Infojus Noticias

En agosto de 2012 Juan Carlos Cardozo y Romina Martínez estaban separados, ella lo había dejado. La mujer vivía en una modesta casa en Benavídez, partido de Tigre. Él la fue a buscar pero no la encontró.  Asesinó a la abuela de Romina, de 76 años, a su hija Marisol de 6 y a su hermana, María Florencia, de 15.

Ahora Romina exculpa a su pareja del crimen: “Para mí no fue él, no lo hizo porque quiso, algo se apoderó de él y usó su cuerpo”, dijo ayer a los canales de televisión y a los diarios. Anunció que son nuevamente pareja y van a tener un hijo. Los medios enseguida hablaron de "amor ", "locura" y de “insólito perdón”.

La historia de Romina con el asesino de su familia trae las resonancias de otros casos. Por un lado, la de Edith Casas, la joven santacruceña que se casó con un hombre condenado por el crimen de su hermana gemela. Es una historia que atrae a los medios de comunicación y a las audiencias. Al mismo tiempo se conecta con el crimen de Carla Figueroa. La pareja de Carla la había violado y estaba presa por ese hecho. Ella lo perdonó y él salió en libertad bajo la figura de avenimiento. Una semana después, él la mató. Luego del crimen de Carla, la ley de avenimiento fue derogada.

¿Cómo tratar periodísticamente estos temas sin correr el riesgo de afianzar la situación de vulnerabilidad de las mujeres víctimas de la violencia de género? “Lo más importante en este caso es que la ley de avenimiento se derogó el año pasado con argumentos clarísimos. Como periodista uno tiene la responsabilidad de conocer que las mujeres víctimas están en una situación de vulnerabilidad que es anterior a la relación que ahora da lugar a la noticia y esa vulnerabilidad es la que está detrás de acciones como perdonar a los victimarios”, dice a Infojus Noticias Sandra Chaher periodista especializada en comunicación con perspectiva de género y presidenta de la Asociación Comunicar Igualdad.

Enrique Stola es médico psiquiatra e integra el Consejo de Notables de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género del Ministerio de Justicia de la Nación. Consultado por Infojus Noticias sobre las declaraciones de Romina y su relación con el hombre que asesinó a su familia, dice: “La víctima en ningún momento dejó de ser víctima. Yo creo que es diferente del caso de Casas, porque esta mujer cree que el hombre con el que se casó no asesinó a su hermana. Romina sufrió en carne propia la violencia y también el castigo social por estar relacionada con ese hombre. Ella no tiene salida y no puede generarla sola. ¿Qué recursos le damos como sociedad para que pueda salir de esa situación?”

Chaher señala que en este tipo de casos en los que hay antecedentes de coberturas mediáticas de historias similares la responsabilidad de los medios es mayor. “Como periodista tenés que tener en cuenta lo que se aprendió de la información anterior. Una cosa es la primera cobertura, como la del caso Wanda Taddei en el que no había antecedentes de femicidio por incineración, y otra cosa son las coberturas que vienen después. Cuando el caso de Fátima Catán, víctima de incineración, hubo medios que no tuvieron en cuenta los antecedentes. Como periodista cuando tenés el segundo caso tenés que contextualizarlo con mayor responsabilidad”, enfatiza Chaer.

Stola considera que en la cobertura de casos como este los medios reproducen una forma de castigo social a las víctimas de violencia de género: “Castigo social es, por ejemplo, cuando se reproduce ese discurso del amor enfermizo, o de que a ella le gusta eso que le pasa, o que si acepta al hombre es por algo, o que es masoquista. Eso es castigo social: adjudicarle a la mujer la responsabilidad de la tragedia.”

“En este caso, tenés una mujer que perdona a su victimario después de asesinar a personas de su familia, entre ellas a su hija. Es evidente la situación de desigualdad y vulnerabilidad de esa mujer. Si se hace una cobertura que tiene que ver con darle la palabra a esa mujer no puede ser una cobertura descomprometida de esa situación de desigualdad”, dice Chaer.

Chaer también considera que cuando se entrevista a mujeres víctimas de la violencia de género sus testimonios deben ser contextualizados “Cuando una mujer está afectada por la violencia de género en la enorme mayoría de los casos es una repetición de situaciones de violencia previas, que empezaron en la niñez. Una mujer socializada en situación de violencia, probablemente no conozca otra situación de relación que no sea la de víctima, hacen falta muchos cambios psicológicos y afectivos para salir de eso. Si se incluye su testimonio en los medios, debe ir acompañado de un contexto, de comentarios críticos que permitan comprender su lugar de víctima”, concluyó la especialista.