democracia o corporaciones", dijo la dirigente de Madres Línea Fundadora al leer parte del documento que firmaron las organizaciones participantes.
Miles de manifestantes colmaron hoy la Plaza de Mayo bajo con la consigna "Democracia o Corporaciones", al cumplirse el 38 aniversario del golpe de Estado de 1976, "cívico, militar y eclesiástico", según definió Taty Almeyda (Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora) quien llamó a redoblar el compromiso y la solidaridad en el continente.
La dirigente, quien cerró el acto en la Plaza de Mayo previo a marchar hacia la exEsma, aseguró que hoy "el proyecto es claro, democracia o corporaciones", al leer parte del documento que firmaron las organizaciones participantes.
"Hay unos pocos que pretenden destruir, usan el papel del que se apropiaron con violencia para sostener que la Presidenta no puede sostener su mandato y que la patria tiene que ser colonia", señaló.
"A todos estos personajes no les vamos a permitir que pongan odio en nuestra patria", afirmó en medio de aplausos y vítores de los asistentes, en su mayoría jóvenes y encolumnados en decenas de organizaciones kirchneristas y agrupaciones de izquierda aliadas.
En el discurso Almeida pidió a la Iglesia Argentina que "expulse" al sacerdote Christian Von Wernich -capellán de la Policía Bonaerense durante el período más sangriento de la dictadura-, porque "ha sido condenado por la justicia por
torturador".
"Exigimos que sea expulsado", dijo y críticó a la cúpula de la Iglesia que durante la dictadura "estuvo asociada al poder mientras los curas tercermundistas también eran secuestrados".
También mencionó al obispo Enrique Angelelli, asesinado por grupos de la represión el 4 de agosto de 1976 en La Rioja, cuyo caso "recién el año pasado" tomó estado judicial.
"Tenemos que juntos y organizados transformar la realidad" dijo Almeida al repudiar la "trata aberrante para explotación sexual y laboral". Por otra parte pidió "el cese de la violencia empresarial e institucional contra los pueblos originarios que son desalojados de sus territorios".
En la despedida, llamó a sumarse al acto en la exEsma "con los sueños de los 30.000 desaparecidos, con un país que incluya a todos, con justicia social, libertad y alegría".
Fue un niño de 10 años el que tuvo la última palabra en el acto en la Plaza de Mayo. Martín gritó: "viva que no haya dictadura militar en la Argentina".