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A la espera del llamado de Guido. Así está en estos momentos la familia Carlotto. Anoche, estuvieron cenando juntos en La Plata y charlaron hasta las dos de la mañana. Se preguntaban, inquietos, cómo sería Guido, si habría rasgos de Laura en él. Luego se retiró cada uno a su casa: algunos pudieron dormir más tranquilos y otros se comieron las uñas de los nervios en el desvelo. Hoy  madrugaron y se llamaron por teléfono: la inminencia de un encuentro con Guido les ocupó la mañana.

En el fuero íntimo esperan que Guido se encuentre primero con Estela, a solas, y después con el resto de la familia. Ambos encuentros serán en las próximas horas en una casa de las afueras de La Plata, lejos de la prensa. “Hoy conoceremos a Guido. El encuentro no será en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo ya que él pidió una reunión con nosotros para conocerlo y no queremos avasallarlo, ni que sea pública", dijo a Infojus Noticias Guido “Kibo” Carlotto, secretario de Derechos Humanos bonaerense.

Kibo dijo que está ansioso, con “una sensación encontrada” pero agradable. “Es un momento muy difícil. Primero, sentí el alivio porque se cerró una etapa. Después, una ansiedad tremenda para saber cómo es Guido, cómo habla, qué dice, cómo mueve las manos, que hay de Laura en él y que encuentra él en nosotros”, expresó.

Hace muchos años, Kibo imaginó un posible encuentro con Guido: lo vio como un niño de 8, 10 años, y no como el hombre que actualmente es. “Es increíble cómo funciona la mente. Nunca lo pensé como un muchacho de 36 años”, dijo. Con el paso del tiempo, la familia investigó varias pistas, pero todas quedaron en el camino.

“A mí me pasó de crearme un mecanismo de defensa, de no esperar más nada, porque la desilusión que vivimos fue grande y hay que mitigar el dolor”, confesó. Hasta el momento, es el único de la familia que está hablando con la prensa, “porque todos están con la garganta cortada de la felicidad”. Y agregó: “Por respeto a él, no podemos dar ningún detalle de su historia ni de la familia con la que estaba mi sobrino”.

El funcionario bonaerense adelantó que la familia acordó en un punto: no abrumar a Guido. “Me imagino mirándolo a los ojos y me tiembla el cuerpo –dijo-. Queremos encontrar la mejor manera de contarle la historia de mi hermana. Ayer estuvimos desvelados, viendo televisión, nos comían los nervios. No es la idea atosigar a Guido, no buscaremos avasallarlo. Sentimos, por los llamados que nos hizo, que él quiere estar tranquilo, hablar en calma. Haremos lo que él nos diga”.