Jorge Raúl Crespi es uno de los cinco acusados por los crímenes de El Vesubio. Los médicos del Cuerpo Médico Forense y de las defensas concluyeron que no está capacitado para afrontar el juicio. Los peritos de la fiscalía y las querellas, que sí.
La salud del ex teniente coronel Jorge Raúl Crespi, uno de los cinco acusados por los crímenes de El Vesubio, sigue siendo un dilema sin respuesta para el Tribunal Oral 4 que los está enjuiciando en Comodoro Py. No habrá resolución hasta la audiencia del jueves que viene, cuando los jueces definan el contrapunto que protagonizaron hoy nueves peritos. La controversia nació en la audiencia inaugural del juicio, cuando los abogados querellantes notaron con sorpresa que la silla de Crespi en el estrado estaba vacía. Las fuentes judiciales explicaron que había “sucesivos informes médicos que dieron cuenta del riesgo de un agravamiento del cuadro cerebro vascular del imputado”, que estaba a la espera de lo que resolviera, en su casa de Curuzú Cuatiá, Corrientes.
Los querellantes se quejaron del rigor científico que podían tener los certificados que firmaban los médicos particulares de los militares. El jurado decidió someterlo a pericias complementarias. Hace quince días, los peritos estudiaron al anciano en la casa donde cumple la prisión domiciliaria. Hoy, durante la mañana y parte de la tarde, los nueve profesionales desfilaron por la pequeña sala y dieron detalles ante los jueces.
“Hubo tres especialistas del Cuerpo Médico Forense, dos por parta de las defensas de los represores, uno convocado por el Ministerio Público Fiscal, y tres por parte de las querellas”, contó a Infojus Noticias la fiscal del juicio, Gabriela Sosti. Pero no se pusieron de acuerdo: los médicos del Cuerpo Médico Forense y de las defensas, concluyeron que no estaba capacitado para afrontar el juicio. Los peritos de la fiscalía y las querellas, que estaba en condiciones de hacerlo. El próximo jueves se expedirá el Tribunal.
Crespi fue el jefe de sección del RI 3 de Tablada, que tenía poder de mando sobre el centro de detención El Vesubio. En la década del ‘80, recién recuperada la democracia, fue procesado por 52 delitos. Quedó en libertad por Ley de Obediencia Debida.
Además dio testimonio Genoveva Ares, una militante universitaria de la Universidad de Lomas de Zamora, que fue salvajemente torturada junto a su pareja Gabriel Alberto García.