Lo afirmó a Infojus Noticias Osiris Rodolfo Domínguez, tío de la nieta recuperada 117. Es la hija de Walter Hernán Domínguez (22) y Gladys Cristina Castro (24), militantes del Partido Comunista Marxista Leninista que sigue desaparecidos. Osiris militó en la misma agrupación y debió exiliarse del país. “Ella se va a ir dando cuenta de a poco cómo es su historia”, dijo.
Entre risas y pausas emocionadas, Osiris Rodolfo Domínguez, tío de la nieta recuperada 117, se imagina un encuentro de veladas interminables con ella y “un asado en la terraza de mamá, donde hay una parra, y si es vegetariana le haremos berenjenas”. Minutos después de la conferencia de prensa en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, donde se dio la noticia de la restitución, Osiris habló con Infojus Noticias y compartió las primeras impresiones. “Sabíamos que era algo que podía llegar en cualquier momento, pero no estábamos preparados. Así que nos toma por sorpresa y es una alegría porque ella tomó la iniciativa de saber quién era y de dónde venía”, dijo.
La joven fue apropiada durante la última dictadura. Se enteró hace apenas tres días de su historia. Es la hija de Walter Hernán Domínguez, de 22, y Gladys Cristina Castro, de 24, ambos militantes del Partido Comunista Marxista Leninista (PCML). Y aún no se sabe su identidad. “Lo que más deseo es respetarle sus tiempos, luchamos mucho por esto y no vamos a perder la calma. Estamos bien, tranquilos. Y saber que está viva y está dando pasos por descubrir la génesis de su vida es emocionante”, enfatizó.
Osiris, que también militó en el PCML y tuvo que exiliarse del país tras el secuestro de su hermano Walter, contó cómo se enteró del hallazgo. “Fue el jueves, me llamaron desde CONADI. En realidad, recibió el llamado mi mamá. Se puso a llorar y pensé se había muerto algún familiar. Nos quedamos todos atontados. Del jueves hasta ahora parece que estuve en el túnel del tiempo”, describió.
En septiembre de 2012, declaró en un juicio de lesa humanidad de Mendoza por el secuestro y desaparición de Walter y Gladys, que estaba embarazada de seis meses. Allí contó que trabajaba para esa época en la empresa Pescarmona -dirigida por agentes de la Marina- y era "simpatizante" del Partido Comunista Marxista Leninista, por lo cual no tenía tanto “involucramiento” como su hermano. Entre las personas que conoció esos años mencionó a Rodolfo Vera, Néstor Carzolio, María Elena Ferrando, los hermanos Elsa y Jorge Becerra, y a Jorge Fonseca. Casi todos permanecen desaparecidos. "En un mes, mes y medio, levantaron a todos los del partido", recordó, "los de acá, los de Buenos Aires, los de La Plata, fue una cosa bien diagramadita". Luego comentó que Walter y Gladys albergaron en un domicilio anterior al del secuestro -en Dorrego- a Susana de Miguel, compañera de Jorge Becerra -que ya había sido secuestrado-; y a Mirta Hernández, ex-esposa de Rodolfo Vera. Ambas estaban con sus hijos pequeños.
La nieta restituida 117 nació entre febrero y marzo de 1978. Sus padres se conocían del barrio, y se habían casado un año antes de que los secuestraran. A las tres de la mañana del 9 de diciembre de 1977, cuatro hombres encapuchados y armados irrumpieron agazapados en el hogar del matrimonio conformado por María Assof y Osiris Domínguez. Les pusieron una pistola en la cabeza y los interrogaron acerca de sus hijos Walter y Osiris. “Mi marido quedó petrificado hasta la madrugada”, dijo María, que también declaró en la Justici. Al salir de sus casas, les dijeron que el domicilio de Luzuriaga 84 del barrio de Godoy Cruz, donde Walter alquilaba con su mujer, había sido saqueado. Por los vecinos supo de la participación de la policía en los secuestros de la pareja.
El 8 de diciembre, a la tarde, Osiris había visitado a Walter. Le comentó de varios compañeros que eran detenidos o que desaparecían. Osiris le sugirió mudarse. A las seis de la mañana del día siguiente, salió de su turno nocturno de trabajo y pasó a verlo. Cuando llegó al domicilio, vio la puerta de la casa rota e imaginó lo que había sucedido. Osiris estuvo cerca de dos meses escondido en una finca en Barrancas, luego se trasladó a Buenos Aires. Y allí empezó un febril peregrinaje. Primero se radicó en San Clemente del Tuyú, junto a militantes que también huían de Mendoza. Semanas después, se trasladó a Mar del Plata, luego siguió a Neuquén, volvió a Mendoza y luego partió hacia Córdoba. Finalmente, se exilió en Francia.
“Dos de mis hijos nacieron en Europa. Tengo tres, en total, Olivia, de 27, Pablo, de 32, y David, de 22. Ellos están nerviosos y me preguntan por mi sobrina, pero hay que tener paciencia”, dijo a Infojus Noticias. Antes de irse de la sede de Abuelas, Osiris habló sobre cómo se imagina el encuentro. “Se me ocurre que va a ser en la terraza de mi vieja, en la casa de siempre. Seguro será una cuestión muy íntima. Ella se va a ir dando cuenta de a poco cómo es su historia, conocerá la historia de sus viejos, que fueron militantes de barrio, sencillos y combativos”, dijo. Y cerró: “Comprenderá que a ellos los secuestraron porque había que eliminar lo que molestaba, sacárselo de encima. Los milicos fueron la herramientas del poder financiero, que siguen intentando hacer golpes económicos aún en democracia”.
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