La justicia platense investiga si un policía amigo de Cristian Martínez Poch, el disc jockey acusado de haber mantenido cautiva durante más de 15 días a su pareja y de haber abusado sexualmente de ella y de dos hijas que tuvo con otra mujer, cajoneaba las denuncias presentadas en su contra.
Ayer, el fiscal que investiga la causa le tomó declaración a un policía amigo del disc jockey acusado de drogar, mantener cautiva y abusar de su novia. La justicia platense investiga si el agente, amigo de Cristian Martínez Poch "cajoneaba" las denuncias presentadas en su contra.
El policía, identificado como Diego Bonet, trabaja en el área de Reconocimientos Médicos de la Policía bonaerense. Ayer, frente al Fiscal Marcelo Romero, el policía nego haber "cajoneado" las denuncias, y dijo que conoció al disc jockey de manera casual y que luego mantuvieron un trato habitual en el que charlaban "de filosofía y arte".
La hipótesis con la que trabajan los investigadores es que el policía pudo haber retenido las denuncias por violencia de género que las parejas del disc jockey realizaban en su contra, y que además pudo haber alertado a su amigo de forma que éste pudiera amenazar a sus víctimas para que las retiraran.
En su declaración, el policía explicó que su función en el área de Reconocimientos Médicos no era hacer pericias ni ingresar trámites: "No puedo tener un control de todo lo que pasa". Los voceros consultados dijeron que Bonet afirmó que "nunca" vio violento a Martínez Poch y que lo consideraba una persona "sensible, bohemia y afecta al arte".
El martes 24 de septiembre último, la abogada Vanessa Rial, ex pareja de Martínez Poch, fue rescatada por la policía tras allanarse uno de los departamentos de un edificio ubicado en las calles 23 entre 58 y 59 de La Plata, donde el hombre la tenía cautiva desde principios de ese mismo mes. Durante ese tiempo, el hombre la golpeó, la drogó y abuso sexualmente de ella, según relató la víctima a la prensa y ante el fiscal.
Dos días después de la liberación de la mujer, prestaron declaración testimonial ante el fiscal Romero dos de sus hijas, de 19 y 20 años, quienes relataron que tras la muerte de su madre, cuando eran niñas, fueron abusadas por su padre.
El miércoles último, en tanto, Martínez Poch pidió declarar ante el fiscal y afirmó que lo relatado por Rial "es una saga de mentiras, ficciones y sandeces".
El hombre está imputado por los delitos de "privación ilegal de la libertad doblemente agravada, en concurso real con corrupción de menores agravada, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal calificado"