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En los ’70, Alberto José Esteban Pulvermacher fue policía bonaerense bajo las órdenes de Ramón Camps. Era del tipo de represores que salía a la calle a hacer el "trabajo sucio". Como agente, participó de secuestros y detenciones ilegales. Así fue reconocido por al menos cinco sobrevivientes que lo identificaron como uno de los líderes del denominado grupo “Puma”, que desarrollaba dedicado a tareas represivas clandestinas durante la última dictadura. Imputado por 198 casos de privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos ocurridos, estaba prófugo de la justicia pero fue detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en La Plata. Tenía pedido de captura y por su paradero el Ministerio de Justicia ofrecía una recompensa de 500 mil pesos.

A Pulvermacher, de 70 años, se lo buscaba desde el 2 de diciembre pasado, cuando el juez Federal de esa ciudad, Humberto Manuel Blanco, ordenó su detención al considerarlo responsable de crímenes de lesa humanidad en el centro clandestino que funcionó en la sede de los Cuerpos de Infantería y Caballería de la policía provincial durante la última dictadura. Fuentes judiciales dijeron a Infojus Noticias que la detención del ex policía de 70 años se concretó en la zona norte del partido de La Plata. Funcionarios de la PSA interceptaron el Renault Logan que conducía en inmediaciones de las calles 6 y 510, en la localidad de Gonnet. A pocas horas de su detención, el ex policía fue indagado en la Secretaría Especial para casos de lesa humanidad del Juzgado Federal N°1 de La Plata.

El ex policía bonaerense está imputado por 198 casos de privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos ocurridos -o relacionados con su actividad- en dicho centro clandestino policial, ubicado en la intersección de 1 y 60 de la capital bonaerense. El lugar, caracterizado por contar con amplios galpones, funcionó para la represión ilegal durante el primer año de la dictadura, desde la misma madrugada del 24 de marzo de 1976. En diciembre pasado, fue la sede elegida por los policías que se alzaron contra el gobierno provincial por reclamos salariales.

Pulvermacher integró la policía con jerarquía de oficial inspector de Seguridad en la Dirección de Infantería Motorizado entre el 31 de diciembre de 1973 y el 28 de noviembre de 1977. Para esa fecha, tenía 33 años y fue ascendido a la jerarquía de oficial principal. La Unidad Fiscal Federal de La Plata que interviene en casos por crímenes de lesa humanidad lo imputó a por primera vez en abril de 2008. En esa oportunidad, el entonces fiscal Sergio Franco reclamó la detención del policía. Ese pedido fue reiterado y ampliado por los fiscales Marcelo Molina, Hernán Schapiro y Gerardo Fernández, quienes incluso insistieron con solicitudes de "pronto despacho" del expediente.

El 2 de diciembre del año pasado, el juez Blanco hizo lugar a los planteos de la Fiscalía y en los días siguientes concretó 24 detenciones de policías, militares y civiles, pero Pulvermacher no había sido hallado en su domicilio. La causa tiene por ahora un objeto procesal de 200 víctimas de secuestros, tormentos y lesiones graves, la mayor parte de los cuales fueron concretados en el ámbito del centro clandestino y otros seis casos comprometieron a personal de las fuerzas estatales vinculados a ese lugar pero cometidos en la vía pública.

El centro clandestino de detención funcionó durante 1976 en galpones y "cuadras" de las instalaciones policiales, situadas en 1 y 60 de la capital provincial, con acceso también por las calles 59 y 115. En la misma manzana funciona la Fiscalía de Estado, desde cuyos grandes ventanales se podía entonces ver -al igual que hoy- los movimientos en los patios del predio.

Los delitos por los que se encuentran imputados los 24 acusados son los de privación ilegal de la libertad, imposición de tormentos y lesiones graves. "Los detenidos permanecían durante todo el día vendados y esposados a las camas cuchetas, ubicadas a ambos lados de dicho lugar", indicó Blanco en el auto de detención, al describir "la cuadra" y los galpones de las instalaciones policiales. "Las sesiones de tortura solían realizarse en diferentes lugares, efectuándose tanto dentro de la dependencia policial como fuera de ésta. A la mayoría de las víctimas se las torturaba desde la llegada al centro", añadió el juez.

La causa penal fue iniciada por el fiscal Félix Crous en 2003, tras la recopilación de pruebas en el marco del denominado Juicio por la Verdad que tramitó ante la Cámara Federal platense.