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El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti presentó al mediodía la “Oficina de Justicia Ambiental”. La ceremonia –que contó con la presencia de actores, científicos, legisladores y funcionarios– tuvo dos oradores, el propio Lorenzetti y la actriz Nacha Guevara. El discurso de inauguración de Lorenzetti tuvo, como de costumbre, consignas políticas.

La nueva oficina apunta a la coordinación de políticas “orientadas al fortalecimiento de los conceptos ambientales estructurales tanto en el ámbito nacional como internacional”. Si la “gobernabilidad” –como el ministro llamó a los gobiernos en ejercicio– se renueva cada cuatro años, los jueces permanecen en sus cargos bastante tiempo más. La Corte Suprema, como “cabeza de un poder del Estado”, tiene como tal “políticas de Estado” que “se instrumentan a través de oficinas que lideran el desarrollo de una política de largo y de mediano plazo”.

El ministro destacó que Naciones Unidas insiste en que se deben involucrar en la defensa y cuidado del medio ambiente actores “que no dependen del sistema electoral”. Esto debido a que “ningún gobernante está dispuesto a imponer costos actuales para beneficios futuros de mediano y largo plazo. Por eso nosotros siempre decimos que se ocupan de las próximas elecciones y no de las próximas generaciones”. Y lamentó que para los gobernantes el ambiente no esté en la agenda cotidiana. “Yo creo que están profundamente equivocados”, dijo.

Las palabras del ministro fueron seguidas con atención por los actores y músicos sentados en primera fila: Ricardo Mollo, Charly Alberti, Segundo Cernada y Nacha Guevara.

Lorenzetti habló a favor del desarrollo sustentable apelando a ejemplos de la coyuntura política y de los últimos discursos presidenciales. Dijo que nadie se ocupa del ambiente porque pareciera “cuestión abstracta”, pero “además, solemos escuchar que se habla en todo el mundo de los jóvenes y de lo que le vamos a dejar”. Y agregó: “Es falso prometerles un futuro a los jóvenes si no nos ocupamos de la cuestión ambiental. Esta es la realidad, no podemos mentirles”.

Los gobiernos “en este campo practican el dejar hacer, el dejar pasar”. Y se refirió a prejuicios de “la gobernabilidad”. “Uno de ellos es que debemos ocuparnos hoy del desarrollo que genera riqueza, empleo y no de la cuestión ambiental, generando una oposición absolutamente falsa porque tenemos muchas experiencias que nos demuestran lo contrario”. Otro ejemplo que dio de prejuicio es que “hay que ocuparse de la distribución y de la igualdad porque lo ambiental puede esperar” y agregó que “la realidad es que los efectos ambientales más graves los pagan los más humildes”.

Para los dirigentes del siglo XXI

La contaminación del Riachuelo y de las personas que viven a la vera fue señalada como uno de los desastres ambientales más notables. La Corte dictó una sentencia condenatoria a mediados de 2008 donde ordenaba el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo. Actualmente siguen las audiencias públicas que evalúan su grado de avance. Lorenzetti señaló que la medida más importante tomada fue “la reubicación de masas poblacionales de gente muy humilde que vivía en la zona más contaminada”. Y agregó que “no hay una contradicción entre la lucha por la igualdad y la lucha por el ambiente”.

La contaminación del agua, el aire y los alimentos “nos afecta en la salud. Hemos avanzado muchísimo en la medicina pero al mismo tiempo nacen nuevas enfermedades” producto de esa contaminación.  La sobreexplotación de los recursos ambientales es un “camino suicida que tiene la civilización que se basa en el desarrollo ilimitado y no en el desarrollo sustentable”, finalizó.

La actriz Nacha Guevara leyó, en representación de sus compañeros, un manifiesto a favor del cuidado ambiental. Los datos de derretimiento de los polos por el calentamiento global, el retraimiento de los glaciares, las especies en peligro de extinción y el evidente cambio climático. “Hemos visto que se han inundado ciudades con pérdidas tremendas –dijo– y, por la noche, sin luz ni asistencia, no hay seguridad alguna y la civilización se vuelve precaria. Hemos vuelto a tener miedo a las tormentas”.

Habló de la necesidad de un cambio: “Los dirigentes del siglo XXI tienen que tener políticas de prevención y pensar que todo es un sistema interrelacionado. Los dirigentes deben dar participación a la comunidad y no reprimir la protesta cuando es legítima”.

La Oficina de Justicia Ambiental de la Corte, creada por la acordada n°1/14, del 11 de febrero de este año tiene como objetivos promover la capacitación, desarrollar la investigación y aplicar criterios ambientales en la propia organización de los Tribunales. También trabaja con un comité de expertos internacionales de Naciones Unidas “para seguir a nivel global junto a los poderes judiciales que están actuando en materia ambiental”.