Ocurrió el 27 de agosto de 2012 en Benavídez. Para la fiscalía está probado que Cardozo comprendía la criminalidad de sus actos, pero la defensa oficial intentaría demostrar que no fue así. Su ex volvió con él.
Hoy empieza a ser juzgado al joven que cometió un triple femicidio: asesinó a la hija, la hermana y la abuela de su ex mujer. A la primera víctima la ahorcó mientras dormía. A las otras dos las mató de veinte puñaladas, hace un año, en la localidad bonaerense de Benavídez.
El imputado es Juan Carlos Cardozo (25), acusado de "triple homicidio". En el caso del asesinato de la niña, tiene el agravante de "alevosía". Su pareja –socializada en situaciones de violencia- dijo el martes último que lo había perdonado porque estaba "poseído" y "algo sobrenatural se apoderó de él en ese momento".
Fuentes judiciales informaron a la agencia Télam que el debate estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 7 de San Isidro, integrado por Mónica Tisato, Eduardo Lavenia y María Cohelo, que iniciará la audiencia a las 10 en avenida Centenario 456 de ese partido.
Está previsto que el juicio transcurra entre la audiencia de hoy y la del viernes. Con la intervención del fiscal Ricardo Juan, declararán alrededor de 31 testigos. Los más importantes son los peritos psiquiatras: para la fiscalía está probado que Cardozo comprendía la criminalidad de sus actos, pero la defensa oficial intentaría demostrar que no fue así.
El triple crimen se registró el 27 de agosto de 2012 en una casa de Uruguay 633, en Benavídez, partido de Tigre, cuando Cardozo fue a buscar a su ex mujer, Romina Martínez (27), quien lo había abandonado una semana antes y se había llevado con ella a la hija de ambos, de 3 años. Cardozo no encontró a Romina en la vivienda y descargó su furia contra las tres familiares: primero asesinó de veinte puñaladas a la abuela de la chica, Nilda Ludovica Ham (76) y luego a la hija, Marisol (6. Después llegó a la casa la hermana de Romina, María Florencia Martínez (15), para darle remedios a su abuela. Los peritajes demostraron que Florencia intentó defenderse -se halló ADN del agresor debajo de sus uñas y a él se le encontró un arañazo- y luego fue asesinada también de una veintena de puñaladas. El imputado fue grabado por las cámaras de seguridad del municipio de Tigre cuando huía de la casa, por lo que fue detenido y confesó los crímenes.