Con el foco puesto en cuáles son las mejores formas de aplicar el sistema, ayer se realizó la primera de las Jornadas Nacionales de Juicio por Jurados. Hoy habrá más paneles y debates.
La discusión ya no es 'juicio por jurados sí o no'. El debate en las Jornadas Nacionales de Juicio por Jurados está en cuál es la mejor manera de aplicar este modelo penal que figura en la Constitución Nacional desde 1853. Todos los que participaron en el primer día del encuentro lo dijeron al menos una vez en sus exposiciones: “El juicio por jurados es un atajo para la democratización de la Justicia”. Córdoba fue la primera provincia en adoptar este tipo de modalidad de enjuiciamiento, que también se realiza en Neuquén y la provincia de Buenos Aires.
Cómo ser un buen defensor
Los abogados Jorge Amílcar Luciano García y Gustavo Franceschetti expusieron sobre el rol del Ministerio Público Fiscal y la Defensa en el juicio por jurados. “El abogado defensor debe tener una muy buena teoría del caso y prepararse para persuadir, que es mucho más que narrar. No puede confiar el litigante solo en su histrionismo ni subestimar al jurado con palabras grandilocuentes. Debe ser eficaz y llegar de la forma más clara posible. También es vital que frente a un jurado que tiene información mínima tenga un buen alegato de apertura y ya señale algunas pautas como 'presten atención que tal testigo les dara testimonio clave'”, dijo Franceschetti, mientras que García hizo un repaso por casos internacionales cotejándolos con la situación argentina frente a esta modalidad.
Jorge Amilcar Luciano García.
En Córdoba el jurado se integra con ocho titulares –cuatro varones y cuatro mujeres– y cuatro suplentes. El sistema también pone a dos jueces técnicos que son los que debaten con el jurado. El presidente es el que define en caso de empate. Esto es lo que el derecho llama “sistema escabinado”.
"El estado de derecho se construye con juicios rápidos"
Héctor Galimberti, defensor general alterno de la provincia de Chubut, habló de su experiencia en la teoría de los juicios por jurados y planteó que “lo que se procura es la construcción de una teoría de las formas procesales acorde con la Constitución”. Para ello, dijo Galimberti, “los jueces deben tener una conciencia plena de que son ellos quienes representan al Estado. Ese Estado de Derecho se construye con juicios rápidos, con un lenguaje sencillo para el resto de los ciudadanos y con un sólida estructura normativa”.
Héctor Galimberti.
En Neuquén los jurados están integrados por 12 miembros titulares y cuatro suplentes pertenecientes a la comunidad y para que una persona imputada de un delito grave sea declarada culpable, el jurado deberá manifestarse con una mayoría de ocho. El artículo 35 del nuevo Código Procesal Penal neuquino, que rige desde enero, establece que "la integración de juicios por jurados será para juzgar delitos contra las personas, la integridad sexual o cualquier otro delito cuyo resultado haya sido la muerte o lesiones gravísimas, siempre que el Ministerio Público Fiscal solicite una pena privativa de libertad superior a los 15 años".
“No pensemos a los ciudadanos y al Poder Judicial como entidades separadas, pensémonos como hermanos de la república”, dijo Héctor Granillo Fernández y aseguró que “si alguien tiene una respuesta constitucional de una manera de enjuiciamiento diferente entonces dialogaremos diferente, pero los que trabajaron sobre el juicio por jurados abrazaron la idea de la república de igualdad”.
Del panel al stand up
La conferencia de José Cafferata Nores tuvo también sus momentos de humor: el autor de decenas de libros pilares del Derecho Penal presentó un power point sobre un dinosaurio con cabeza humana que habita los juicios por jurados de Córdoba y que pretende instalarse también en los de Neuquén y la provincia de Buenos Aires. Su conferencia sobre la incidencia del juicio por jurados en la transformación de la justicia penal argentina tuvo todos los ingredientes de un stand up judicial cargado de sentidos.
A la vuelta de un intervalo Granillo Fernández presentó su libro “Juicio por Jurados”, publicado por la editorial Rubinzal Culzoni, a través de una lectura crítica de Rosario Romero. Lo siguió Andrés Harfuch, que anunció su libro “El juicio por jurados en la provincia de Buenos Aires”, editorial Ad-Hoc, presentado por Carlos Chiara Díaz.
El juicio por jurados es ley en la provincia de Buenos Aires desde septiembre de 2013. Toda persona bonaerense de entre 21 y 75 años de edad, argentina o naturalizada y que esté en pleno ejercicio de los derechos ciudadanos puede ser parte de un jurado que trate delitos cuya pena exceda los 15 años de prisión o reclusión. También tratándose de un concurso de delitos, alguno de ellos supere dicho monto. En una primera instancia el “tribunal popular” intervendrá en homicidios, violaciones, lesiones graves y torturas.
En una jornada de conferencias que duró doce horas, el panel de cierre estuvo integrado por Mario Juliano (Asociación de Pensamiento Penal, APP) y Enzo Finocchiaro (Asociación Argentina de Juicios por Jurados). El tema fue “La experiencia del juicio con jurados en Córdoba y el juicio por jurados sancionado por la Ley 14.543 en la provincia de Buenos Aires. Resultados, consecuencias y casos jurisprudenciales”.
Mario Juliano.
"No hay marcha atrás"
Para Juliano, “no hay marcha atrás ni retorno de la definitiva implementación de los juicios por jurados en la Argentina y la sanción en la provincia de Buenos Aires significa un impulso muy grande para el resto del país”.
En Buenos Aires el juez es el presidente del debate oral, pero no tiene influencia en el jurado. El tipo de jurados es llamado “clásico” y en este caso el juez es el que admite o no la prueba, el que da instrucciones a los jurados y el que fija el monto de la pena. Al momento de deliberar, los doce miembros –que no pueden tener formación jurídica, ni ser funcionarios de ninguno de los tres poderes o miembros de fuerzas de seguridad– quedan solos. Ellos tienen que elegir un presidente que tendrá la responsabilidad de moderar el debate para que todos hablen y luego comunicar el veredicto.
Juliano remarcó que “la República no debe retractarse a pesar de las resistencias” y contó su experiencia en los simulacros de juicio por el país: “Me tocó ver las resistencias de cerca en la provincia de Buenos Aires, donde algunos grupos piden la suspensión de los juicios por motivos que van mutando. Lo viví en Lomas de Zamora, por ejemplo, con argumentos baladíes acerca de lo influenciables que pueden ser los ciudadanos o la infraestructura donde se realizaría los juicios”.
Finocchiaro terminó charla con varias preguntas: ¿Puede la motivación torcer un veredicto?, ¿quién puede impugnar?, ¿participación ciudadana o garantía del imputado? Su respuesta fue un llamado a la integración: “Sobre las discusiones hay que avanzar, no sobre el sí o no de los juicios por jurados. Si no nos ponemos de acuerdo entre nosotros va a ser muy dificil convencer al resto”.