A Tamara López la encontraron semienterrada en un descampado de General Pacheco, en Tigre. Era la mujer de "El Pato" Cenizo, un transa de la zona. Los vecinos y familiares sospechan que se trató de un ajustes de cuentas. Desde hace años vienen pidiendo al municipio seguridad para la zona.
Iván y Franco, dos amigos de 15 y 16 años, el sábado 24 de enero, encontraron el cuerpo de Tamara López, en un descampado cercano a sus casas, en el barrio Las Tunas, en General Pacheco, Tigre. Habían ido a buscar un tronco de madera que les sirviera de banco. No iban a ese lugar, desde chicos cuando jugaban ahí al fútbol.
Lo primero que pensaron cuando vieron el cuerpo de la joven de 21 años que estaba desaparecida hacía más de una semana, era que se trataba de un perro. Recién cuando se acercaron se dieron cuenta que era una persona por los tatuajes que tenía: algunas estrellitas, uno tribal y otro que decía “Para mi fiel…” pero la frase no llegaban a completarse por la descomposición del cuerpo. La habían enterrado superficialmente –apenas 10 centímetros- por lo que algunas partes del cuerpo, estaban a la vista. Entre los vecinos resuena la acusación contra la pareja de Micaela, Dante “Pato” Cenizo, un transa de la zona detenido en agosto de 2014. Según ellos, la habría sido un ajuste de cuentas contra Cenizo, pero la hipótesis policial lo niega.
¿Un ajuste de cuentas?
Para los vecinos del barrio Las Tunas y La Paloma –donde vivía la pareja-creen que Micaela es una víctima de la puja entre transas. Y mencionan, con temor, el nombre de Dante “Pato” Cenizo. Lo señalan como uno de los transas que se disputan esa zona que forman los barrios Las Tunas y La Paloma, aunque ahora está detenido con prisión preventiva, según confirmó el fiscal que lleva esa causa, Juan Diego Callegari. Era el novio de Micaela y ella incluso decía que esperaba un hijo de él, pero autopsia determinó que no estaba embarazada.
El Pato Cenizo está vinculado a otros dos casos. El primero es el asesinato de Marcela Micaela Fernández, una adolescente de la comunidad qom de 14 años, en febrero de 2013. Su cuerpo fue encontrado en la casa de Cenizo y la causa estuvo en manos del fiscal Molina Pico. A la familia le dijeron que Marcela se había suicidado, pero ellos vieron el cuerpo de la joven golpeado y con quemaduras. La autopsia nunca se hizo. Según denunciaron sus padres, su hija era una de las chicas que Cenizo tenía cautiva bajo amenaza para prostituirlas. Su papá, Juan, recuerda que poco tiempo antes de ser asesinada, ella le había pedido un arma porque temía por ella y su familia.
Convencida de que Cenizo había matado a su hija, Nancy, la mamá de Marcela, dedicó el resto de sus días a reclamar en la comisaría y en la casa de Cenizo. Cada vez que Nancy se presentaba la molían a golpes, hasta que fue violada y asesinada en mayo de 2014.
La sensación de los vecinos de Tigre es que a Tamara Micaela López la descartaron, como le pasó a Marcela Micaela en 2013.
Cuando encontraron a Tamara Micaela tenía un short y un corpiño rojo. Su cuerpo estaba hinchado. Según los peritos, hacía más de una semana que la habían asesinada. Tenía el cráneo golpeado con un martillo y el cuerpo lastimado.
La investigación judicial
La fiscal que investiga el caso es Mariela Miozzo, de la Unidad Especializada de Investigaciones en Delitos Conexos a la Trata de Personas y Violencia de Género del Departamento Judicial de San Isidro. Desde la fiscalía, declararon que solo hablarán con la familia de la víctima. La pesquisa está a cargo de la comisaría sexta de General Pacheco.
Según fuentes policiales, un grupo de jóvenes transas, “que eran la contra de Cenizo”, habría llevado de fiesta a Tamara y a otra joven más, “que estaría desaparecida porque no quiere declarar”. Allí la habrían matado de un martillazo en la cabeza en el medio de una discusión, por un posible ajuste de cuentas.
Según fuentes policiales, Micaela López tenía que declarar en una causa -por prostitución y drogas- en la que está acusado Cenizo, alias "el Pato".
Aunque la zona es un descampado, la Dirección Departamental de Investigaciones de San Isidro analiza cámaras de seguridad del frigorífico Rioplatense y el country Talar del Lago 2 en busca de más información.
El reclamo de los vecinos
El cuerpo de Tamara Micaela López fue encontrado en el mismo lugar que hacía seis meses los vecinos del barrio habían denunciado como inseguro. Se habían enterado que una chica que trabajaba por la zona sufrió un intento de violación. Acompañados por concejales de Tigre del Frente para la Victoria, presentaron un petitorio para exigir seguridad, luminaria y corte de los pastizales. Sin embargo, nunca fue tratado. “Los vecinos ya habían anunciado que esto podía pasar y por especulación política del Frente Renovador el petitorio se cajoneó”, dijo a Infojus Noticias Martín Gianella, secretario general del Frente para la Victoria de Tigre.
El lunes por la tarde, los vecinos organizaron una manifestación en la esquina del frigorífico, en el cruce de la Avenida de los Constituyentes y Santiago Derqui. La primera bandera que levantaron decía: “Solo con valores tendremos futuro”. Una mujer escribió con aerosol otra bandera que pide justicia por Micaela. Los chicos que encontraron a la joven también se sumaron. Un grupo de chicas amigas de Micaela, las únicas, casi, entre los presentes que la conocían, apenas se acercaron, con desconfianza y algo de temor. Una amiga de la familia López, que las acompañaba, soltó: “Micaela era una persona buena, respetuosa, que estaba enamorada de su marido el Pato. ‘Dicen que es malo’, le decíamos, pero ella siempre respondía ‘para mí es bueno”.
-No era un perro para que la maten así –alcanzó a decir una de las chicas, antes de irse en silencio con su grupo minutos después de haber llegado. A menos de veinte cuadras de allí, todavía velaban a cajón cerrado el cuerpo de Micaela.
Ese mismo día por la mañana, las excavadoras del municipio de Tigre removieron la tierra del descampado donde encontraron a Micaela - cerca del cruce las calles Derqui y Sancristi, en Las Tunas- y extrajeron la maleza. A escasos pasos de ahí, apenas cruzar la montaña de tierra y a la orilla del canal, el pozo donde encontraron a Tamara Micaela quedó al descubierto, como un accidente geográfico más de la zona. El olor allí es nauseabundo. Todavía hay a un costado del pozo unos guantes de látex. Del lado de la cuadra, algunos vecinos se quejaban que no puede ser, que ellos también tienen hijos, que no quieren sentir más miedo. El próximo domingo al mediodía volverán a exigirlo en el municipio de Tigre.