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Serafín Chambi Mamani confesó haber intentado matar a su esposa prendiéndola fuego frente al hijo de ambos, en una casa de la villa 1-11-14. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 22 hoy lo condenó a diez años de prisión por el delito de "tentativa de homicidio agravado por el vínculo y ensañamiento" en perjuicio de su mujer, identificada como NRP –a quien nombraremos así para proteger su identidad–.

El juicio empezó el martes y terminó hoy sin la presencia de la víctima quien, se presume, viajó a Bolivia, el país natal de ambos. A pesar de su ausencia, el Tribunal, integrado por los jueces Patricia Elisa Cusmanich, Sergio Adrián Paduczak y Angel Gabriel Nardiello, aceptó que el abogado Fernando Bazano, del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico de la Defensoría General de la Nación represente a la mujer en la querella, gracias a un poder que ella firmó.

El fiscal Marcelo Martínez Burgos había pedido la pena de diez años. Mientras que la querella había solicitado en su alegato que se le fijara una pena de 15 años por tentativa de femicidio, porque consideraba que los hechos fueron cometidos en un contexto de violencia de género.

“Lo condenaron por el mínimo. Nos hubiese gustado que tuvieran en cuenta el marco de la violencia de género que es lo que vivía la víctima. Hay que leer los fundamentos para ver por qué no lo hicieron”, dijo Bazano a Infojus Noticias. Los fundamentos de la sentencia se conocerán el próximo jueves a las 14.30.

El imputado llegó detenido al debate oral. En la primera audiencia se negó a declarar pero, tras un receso, pidió la palabra y se limitó a reconocer los hechos por los que se lo acusaba.  El 22 de septiembre de 2013 cuando NRP regresó a su casa en la villa 1-11-14, Chambi Mamani comenzó a golpearla frente al hijo de ambos, de 6 años, hasta dejarla semiinconsciente, luego la roció con alcohol etílico y encendió un cigarrillo. La agresión ocasionó un incendio y quemaduras del 25 por ciento del cuerpo de la mujer, que en ese momento tenía 23 años, localizadas en rostro, cuello, tórax, abdomen, brazos y manos, por lo que sufrió la amputación de dos dedos.

Según la declaración de NRP, ella se casó con Chambi a los 19 años “porque habían tenido un accidente automovilístico y él le dijo que para que pudieran accionar legalmente contra el colectivero tenían que estar casados”.

La historia de violencia comenzó mucho antes del 22 de septiembre de 2013.  Ella contó que “al principio él no la golpeaba, aunque sí había discusiones y empujones”. Según su testimonio, él era “muy celoso” y no la dejaba salir a ningún lado sola. Cuando se compraba ropa no la dejaba elegirla. La obligaba a dormir en otra parte de la casa: en el piso y sin frazadas. Era su “prisionera”.

También la amenazaba con no ver más a su hijo. Y cada vez que ella le advertía que se separaría los golpes se hacían más fuertes. De acuerdo con el relato de NRP sobre la noche en la que la prendió fuego, ella corrió a la ducha para apagar las llamas, mientras él la miraba “como gozando”.

En el requerimiento de elevación a juicio, el fiscal Adrián Giménez señaló que “quedó demostrado en el sumario que el imputado arremetió contra la damnificada con el único propósito de darle fin a su vida” y que “obró con ensañamiento al momento de intentar matarla dado que acrecentó deliberada e innecesariamente su dolor o sufrimiento al rociarla con alcohol y prenderla fuego, previo aplicarle una fuerte golpiza que la dejó semiinconciente y luego haberla observado inconmovible mientras ardía en llamas sin siquiera socorrerla”.

Mujeres que mueren quemadas

La ley 26.791 que incluyó la figura de femicidio entró en vigor el 14 de diciembre de 2012. Esta modificación incorporó el inciso 11 al artículo 80, que castiga con la pena de prisión o reclusión perpetua en los casos en que las mujeres son víctimas de homicidio y el asesinato fue cometido por un hombre en el contexto de violencia de género.

Según el relevamiento que hace el Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, que depende de la Asociación Civil Casa del Encuentro, durante 2014 murieron 277 mujeres víctimas de la violencia de género, 9 de ellas murieron incineradas.

El caso más paradigmático bajo esta modalidad es la muerte de Wanda Taddei. Ella fue atacada con fuego por su esposo Eduardo Vázquez, ex baterista de Callejeros, y murió once días después. En 2009, antes del crimen de Wanda, hubo tres casos de femicidio por incineración; en 2011 el número aumentó, hubo 28. Y crecieron las denuncias en las que la mujer relata que el hombre le dijo “te va a pasar lo mismo que a Wanda”.

MFA/LC