Abuelas de Plaza de Mayo propician encuentros. Los que se esperan con ansiedad ya pasaron la centena y son los nietos recuperados. En esta oportunidad, los hermanos o primos que buscan a los –en aquel entonces– bebés apropiados a sus familias se encontraron con dibujantes y guionistas a partir de una convocatoria de Abuelas.
Abuelas de Plaza de Mayo propician encuentros. Los que se esperan con ansiedad ya pasaron la centena y son los nietos recuperados. En esta oportunidad, los hermanos o primos que buscan a los –en aquel entonces– bebés apropiados a sus familias se encontraron con dibujantes y guionistas a partir de una convocatoria de Abuelas.
Las historias familiares fueron nuevamente contadas pero esta vez el relato se transformó en comic, algo que podría leer –por cultura y edad– la persona buscada. Esa que vive en una familia como apropiado sin saberlo, y que en otra vive como ausencia permanente. La que es buscada por los de su linaje y que la sociedad necesita para suturar la herida de 500 niños robados durante la última dictadura militar y reponer con justicia aquel quiebre. Muchas y muchos jóvenes cuyos nombres no están donde corresponde sino esperando.
Héctor Germán Oesterheld, guionista de El Eternauta, estaba convencido de que la historieta era una buena herramienta pedagógica y política. Para el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, “Esta exposición posee el doble interés de su tema, que sigue siendo una herida abierta de carácter ontológico en la sociedad argentina (el nombre verdadero como esencia última de la libertad civil) y el uso genuino de fórmulas artísticas masivas, como las que proporciona la historieta, para seguir llamando la atención pública sobre esta llaga aún abierta”. La muestra podrá verse en la Biblioteca Nacional hasta fines de marzo.