El economista Enrique Dentice dijo que en esta instancia pesa más lo normativo que lo financiero: “Necesitamos un neurocirujano que tenga un buen equipo técnico, que en este caso es un abogado, no un economista”. Cree que hay tres formas posibles de pago, y que el fallo de Griesa expresó "la argentina debe pagar si o si".
Enrique Dentice es economista, y coordina el Centro de Investigación y Medición Económica de la Universidad de San Martin (UNSAM). En diálogo con Infojus Noticias, el académico opinó sobre el escenario abierto con la disputa del gobierno nacional con los fondos buitres. Un recorrido por la estrategia política y judicial del gobierno, las opciones que quedan y el impacto que podría tener el default sobre la economía argentina.
- ¿Qué expresa, a su parecer, el fallo de Griesa?
Expresa un empeño manifiesto de no moverse de su postura. Es como decir ‘la Argentina tiene que pagar sí o sí’, y nos lleva a una situación compleja desde el punto de vista técnico. Porque si no acuerdan con la forma de pago y embargan esos fondos, el lunes entraríamos en un default. Y no por los bonos de quienes entraron en los canjes, que podrían correrse hasta el 30 de julio. Sino de los que Singer reclama.
- ¿Cuáles son las opciones que tiene ahora el gobierno argentino?
La sentencia es cosa juzgada en tres instancias distintas. Y hay que pagar de alguna manera. Yo creo que hay muchísimo para andar desde el plano jurídico. Ahora empieza a pesar lo normativo más que lo financiero. Es decir: necesitamos un neurocirujano que tenga un buen equipo técnico que le pase los instrumentos adecuados. Pero el neurocirujano, en este caso, es un abogado, no un economista. Yo veo tres posibles formas de pago: un bono de largo de plazo que lo descuentan lo descuentan directamente del banco; una combinación del pago de una parte en efectivo y otra parte en bonos, o el pago del mismo modo (efectivo y bonos), pero con una caución en el juzgado de Griesa que sirva de garantía de que el acuerdo se va a efectivizar. Porque nosotros no contamos con los dólares para pagar todo en efectivo. Yo no soy tan negativo de que se pueda llegar a un acuerdo, creo que le conviene a las dos partes.
-¿Por qué la Argentina cosechó tantos apoyos internacionales, incluso del FMI?
Porque a partir de ahora nadie queda exento de caer en un canje de deuda y que aparezca un 0,1% diciendo que no está de acuerdo, y haga caer toda la ingeniería. Porque Griesa no está fallando sobre un porcentaje, no importa de cuánto sea; está fallando sobre el contrato. Por eso abre precedentes muy serios de acá en adelante para Grecia, España. Y además, termina con muchos negocios que se hacen en Nueva York como colocaciones de fondos o fondos de inversión, porque esos negocios pagan comisiones muy altas.
-¿Por qué cree que Griesa tomó la decisión de congelar el dinero girado por la Argentina para pagar a los bonistas que reestructuraron su deuda?
Porque Griesa considera que ese dinero tiene que utilizarse para cumplir con su sentencia, porque en su jurisdicción manda él.
-La Argentina hizo el pago y ahora está retenido en el Bank of New York Mellon (BONY) ¿De quién es la responsabilidad si esos fondos no llegan a los bonistas?
Si no podemos pagarle a los bonistas que reestructuraron su deuda en los canjes de 2005 y 2010, el plazo se correría hasta el 30 de julio y tendríamos que conseguir más plata. Lo que no habría que hacer es cambiar la jurisdicción. Porque si vos tenías un papelito que te decía que te pagaban en Nueva York y a vos te cambian esa jurisdicción, por ejemplo en Buenos Aires, los bonistas no saben qué riesgo ni los costos que puede tener esa operación. Tenés que buscar un banco corresponsal (o sea: donde vos deposites la plata) para pagarles. Si Argentina hiciera eso, entras en default técnico porque estaría variando el contrato, cambiando las reglas.
-¿Cómo evalúa la estrategia judicial que desarrolló la Argentina? ¿Por qué?
Creo que se desconoció cómo trabaja la justicia americana. La estrategia del gobierno fue tratar de mostrar una imagen apegada a los mercados, como un país que honraba sus deudas, y de esa forma obtener dinero para poder pagar obras de infraestructura, por ejemplo, o que las provincias puedan endeudarse para hacer frentes a sus deudas. Si eso hubiera tenido un resolución positiva de Griesa cerraba perfecto, pero no la tuvo y eso complicó todo.
-¿Qué efecto podría tener este conflicto judicial sobre la economía Argentina?
Habría que cuidar inmediatamente el nivel de reservas. Tendríamos un fuerte frio en términos de actividad económica, profundización de la recesión, perdida de nivel de empleo, índices de precios en alza, y costaría mucho mantener la competitividad. Si estábamos entre la disyuntiva de arrastrar este cambio hasta fin de año, se vuelve poco creíble. En un momento va a tener que devaluar. La inflación se va a mantener alta. Y esa junta, inflación alta y un tipo de cambio elevado, no invita a hacer inversiones.
- ¿El pago a Repsol y al Club de París, que mostraron al gobierno argentino como negociador y pagador de sus acuerdos, influirán en esta negociación o el contexto es un elemento que no importa a los fondos buitres?
No, no influyen los antecedentes. La justicia allá es muy independiente, siempre es importante que se honre este tipo de compromisos. Más allá del contexto, los antecedentes y las consecuencias, siempre se tiende a beneficiar al acreedor.
-¿Qué conclusiones deja este conflicto?
No hay que aplaudir cuando hay un default ni llorar, hay que buscar una alternativa. Nosotros, de alguna manera, siempre fuimos cumplidores con nuestras deudas: en 1890, en 1989 y en 2001. Esto me remite a algo que dijo Nicolás Avellaneda en 1872: que íbamos a honrar la fe pública depositada en el exterior con el hambre y la sed de 2.400.000 argentinos. Arrastrábamos una deuda de la guerra con el Paraguay, había quebrado la bolsa de Viena y eso nos hundió más a nosotros que a cualquiera. Para enfrentar la crisis, vendimos todos los edificios públicos y estuvimos en deuda hasta 1880. En 1890 tuvimos otra crisis y la salvamos con una cosecha espectacular que pudimos levantar la deuda y recuperar el crédito. Y en 1988, con Cavallo entramos al Brady, y ahí dejamos tener deuda en moneda nacional y pasamos a tenerla en dólares y en Estados Unidos.