El ex jefe de La Doce, Rafa Di Zeo, y el barra Hugo “Pollila” Melo están siendo juzgados por ordenar el ataque a tiros al "Uruguayo" Laluz Fernández en el boliche Cocodrilo en marzo de 2011. Ayer, después de la audiencia, hubo trompadas en el Palacio de Tribunales porteño.
“A estos dos hijos de puta los van a dejar absueltos”, gritó en los pasillos del Palacio de Tribunales una mujer que acompañaba al ex barrabrava de Boca Richard el “Uruguayo” Laluz Fernández. La mujer señalaba al ex jefe de La Doce, Rafael Di Zeo, y a Hugo “Pollila” Melo, quienes están siendo juzgados por atacar a tiros a Fernández en marzo de 2011 en el boliche Cocodrilo. A los gritos le siguió un cruce de insultos y los dos grupos terminaron a las piñas.
La audiencia en el Tribunal Oral Criminal 1 terminó poco después del mediodía. Afuera, en los pasillos, dos facciones que estuvieron enfrentadas por el control de La Doce volvieron a verse las caras. De un lado estaba el Uruguayo–en silla de ruedas desde el ataque- y su gente. Del otro, Di Zeo y los suyos. Los gritos de la mujer encendieron la mecha y se agarraron a piñas.
Según contaron testigos, Di Zeo y Fernández intentaron calmar a los dos grupos. A los pocos minutos llegó un grupo de efectivos de la Federal y del Servicio Penitenciario. Mientras los separaban seguían los insultos y las amenazas.
Di Zeo y “Pollila” Melo son juzgados como instigadores del ataque contra Fernandez, quien recibió tres tiros en el boliche “Cocodrilo”, de Barrio Norte. Esa madrugada del 12 de marzo de 2011 la gente de Di Zeo –que recién había salido de la cárcel- celebraba el cumpleaños de los integrantes del grupo. Planeaban recuperar el poder perdido a manos de Mauro Martín y Maxiliano Mazzaro.
El Uruguayo dejó su camioneta en la playa de estacionamiento y entró al boliche. Fue derecho al fondo, donde sus ex compañeros bebían y miraban a las chicas bailar en el caño. La charla subió de tono. El Uruguayo puteó, dio media vuelta y se fue. No llegó a avanzar más que unos pocos metros. Le dieron tres balazos en la espalda. En el hospital Fernández le salvaron la vida pero desde entonces se mueve en silla de ruedas.