El ciberactivista y periodista Julian Paul Assange dijo que se produjo un cambio muy serio en los patrones de migración en los últimos diez años. “Las potencias han desestabilizado a Siria, y han desatado el desplazamiento masivo y la tragedia humanitaria”, afirmó.
Con una camisa azulada y barba rala, en una videoconferencia de una hora desde la embajada ecuatoriana en Londres, el programador, físico, matemático, ciberactivista y periodista Julian Paul Assange participó del II Congreso Internacional sobre Jurisdicción Universal organizado por la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR). Assange dejó una inquietante idea central: que Estados Unidos irradia, usando su dominio global, una suerte de Jurisdicción Universal inversa. “Estados Unidos tiene la intención de tener bases militares en 130 países. Y ha generado un sistema unilateral de justicia universal que expande a otros países. Eso también sucede conmigo”, dijo el activista cibernético, que en agosto de 2012 obtuvo el asilo político en Londres en la embajada de Ecuador.
“No soy ciudadano estadounidense, Wikileaks no está en Estados Unidos, pero ellos reclaman la jurisdicción universal sobre lo que afecta a Estados Unidos”, dijo. La tesis de Assange, aunque tiene un pedido de captura y extradición a Suecia por los delitos de violación, abusos sexuales y coacción de una chica, es que el país del norte ha logrado el asedio judicial como escarmiento por la revelación de algunos de sus secretos mejor guardados a través los célebres Wikileaks.
Assange respondió sobre temas variados durante la entrevista pública que le hizo el periodista Santiago O‘Donnell. Algunos de estricta actualidad, como la tragedia humanitaria de los migrantes. “Hay un cambio muy serio en los patrones de migración en los últimos diez años. Nosotros hemos publicado algunos documentos al respecto. Las potencias han desestabilizado a Siria, y han desatado el desplazamiento masivo y la tragedia humanitaria”, dijo.
Y luego centró sus respuestas en su situación jurídica, de la que responsabiliza a Estados Unidos. “Mi caso es la investigación más grande que ha hecho el Pentágono contra un editor”, afirmó y se preguntó si los ataques contra Wikileaks “por miembros del Estado y por hackers, no constituyen crímenes de guerra”.
Respecto de su situación de encierro en la embajada ecuatoriana, que ya lleva tres años, dijo: “Los británicos dicen que no estoy detenido, que tengo la libertad de salir de aquí. Si claro: tengo la libertad de ir a la cárcel si pongo un pie en la calle”.
Sobre Suecia, donde han pedido su captura, el activista consideró que “hay países que nos han ayudado a revelar los planes de la CIA. Suecia no. Ha destruido cualquier intento de investigación de agentes de inteligencia suecos o norteamericanos”.
Luego, a partir de una pregunta del público, habló de Google. “Google colabora con los proyectos militares de Estados Unidos y tiene jurisdicción allí, por lo tanto las agencias norteamericanas pueden echar mano de su caudal de información si lo quieren”.
Y se despidió hablando de Argentina. “Me encantaría poder estar allá en este momento. La embajadora Alicia Castro ha sido de mucha ayuda para mí, y lo agradezco mucho”, destacó.
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