La noticia de la restitución del nieto de Estela de Carlotto despertó el interés de cientos de jóvenes que nacieron en la dictadura y tienen dudas sobre su identidad. Y también de personas que tienen datos para aportar. Cuáles son los pasos a seguir.
El primer contacto de Guido con Abuelas fue a través de un correo postal. Días después se entrevistó con miembros del organismo. Les contó su caso y le explicaron los pasos a seguir. Abuelas lo derivó a la Comisión Nacional para el Derecho a la Identidad (Conadi), el organismo estatal dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos encargado de la búsqueda y localización de niños apropiados durante la dictadura. Guido se hizo los análisis de sangre en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). Una semana más tarde se supo que sus padres eran Walmir Oscar Montoya y Laura Carlotto. Desde ayer a la tarde, tras la difusión de la noticia, el teléfono de la sede de Abuelas de Virrey Cevallos al 500 no paró de sonar. “Muchas personas consultan porque tienen dudas y otras llaman para aportar datos”, explicaron desde el organismo.
Si alguien se acerca a Abuelas con dudas sobre su identidad, primero se entrevista con miembros del área de Presentación Espontánea. “Le consultan cuáles son las dudas y se evalúan las posibilidades de que sea hijo de desaparecidos”, explicaron en Abuelas. Después, con su consentimiento, es derivada a la Conadi. “No es necesario llenar formularios por duplicado, el sistema ya está lo suficientemente aceitado para que el trámite no sea engorroso”.
En la oficina estatal se abre un legajo y se inicia una investigación. A su vez, se informa al BNDG y se solicita un turno para la extracción de sangre. El trámite completo no dura más de dos meses.
El Banco informa los resultados a la Conadi. En caso de ser positivo, el organismo avisa por separado al hijo de desaparecidos y a la familia que lo busca. “El resultado de los análisis es confidencial. Después depende de la persona que consulta si desea encontrarse con la familia”, indicaron.
Si el caso de apropiación ya estaba judicializado se da aviso a la Justicia. Si no, se abre un expediente en el Juzgado de turno de la jurisdicción donde fue anotado el joven.
El caso más resonante
Como tantos otros, el hijo de Laura Carlotto y Walmir Oscar Montoya se presentó espontáneamente. Es el nieto recuperado número 114. Todavía quedan 400 que siguen sin conocer su verdadera identidad.
La noticia de la restitución del nieto de Estela de Carlotto despertó el interés cientos de personas nacidos durante la dictadura en realizar consultas en Abuelas. “No solo telefónicamente. Entre ayer y hoy recibimos muchísimos mails”, indicaron.
El primero de una larga lista
En la biblioteca de la universidad, Gabriel Cevasco abrió un diario y vio un artículo sobre la Conadi, creada en 1992. El joven, tenía dudas sobre su identidad, descubrió que a través de la oficina podía hacerse los estudios de ADN sin tener que caminar por los pasillos de Tribunales. En febrero del 1999 se hizo los estudios. Al año siguiente se convirtió en el primero de una larga serie de nietos apropiados que realizaron todo el procesa de restitución de la identidad a través de la Comisión.
“Con los resultados genéticos conoció su verdadera historia: su madre, María Delia Leiva era psicóloga, y está desaparecida. En sus brazos estaba Gabriel cuando los secuestraron. Su padre vive en Brasil, Gabriel pudo conocerlo, y regularmente se comunican por teléfono”, cuenta el libro “Historias Buscadas”, publicado por la Conadi.