La investigación se inició a partir de un secuestro extorsivo. Hay diez detenidos, entre ellos el jefe de la banda.
Una investigación iniciada en el Juzgado Federal de Sergio Torres a partir de un secuestro extorsivo permitió desbaratar una banda dedicada a la trata de personas. La organización traía ciudadanos chinos al país y los vendía a cambio de 15 mil pesos para que trabajaran en supermercados. Hay diez detenidos: tres argentinos y siete chinos.
La causa judicial se inició con la denuncia de un vecino del barrio de Flores. Su novia había sido secuestrada cuando viajaba en colectivo desde Paraguay hacia la Ciudad de Buenos Aires. Antes de llegar a Retiro, “en una parada de Panamericana y ruta 197, en Pacheco, tres delincuentes la obligaron a bajarse del colectivo y se la llevaron cautiva", explicó a La Nación un jefe de la División Antisecuestros de la Policía Federal. Según denunció el hombre, le exigían 30 mil pesos por el rescate.
Los policías de la División Antisecuestros lograron rescatar a la mujer y descubrieron que la banda, liderada por un ciudadano chino, se dedicaba a los secuestros extorsivos y a la trata de personas.
"La investigación fue un éxito porque un caso que comenzó como un hecho de secuestro extorsivo permitió rescatar a 13 personas que eran sometidas física y psicológicamente. Las víctimas eran obligadas a trabajar más de 12 horas por día, sin francos, con un sueldo muy bajo y sin tener la posibilidad de comunicarse con sus familiares en China", indicó el policía.
Según explicó el agente, un eslabón de la organización reclutaba personas en China. "Los convencía con la promesa de un buen trabajo con un salario muy bien remunerado y la posibilidad de obtener rápidamente la ciudadanía argentina", dijo.
Desde China las víctimas eran enviadas a Argentina, Brasil y Paraguay. "Ingresaban en nuestro país ilegalmente por la ciudad de Itatí, allí los subían a un ómnibus hasta la ciudad de Rosario, donde eran cambiados a otros colectivos que los llevaba hasta terminal de Retiro, donde eran esperados por la organización criminal. Algunas víctimas llegaron a la ciudad de Buenos Aires en autos particulares desde Itatí o Rosario", explicaron fuentes de la investigación a La Nación.
En Buenos Aires los llevaban a un supermercado chino del barrio de Mataderos. Desde ahí, a su vez, eran trasladados a supermercados en el microcentro porteño, en Lomas de Zamora y en Avellaneda, a cambio de 15.000 pesos.
“De los diez sospechosos detenidos, siete son ciudadanos chinos, entre los que se encontraba el jefe de la organización y otros tres son argentinos", explicó una fuente del caso. Cuatro de los detenidos fueron procesados por el juez Torres.