Néstor Alberto Oliva tenía 26 años, militaba en la Juventud Peronista (JP) y desapareció mientras hacía el servicio militar en Mendoza en octubre de 1976. Los militares lo habrían ejecutado a las pocas horas que llegó en calidad de “conscripto”. Mercedes Oliva, hermana de la víctima, relató que lo trasladaron desde Salta al octavo regimiento de caballería de Mendoza y que no volvieron a saber de él.
Los restos de Néstor Alberto Oliva, un estudiante salteño de Ciencias Económicas que había viajado a Mendoza en 1976 y fue ejecutado por los militares, fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Oliva fue encontrado en una fosa común del tristemente célebre “Cuadro 33”, un sector del Cementerio de la Capital de la Ciudad de Mendoza en el que fueron enterrados clandestinamente otros desaparecidos. “La aparición de Oliva obedece al resultado de un trabajo arduo de los organismos de derechos humanos, sobretodo de Mariú Carrera y Pablo Seydell, quienes empezaron a investigar ese sector del cementerio sabiendo de cuerpos que habían sido fusilados por los militares. No es casual que el de Oliva sea el tercer caso de los 15 cadáveres que recogió el EAAF, teniendo en cuenta que la mayoría de ellos eran jóvenes de entre 20 y 25 años que murieron con un disparo en la nuca”, dijo a Infojus Noticias Juan Manuel González, subsecretario de Derechos Humanos de Mendoza y explicó que los investigadores confirmaron que se trataba del joven salteño comparando el material genético que hallaron con muestras de sangre de sus hermanos.
Oliva tenía 26 años, militaba en la Juventud Peronista (JP) y desapareció mientras hacía el servicio militar en Mendoza en octubre de 1976. Los militares lo habrían ejecutado a las pocas horas que llegó en calidad de “conscripto”. Mercedes Oliva, hermana de la víctima, relató que lo trasladaron desde Salta al octavo regimiento de caballería de Mendoza y que no volvieron a saber de él. "Lo único que nos dijeron los militares es que había salido de franco un fin de semana y que nunca había regresado. Que había desertado", dijo la hermana, que recibió la noticia junto a su madre, una mujer de avanzada edad.
Mariú Carrera habló con Infojus Noticias y reconstruyó la historia de la búsqueda en el siniestro “Cuadro 33”, que hasta hoy sigue funcionando en el cementerio como una fosa común para enterrar a los N.N. y los indigentes. Contó que en 1986 aparecieron los primeros cadáveres en ese sector y que, en calidad de familiares de víctimas, realizaron un pedido para que la justicia federal tomara cartas en el asunto. Años después, en la instrucción del primer juicio por delitos de lesa humanidad –cuyo debate empezó a finales de 2012-, se ordenó excavar el cementerio. En el “Cuadro 33” encontraron fosas comunes: una multitud de huesos desparramados por la tierra.
“Antes que Oliva, el EAAF identificó los cuerpos de Antonio Molina y Osvaldo Rosales. A Oliva lo había ´marcado´ desde Salta y en Mendoza lo ejecutaron. Se reafirma, entonces, la hipótesis de una fosa común que los represores utilizaron de forma sistemática para los enterramientos clandestinos. Hay que seguir buscando. No tenemos dudas que en el futuro habrá nuevos reconocimientos”, dijo la militante de DDHH.
El libro "Cuadro 33. Evidencias y encuentros en la búsqueda de compañeros desaparecidos de Mendoza", cuenta cómo, desde 2010 hasta la fecha, el EAAF realizó seis excavaciones en busca de restos de desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar. El texto fue escrito tras una investigación de la Comisión Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas de Mendoza.
Analizando el efecto de la aparición de Oliva en el actual juicio por delitos de lesa humanidad en la provincia, el subsecretario de DDHH dijo que “hay un nexo directo” porque “los enterramientos clandestinos en el cementerio tienen una relación con lo sucedido en los centros de detención, y en esta megacausa se están juzgando no como hechos aislados sino integrados a un mismo circuito represivo”. Además, el caso de Oliva está integrado en la megacausa de la Universidad Nacional de Salta, que permanece en etapa de instrucción. En este expediente se investiga el secuestro y muerte de estudiantes y docentes de diferentes facultades. Oliva integraba la lista de 200 desaparecidos de Salta.