En el discurso de apertura del año judicial, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación reconoció la necesidad de reformar la Justicia bajo dos principios: la celeridad de las causas y el acceso. "Hay que acercar la justicia a la gente", remarcó.
En la Sala de Audiencias del cuarto piso del Palacio de Tribunales, el acto de apertura del año judicial fue encabezado por el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti. En su discurso, reconoció la necesidad de reformar la Justicia bajo dos principios: la celeridad de las causas y el acceso a la justicia. Sostuvo que la actual Corte "está muy comprometida con el funcionamiento democrático", que "implica la división de poderes". Y convocó: "Los jueces tenemos que ir a la vanguardia y no detrás de esa reforma".
En su discurso Lorenzetti expresó: "Es innegable que hay que cambiar el Poder Judicial". Y argumentó: "Lo primero es acercar la justicia a la gente, la posibilidad de tener jueces móviles y poner a los jueces donde están los conflictos. Después solicitó a sus colegas que “participen y se involucren”. “No crean que el Poder Judicial está de maravillas”, les dijo y concluyó: “Nunca menos, lo que se logró debemos mantenerlo”.
Desde antes del mediodía se fueron acomodando en las primeras filas los jueces de casación y de las cámaras federales. También muchos magistrados de fueros civiles y comerciales, integrantes del Consejo y funcionarios judiciales. La asistencia fue tan numerosa que los organizadores debieron agregar varias filas de sillas en el patio, a un costado de la sala. Allí dispusieron pantallas para que todos puedan seguir las palabras de Lorenzetti.
Minutos después de las 12.15, el presidente del máximo tribunal empezó su exposición. En el estrado principal, Lorenzetti estuvo acompañado por los ministros de la Corte Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt, Enrique Petracchi, Juan Carlos Maqueda, Carmen Argibay y Eugenio Raúl Zaffaroni. El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak;, su par de Seguridad, Cecilia Rodriguez; los secretarios de Justicia, Julián Alvarez, y de Derechos Humanos, Martín Fresneda; la procuradora general, Alejandra Gils Carbó; y la defensora general de la Nación, Stella Maris Martínez, fueron algunas de las máximas autoridades sentadas en las primeras filas.
Acceso y celeridad: pilares para el cambio
“El sistema jurídico parece un hotel de cinco estrellas por como está pensado, pero no todos pueden acceder por su puerta giratoria. Debemos construir rampas de acceso judicial a ese hotel para que todos puedan llegar”, dijo Lorenzetti. El verbo agilizar -que se repitió en el inicio de sesiones del Consejo de la Magistratura- resonó hoy en el discurso del año judicial. “Sabemos que hay esfuerzos provinciales pero hay que combinarlos. Hay que acercar la justicia a la gente y para eso poner a los jueces donde está el conflicto. Debemos designar jueces mediadores en los barrios vulnerables y también jueces móviles que se acerquen al conflicto”, dijo Lorenzetti y fue aplaudido en esa idea que parece central para que todo el engranaje de reformas de Códigos encastre: celeridad y cercanía con las necesidades sociales.
En su habitual discurso de apertura del año judicial, el presidente del máximo tribunal suele esbozar los lineamientos centrales de la Justicia para el año, tanto en materia de administración como de política judicial. “El discurso estuvo acordado previamente con el resto de los integrantes de la Corte”, dijo el presidente antes de comenzar. “No hay estado de derecho sin igualdad de oportunidades. Y ese estado es la diversidad, admitir la pluralidad de ideas. Primero es el derecho a la autodeterminación, lo que significa que si un acto no afecta a terceros puede hacer lo que quiere. Segundo es el derecho a criticar y el acceso a la información. Y tercero fortalecer el debate público”, dijo Lorenzetti.
En el salón señorial, bajo las arañas con tulipas, más de una veintena de cámaras de televisión y decenas de radios del país siguieron el discurso. La ornamentación del lugar donde se lleva a cabo la ceremonia también incluye un crucifijo de madera en la cabecera de los ministros de la Corte, a pesar del pedido del año pasado de retirar de los espacios judiciales los símbolos religiosos. En las butacas privilegiadas para los representantes de organizaciones sociales y culturales del recinto, donde la Corte suele realizar las audiencias públicas en causa de gran repercusión social, hubo representantes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y el periodista Horacio Verbitsky, titular del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), entre otros.
Después del discurso la mayoría de los asistentes se trasladó a un patio contiguo a la sala de audiencias. En ese espacio rodeado de vitrinas con los fallos históricos del tribunal, en una suerte de "museo judicial", jueces, periodistas y funcionarios conversaban y se saludaban mientras esperaban pasar a otro salón para tomarse una foto con Lorenzetti y la vicepresidenta del tribunal, Elena Higthon de Nolasco.