“Recién de grande quise saber la verdad, de chica no quería sentirme diferente al resto, la condición de adoptada era algo que yo callaba, no lo compartía con nadie”, contó María Belén Altamiranda Taranto, la nieta recuperada número 88. Las dudas, los interrogantes y las convicciones detrás de cada búsqueda, de cada restitución.
Abuelas de Plaza de Mayo anunció hoy que la nieta 117 recuperó su identidad. A las 13hs habrá una conferencia de prensa donde estarán dos de sus dos abuelas y un tío paterno. Aquí, algunos nietos cuentan a Infojus Noticias cómo fue su proceso de búsqueda identitaria en el camino de la restitución.
Horacio Pietragalla Corti, nieto recuperado N°75
“Cuando me fui a hacer el examen de ADN, en mayo de 2003, ya sabía que era hijo de desaparecidos”, le dijo Horacio a Infojus Noticias. Se lo había dicho un tiempo antes otra nieta recuperada, Victoria Montenegro.
Horacio fue a la Conadi a manifestar todas las dudas que tenía. Lo atendió Claudia Carlotto, la hija de Estela. Desde chico tuvo dudas de su identidad, porque no se veía parecido con nadie de su familia. “Siempre había tenido un sentimiento extraño que no podía explicar. Cuando mi prima de crianza, Vicky, me confirmó mi origen, empecé a entender”.
Mientras esperaba el resultado de ADN, Horacio se refugiaba en una oficina de Abuelas y leía la historia de sus padres. Estaba casi seguro de quiénes eran por las fechas y por el parecido con su mamá, Liliana Corti. “No tenía la confirmación de que fueran ellos, pero yo estaba convencido”, le dijo a Infojus Noticias.
Horacio nació el 11 de marzo de 1976. Su papá Horacio fue asesinado en Córdoba en 1975 y a su mamá, la mataron en un operativo en Villa Adelina en agosto de 1976. Horacio estaba con ella y los militares se lo robaron.
María Belén Altamiranda Taranto, nieta recuperada N°88
Desde chiquita, María Belén sabía que era adoptada. En 2005, a los 28 años, decidió buscar sus orígenes. “Recién de grande quise saber la verdad, de chica no quería sentirme diferente al resto, la condición de adoptada era algo que yo callaba, no lo compartía con nadie”, contó María Belén en el juicio de plan sistemático de robo de bebés. Dos años después fue a la filial de Abuelas en Córdoba. “Decidí ir a Abuelas porque era una posibilidad, empezaban los juicios de lesa y la difusión de la búsqueda de los nietos era fuerte en mi facultad. El tema me sensibilizaba mucho”, contó. Después del examen, se supo que María Belén era hija de los militantes del ERP Rosa Luján Taranto y Horacio Altamiranda. Ambos fueron secuestrados el 13 de mayo en 1977. Rosa estaba embarazada de siete meses y según testimonios, se le practicó una cesárea en Campo de Mayo. La niña fue entregada al Movimiento Familiar Cristiano, que después de tres meses, las monjas la entregaron en adopción.
Guillermo Amarilla Molfino, nieto recuperado N°98
En diciembre de 2007, Guillermo Amarilla estaba viendo un capítulo de Televisión por la Identidad cuando sintió un cosquilleo en la panza. “Esa historia me desató tantas dudas por mi identidad, que me llevó a preguntarme si yo no podía ser uno de los nietos”, le confió Guillermo a Infojus Noticias. Hasta ese momento, con 27 años, se había criado con su apropiador, un ex miembro de inteligencia del Ejército. Alentado por su novia de entonces, al día siguiente Guillermo fue a la Conadi. Contó su historia y le sugirieron que se haga el examen de ADN. El resultado fue negativo.
“Sentí como un alivio, porque pensé que mis dudas eran producto de mi imaginación. De todos modos, había muchas cosas que no entendía”, contó. Todavía su patrón de ADN no había sido denunciado como desaparecido.
Meses después, una sobreviviente de Campo de Mayo se acercó a Abuelas y contó que Marcela Molfino, en mayo de 1980, había dado a luz a un niño en ese centro clandestino. Las investigaciones de Abuelas concluyeron que ese niño podría ser Guillermo y le pidieron a la familia Molfino muestras de sangre. Cotejaron su ADN con el de Guillermo, que estaba guardado. “Dos años después de mi extracción me llamaron y me dijeron que dio positivo”. Se comprobó que Guillermo era hijo de Marcela y de Guillermo Amarilla, militantes montoneros que fueron secuestrados en octubre de 1979, en el marco de la Contraofensiva.
Francisco Madariaga, nieto recuperado N°101
“Empecé a dudar de mi identidad cuando tenía 20 años, en 1997. Vivía con mi mamá en San Miguel y me fui a vivir solo”, dijo Francisco a Infojus Noticias. “Siempre hubo sospechas, la distancia ayudó a pensar un montón de cosas, datos de mi infancia y mi adolescencia, la mala relación con los que yo creía mis padres”. Su apropiador, Víctor Alejandro Gallo, era un ex miembro de Inteligencia del Ejército y ex carapintada. “Él era de Boca y yo de River”, contó como una de las tantas diferencias. Pasaron los años y Francisco le compartió sus dudas a todos los que formaban parte de su vida, novia y amigos. El 3 de febrero de 2010, se acercó a Abuelas para contar su historia. La que decía ser su madre, Inés Susana Colombo, le había confesado tiempo atrás que lo habían traído de Campo de Mayo. Catorce días después, Francisco supo que era hijo de militantes de Montoneros de la zona norte. Su mamá era Silvia Mónica Quintela y está desaparecida, pero pudo reencontrarse con su papá, Abel Pedro Madariaga, que trabajaba en Abuelas.
Pablo Javier Gaona Miranda, nieto recuperado N°106
Pablo siempre supo que era adoptado, pero creía que había venido de la provincia de Misiones como sus otras dos hermanas adoptivas. Eso le habían hecho creer sus apropiadores – hoy en juicio - Haydée Raquel Ali Ahmed y Salvador Norberto Girbone. En la adolescencia se les preguntó a sus padres de crianza por qué en el certificado de nacimiento decía “partido de San Martín”. Las respuestas que recibió no lo convencieron. En 2008, tuvo una discusión con su apropiadora: “Me voy a hacer el examen de ADN a Abuelas de Plaza de Mayo”, le dijo. La mujer le rogó llorando que no se lo hiciera, porque ella y su marido podían ir presos, y entre sollozos, le mencionó la participación de un tío en el Ejército. También le dijo que ella no sabía si era hijo de desaparecidos, pero que podía ser. Con estas palabras de Haydée, se acrecentaron las dudas de Pablo. En ese momento, Pablo tenía 30 años y esperó cuatro años para procesar la culpa. “Tenía miedo por ellos, por mí. Pero veía a otros nietos y me identificaba con ellos, era raro lo que sentía”, le dijo a Infojus Noticias.
En 2012, se hizo el examen de ADN y se comprobó que Pablo era hijo de Ricardo Gaona y María Rosa Miranda, militantes del ERP. Los tres fueron secuestrados por el Ejército en un operativo en Villa Martelli, tres meses después del nacimiento de Pablo, en julio de 1978.