Hugo Darío Díaz desapareció el lunes y sus celulares se activaron 24 horas después, para comunicarse con números telefónicos desconocidos. La fiscal busca determinar a quién pertenecen esos números. El 26 de febrero desde una moto balearon la puerta de la casa de Díaz, en Lanús. El financista declaró que no sabía de dónde podía venir la intimidación.
Los efectivos de la División Búsqueda de Personas de la Policía Federal retiraron de una empresa de telefonía celular una serie informes que pidió la fiscal Estela Andrades. Los investigadores creen que puede ser la punta del ovillo que les permita saber cómo desapareció el empresario y financista Hugo Darío Díaz, de quién no se tienen noticias desde el lunes a la mañana. La Justicia cuenta con un dato: los dos celulares que usaba el hombre se activaron el martes. En distintos horarios y con dos números desconocidos. “No sabemos si los usó él u otra persona”, explicó una fuente judicial a Infojus Noticias.
La fiscal recibió la causa en las últimas horas. Leyó el expediente, que consta de unas pocas fojas con declaraciones testimoniales de familiares y allegados a Díaz, y se reunió con los agentes a cargo de la búsqueda, que le informaron sobre lo actuado hasta el momento. Después pidió al juez Jorge Adolfo López que autorice una serie de medidas, entre ellas el pedido de informes a la compañía de telefonía celular.
“Al día siguiente de la desaparición se activaron los dos teléfonos celulares que usaba Díaz. Se estableció contacto con números telefónicos desconocidos. No se sabe si fueron llamadas, mensajes de texto o por WhatsApp”, contó la fuente.
Los efectivos de la Federal llevaron el pedido de la Justicia personalmente para acelerar los tiempos y retiraron los informes. La fiscal quiere saber a quién pertenecen los números con los que se estableció contacto desde los celulares de Díaz y desde dónde se hizo. A partir de ahí la fiscal podría solicitar nuevas medidas. “Este dato por sí solo no es indicativo de que el hombre esté vivo o no”, agregó.
El misterio del financista
En el expediente hay algunos datos que llaman la atención de los investigadores. Por un lado hay confusión respecto de la actividad a la que se dedicaba Díaz. Algunos empleados contaron que el hombre realizaba diversas actividades financieras y contables, aunque no dieron demasiadas precisiones. Natalia Puccar, la ex esposa de Díaz, dijo que tenía una especie de “cueva” financiera en el centro, pero aclaró que no sabía la dirección exacta.
La mujer también contó que el 26 de febrero la casa en la que aún vive con su ex esposo fue baleada por desconocidos que pasaron en moto. En aquella oportunidad, él declaró que no sabía de dónde pudo haber venido el ataque. Aclaró que no tenía “deudas ni enemigos”, según explicaron fuentes judiciales a la agencia Télam.
Diáz y su ex pareja eran socios en la empresa de ambulancias May Day S.R.L. y de Paraíso Construcciones S.A, dedicada a la “construcción y venta de todo tipo de inmuebles y en especial venta de edificios por el régimen de propiedad horizontal”. En los registros del Banco Central, figuran dos deudas de Díaz por 63.100 y 43.800 pesos, ambas en “Situación 1”, que implica que no registran atrasos en los pagos. Puccar mantiene cuatro deudas en la misma situación por casi 145 mil pesos.
A pesar de que vivía con su ex mujer, Díaz había mantenido una relación con una mujer llamada Ana. En diálogo con el canal de noticias C5N, la mujer desmintió que Díaz tuviera vínculos con la barrabrava de Boca Juniors, como había trascendido en algunos medios. También negó que fuera financista, aunque no aclaró a qué se dedicaba.
La desaparición
El lunes pasado, Díaz estacionó su Volkswagen Vento en una cochera de Florida y Lavalle, en el microcentro porteño, y encaró hacia la avenida Corrientes. A las 16, sus empleados le avisaron a Natalia Puccar que su ex esposo nunca había llegado a la oficina. Esa noche la mujer presentó un hábeas corpus en el Juzgado de Instrucción 4, a cargo de Manuel de Campos. El magistrado desestimó el recurso al comprobar que Díaz no estaba detenido y envió el expediente a la Cámara del Crimen para que se sortee un nuevo juzgado.
La causa recayó en el Juzgado de Instrucción 30 de Jorge Adolfo López. Al no tener sospechosos individualizados, el juez delegó la investigación en la Fiscalía de Instrucción 1, subrogada por Estela Andrades. La expediente está caratulado como "averiguación de paradero".
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