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Una señora de ojos delineados y pelo corto corre de un lugar a otro. Es Isabel Cerruti, sobreviviente del ex centro clandestino de detención El Olimpo y madre del secretario de Comunicaciones de la Nación, Norberto Berner. En 1977 fue secuestrada y estuvo casi siete meses en El Olimpo y El Banco. Ernesto Berner, su pareja, está desaparecido. Ella integra hoy la Mesa de Trabajo y Consenso del sitio de memoria del ex Olimpo, con otras 40 sobrevivientes, familiares, militantes políticos y vecinos del barrio. El predio se recuperó en 2005, gracias a un decreto del ex presidente Néstor Kirchner, y funciona como sitio de memoria desde 2006.

“Esto no es un museo ni un centro cultural. Es un sitio de memoria y es un sitio político, con anclaje en el pasado y en homenaje permanente a los compañeros desaparecidos, pero trabajando en el presente”, describió Cerruti a Infojus Noticias. En el centro funcionan talleres, investigaciones, visitas guiadas y actividades con chicos de primaria. “Con los chicos no vamos al pozo -como le dicen al lugar donde ubicaban a los detenidos-, sino que trabajamos con los 500 libros prohibidos que tenemos en nuestra biblioteca Carlos Fuentealba”, dijo Cerruti.

Hoy fue un día diferente en el Olimpo. Por la mañana, de a poco, el se fue llenando de funcionarios y periodistas. Es que fue el lugar que los ministerios de Justicia y de Planificación eligieron para la firma del convenio de Argentina Conectada, por el cual todos los ex centros clandestinos de detención y todos los Centros de Acceso a la Justicia tendrán un Núcleo de Acceso al Conocimiento (NAC). Los ministros Julio De Vido y Julio Alak, y Berner, acordaron en ampliar de manera coordinada este programa, que ya instaló más de cien NAC en todo el país. Los núcleos cuentan con computadoras y conexión de internet, televisores, microcine y juegos, y se instalan en los centros sociales.

“Es un honor enorme poder estar acá, este lugar es parte de mi historia”, empezó Berner. “Cuando yo tenía cinco años nos llevaron a mi vieja y a mí al Banco, otro centro que forma parte de este circuito”, recordó. “Los NAC son el lugar donde acortamos la brecha digital y condensamos todo lo que lleva adelante este proyecto nacional. Parece algo chiquitito, pero es parte de un proyecto político colectivo y de inclusión que se hace con la memoria y mirando a las futuras generaciones”, apuntó.

“Los Centros de Acceso a la Justicia, donde también vamos a instalar los NAC, son justicia social”, dijo el ministro Alak. “Antes había que llevar comida a los barrios, después llegó Néstor (Kirchner) y hubo trabajo. Entonces empezamos a llevar otras cosas: cómo enseñar, como ejercer los derechos. Muchos que tienen un gran poder económico luchan para que la Justicia no avance. Sabemos que hay jueces dispuestos a juzgar a los ex represores, pero también sabemos que hay Cámaras que lo impiden”, señaló, y sostuvo que “hoy, los Núcleos de Conocimiento, agregan vida a la memoria”.

Por su parte, De Vido se refirió a la militancia de aquellas personas desaparecidas que murieron en el Olimpo y en otros centros clandestinos. Y se refirió a la militancia de los vecinos de Floresta para recuperar el centro. “La voluntad de todos ellos es la de abrir al barrio todo eso horrible que pasó acá para que este centro de testimonio se integre al barrio que fue testigo mudo”, recalcó. “Los derechos humanos no se negocian y trabajemos en conjunto entre los NAC y los CAJ para que los desposeídos tengan acceso”.

Ni un museo ni un centro cultural: un sitio de memoria

Del acto participaron también el secretario de Justicia, Julián Álvarez, y el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda. Antes de la firma del convenio, los funcionarios recorrieron el predio, donde hoy funciona el espacio de la memoria. "Mirá, es igual a Wado (De Pedro)", le comentó Alak a Julián Álvarez mientras repasaban un álbum de fotos de la familia del diputado nacional que pasó tres meses en el Olimpo cuando era un bebé, luego de que asesinaran a sus padres.

A diferencia de otros centros convertidos en espacios de memoria, el Olimpo tiene una fuerte inserción barrial. Fueron los mismos vecinos los que, desde 1984, se movilizaron para recuperarlo. “Yo no soy vecina del barrio, nunca me interesó”, confesó Cerruti, que volvió al centro en el que estuvo detenida recién en 1984, con la CONADEP, y luego lo hizo con jueces. “Los vecinos de las asambleas barriales nos llamaron en 2001 y ahí yo me di cuenta que había un interés profundo en que esto se convirtiera en un sitio de memoria”, explica. Entonces, el lugar estaba abandonado. Los policías que se fueron habían roto puertas y ventanas. “Supimos por los vecinos que los policías tenían prohibido entrar al centro mismo, lo que sus superiores llamaban el monumento”.

Sobre la instalación del NAC, Isabel se mostró emocionada. “Es un paso más en calidad. Este es un sitio muy conectado con el barrio, y sería un paso muy grande contar con esta tecnología”, señala. Adelanta que usarán el NAC para los talleres e investigaciones, y para dar cursos de computación para adultos.

“Yo vengo todos los días, pero no naturalizo el sitio”, reflexionó la ex detenida desaparecida. “Para mí el centro clandestino está en mi cabeza. Si bien estar acá es nuestra razón de ser, los compañeros están en mi cabeza y en mi corazón. Cuando recorremos con los familiares lloramos y reímos juntos, pero es por lo humano. La pared sola, por más que tenga una marca, no dice nada si no se vive.”

Cerruti escuchó atentamente a su hijo, que la miraba cada tanto desde la tarima. Berner dijo que por suerte tiene a su madre ahí. “Mi vieja me genera mucho orgullo. Su vida, su militancia y su trabajo contra todos los molinos que se le han cruzado”, contó a Infojus Noticias el secretario de Comunicaciones. “Por otro lado, no deja de generar una angustia enorme este lugar. Hay que resolver muchísimas cosas todavía, en este espacio, en la ex-ESMA y en todos los centros del país, porque es donde se condensa la historia”.