Con el aval de mayoría de los bloques, la Cámara Baja convirtió en ley el proyecto de fertilización asistida que garantiza el acceso a todas las técnicas médico asistenciales y obliga a las obras sociales y prepagas a hacerse cargo de los procedimientos.
A las 18.15, después de cinco horas de discusión, la Cámara de Diputados convirtió en ley el proyecto de fertilización asistida presentado hace más de un año por el oficialismo. Fueron 204 votos a favor, un negativo y nueve abstenciones, la mayoría del bloque del PRO. El único voto negativo fue del diputado Julio Ledesma, que estaba con Francisco de Narváez y ahora se sumó al espacio macrista. Despúés de la votación, de las tribunas bajaron los aplausos que contagiaron a los legisladores de todos los bloques. “Queremos que la ley se reglamente y se ponga en marcha lo antes posible”, dijeron desde las organizaciones sociales que acompañaron el debate.
Minutos después de las 15, cuando el presidente de la Cámara, Julián Domínguez, dio inicio al tratamiento del proyecto de fertilización asistida, los palcos de los primeros dos pisos se llenaron de golpe. En el primero se ubicaron los militantes de organizaciones sociales. Muchos de ellos, en su mayoría mujeres, habían venido con niños. El piso de arriba -a excepción de los palcos centrales reservados para funcionarios- se pobló de jóvenes: estudiantes secundiarios que vinieron a presenciar el debate sobre la ley de centros de estudiantes que se trataría más tarde.
“Desde hace años vemos que hay un proceso de gran inequidad”, dijo la diputada del Frente Para la Victoria María Elena Chieno, titular de la comisión de Salud y miembro informante del oficialismo. En sus bancas, varios legisladores tenían chupetes y baberos. “Aquellas personas que tiene recursos económicos tienen la posibilidad de pagar los tratamientos para tener un hijo y otras familias -la mayoría- no lo pueden hacer”. Chieno es autora del proyecto aprobado hoy. Diputados le dio media sanción en junio de 2012. Después pasó al Senado, que recién lo trató en abril de este año y le incorporó algunas modificaciones. La más importante es la que establece que será el Ministerio de Salud de la Nación la autoridad de aplicación. Además, deberá fijar las partidas presupuestarias para la puesta en marcha de la ley. Para Chiano, estos cambios fortalecen el proyecto original y lo hacen “más factible”.
En los pasillos de la Cámara el clima era diferente al de otras sesiones: grupos de jóvenes tomaban mate y merendaban en el patio central, otros paseaban inquietos por el edificio. En la oficina de taquígrafos el movimiento era febril, como de costumbre. En la sala, ubicada junto al Salón de los Pasos Perdidos, estos trabajadores, testigos mudos de todos los debates, entraban, se sentaban en las computadoras para traducir los textos y volvían a salir. En la oficina trabajan 20 taquígrafos que cumplen sus roles en parejas, cuatro asistentes, cuatro supervisores y los directores.
“Seguramente la ley se va a aprobar rápido”, dijo el diputado del FpV Leonardo Grosso. En el Salón de Los Pasos Perdidos, mientras unos pocos legisladores charlaban con los medios, dos asesores aprovechaban para dormir una siesta en los sillones. En uno de los laterales estaban las fotos de los diputados víctimas del terrorismo de Estado, homenajeados unas horas antes.
A su turno, la diputada Silvia Majdalani, del PRO, autora de un proyecto similiar presentado en 2011, dijo que esta ley “no es buena”. Criticó puntualmente que esta iniciativa no considera a la infertilidad como una enfermedad. De todos modos antes de finalizar aclaró que iba a votar a favor.
El proyecto, que busca "garantizar el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico asistenciales de reproducción médicamente asistida" contempla todas las técnicas, de baja y alta complejidad. Además, obliga a las obras sociales y prepagas a hacerse cargo de los tratamientos para todos los mayores de 18 años que requieran un tratamiento.
El cierre del debate estuvo a cargo de Juliana Di Tullio, una diputada “peronista y feminista”, como le gusta definirse. Todas las miradas estaban puestas en ella, que hacía su debut como presidenta del bloque oficialista en reemplazo de Agustín Rossi. “Con un minuto no me va a alcanzar, sea generoso hoy conmigo”, le pidió al presidente de la Cámara cuando este le advirtió que le restaba poco tiempo.
En los tres minutos que se excedió del tiempo establecido, Di Tullio celebró que los niños que nazcan gracias a esta ley lo harán en “un país distinto, con muchos nuevos derechos”. Y enumeró: asignación universal por embarazo, Asignación Universal por Hijo, nuevo DNI con foto y huella digital, ser reconocidos de igual manera si son hijos de un matrimonio heterosexual u homosexual, calendario de vacunación ampliado, mejor educación y ley de género.
La votación nominal arrojó un resultado contundente: 203 votos a favor, 10 abstenciones y uno en contra. El diputado Eric Calcagno se apuró para aclarar que su voto había sido mal computado.
Con una mano Marcela Corigliano se acomodaba la remera de la organización Abrazo Por La Vida. Con la otra se secaba las lágrimas. Hace un año perdió un embarazo de siete meses por un problema genético. “Orgullo, eso es lo que siento”, dijo, “orgullo por ser el primer país de Latinoamérica que tiene una ley de este tipo. Queremos que se reglamente y se ponga en marcha lo antes posible”. En el recinto ya había comenzado el debate del proyecto de ley de centros de estudiantes secundarios. Las personas que habían venido por la ley de fertilización se marcharon entre abrazos y cantos. Caras contentas y lagrimeantes.
La sesión había comenzado varias horas antes, a las 12.40. Después de izar la bandera argentina se aprobó la renuncia de Agustín Rossi, ahora ex presidente del bloque oficialista y flamante ministro de Defensa. “Por los 30 mil compañeros desaparecidos, ¡juro!”, dijo el reemplazante de Rossi, el santafesino Juan Carlos Bettanin.
Para Bettanin fue una jornada especial. No sólo era su primera sesión en el Congreso: antes de comenzar con el tratamiento de la ley de fertilización asistida, la Cámara Baja le rindió homenaje a los “diputados víctimas del terrorismo de Estado”. Uno de ellos es su primo Leonardo Bettanin, dirigente de la Juventud Peronista y de Montoneros, asesinado el 2 de enero de 1977 en su casa de Rosario. Los demás diputados homenajeados, víctimas del terrorismo de Estado, fueron Rodolfo Ortega Peña, Armando Croatto, Miguel Zavala Rodríguez, Diego Barreto y Mario Amaya.