Uno de los clientes aceptó participar de un concurso y reclamó su premio pero la empresa argumentó que lo que había ganado era la posibilidad de participar de un sorteo. Hizo la denuncia y un juez le dio la razón.
La Justicia Civil y Comercial condenó a la empresa de telefonía celular Claro a entregarle a uno de sus clientes un auto de alta gama por considerar que había sido víctima de una publicidad engañosa.
El cliente participó de un concurso que consistía en responder preguntas mediante mensajes de texto. De acuerdo a lo que quedó planteado en el expediente, el certamen tenía como premio principal un Mini Cooper. El usuario contestó todas las preguntas con lo cual quintuplicó el monto de la factura por el servicio que recibía. Cuando le informaron que había reunido todos los puntos, el cliente reclamó la entrega del automóvil. Pero desde la empresa le informaron que en realidad lo que había ganado era el derecho a participar en un sorteo por el premio prometido.
El cliente reclamó lo que creía que le correspondía y una vez agotadas las instancias de negociación se presentó ante la Justicia porque consideró que había sido víctima de publicidad engañosa.
En el fallo, el juez Hernán Carrillo dijo: "En ningún momento del intercambio de mensajes hace referencia alguna a la existencia de base de un concurso y de la conveniencia de que el usuario procediera a consultarla, lo que denota la existencia de publicidad engañosa". El juez sostuvo que el caso constituye "un mecanismo de publicidad tendiente a engrosar las facturas de los clientes".