Luciano Sosto, quien comenzó a ser juzgado por la violación y el asesinato de su madre, se declaró hoy inocente. Ante los jueces, dijo que no entiende cómo terminó preso por el matricidio y que tenía una excelente relación con su madre. El padre lo defendió y aseguró "no tiene nada que ver con el crimen".
En una declaración de cuatro horas y media ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 8, Luciano Sosto (37) contestó todas las preguntas y lloró varias veces al recordar a su madre, Estela Garcilazo (69), quien fue hallada estrangulada en su departamento del barrio porteño de Palermo el 26 de diciembre de 2013.
Por su padre, el padre del acusado, el empresario gastronómico Carlos Alberto Sosto,aseguró hoy en el juicio que está convencido de la inocencia de su hijo, al afirmar que "no tuvo nada que ver con la muerte de su madre" y que no puede creer que "nadie haya salido a buscar" al verdadero asesino.
Elegantemente vestido con pantalón celeste, camisa blanca, suéter azul escote en “V”, campera ultraliviana de pluma azul y zapatillas de lona cuadrillé, Sosto miró a los jueces Alfredo Alejando Sañudo, Ricardo Ángel Basílico y Fernando Larraín y les dijo: “Es absurda esta acusación”.
“Es una incógnita todo esto”, dijo en referencia a quién pudo haber abusado y asesinado a su madre, para luego desvincularse del crimen al afirmar: “Estamos convencidos de mi inocencia, y yo más que nadie porque sé lo que hice". Al describir cómo se llevaba con su madre, dijo que ella era su "compañera de la vida” y que “había una relación muy intensa de madre a hijo, muy afectiva”, que para él ella "no era una carga" y que él "la adoraba". “Sabía de mi orientación sexual y la aprobaba. Era incondicional el amor que nos teníamos”, agregó.
Sosto inició su declaración con el interrogatorio personal, en el que contó que era licenciado en marketing, que había tenido dos restaurantes –“Lucky Luciano” en Palermo y “Las Loras” en San Telmo-, que luego se dedicó a su actividad de sommelier y fundó el Centro Argentino de Bebidas Espirituosas, hasta que comenzó a tener una vida “más ociosa” y adicción con las drogas.
”Consumía diariamente marihuana y cocaína”, contó y explicó que compraba de “tres a cuatro gramos de cocaína por semana”, que su casa “era una especie de aguantadero” donde iban amigos a consumir e incluso reconoció que cuando fue a declarar la noche en que apareció muerta su madre, consumió esa droga “en el baño de la seccional” 23.
Afirmó que vivía de una renta de 4.500 pesos de un departamento que tenía en la calle Kennedy y que su madre lo ayudaba y le pagaba las expensas y todos los gastos.
La hipótesis del móvil económico
A preguntas de la fiscal Diana Goral, Sosto negó hoy tener alguna deuda con su “dealer”, una travesti a la que tenía agendada en su celular como “Daniela Pala” -esa es una de las hipótesis de un móvil económico para el crimen-, y explicó que le hacía una compra semanal de 450 pesos.
Pero al preguntarle por un mensaje de texto del 25 de diciembre en el que Sosto le dice a la dealer “tengo todo para saldar mis deudas, vení porfa”, el sommelier tuvo que reconocer que a lo mejor le había quedado debiendo pero sólo los 450 pesos del día anterior.
“En mi caja de seguridad encontraron plata mía. Yo no necesitaba plata”, aseguró y explicó que en esa época le quedaba dinero de unas acciones que había vendido.
También dio una explicación de por qué encontraron en la caja fuerte de su departamento, el bolsito de pana azul donde su madre guardaba la mensualidad que le mandaba su esposo, de quien estaba separada, al afirmar que se lo llevó a su casa por temor a que se lo lleven los policías.
Sosto volvió a dar una versión similar a las que brindó en la instrucción para explicar cómo fue que, según él, encontró a su madre tirada en el piso de la cocina el 26 de diciembre alrededor de las 15.
Explicó que la última vez que estuvo con su madre fue en la Nochebuena de 2013 en el departamento de ella, el 4to. “B” del edificio de la calle Seguí 4444, que a la madrugada salió con amigos, que el día 25 estuvo en su casa sin dormir con “Iñaqui”, un joven con el que consumía cocaína y tenía relaciones sexuales, y que a la noche estuvo chateando y mirando pornografía.
El 26 se despertó a la mañana por el llamado de una amiga, llamó a lo de su madre, no le contestó, se volvió a acostar y aproximadamente a las 14.30 se despertó por un corte de luz que hubo en el edificio.
Sosto contó que cuando bajó por las escaleras de su departamento del 5to. “B” con un bolso con envases para ir a hacer compras, pasó por la puerta de la casa de su madre, escuchó “un quejido” y decidió ir a ver si necesitaba algo.
Así abrió la puerta de servicio de la casa de su madre y la encontró tirada en el piso de la cocina boca abajo, explicó que la dio vuelta, trató de reanimarla y que llamó a emergencias del Hospital Alemán.
Sosto reconoció hoy su voz en las dos grabaciones de esas llamadas que se reprodujeron en la audiencia y se realizaron a las 15.07 y las 15.31, donde se advierten algunas contradicciones como que primero dijo que “estaba en shock la persona... muerta” y luego le pregunta a una operadora si conocía primeros auxilios porque la persona estaba en “con convulsiones”.
Explicó que escuchó esos audios decenas de veces en la cárcel de Marcos Paz cuando los difundió el canal C5N y que cualquiera que lo conoce sabe que esa no es su voz normal, sino que estaba “con un grado de excitación”.
Sosto reconoció hoy que cometió algunas “torpezas” como las cosas que dijo en las llamadas, pero lo atribuyó al mal momento.
“La persona que más amaba en mi vida la encontré muerta en el piso. Me desesperé. Yo reaccioné como pude. Si hubiese estado sobrio, hubiese llevado la situación de otras manera”, dijo.
“Los asocié a una caída. En ningún momento pensé que alguien había hecho algo malo o la habían matada”, dijo el sommelier, quien recalcó que tampoco ninguno de los policías o “profesionales” que habían pasado por el departamento advirtieron nada raro.
"Mi hijo no tuvo nada que ver con la muerte de la madre"
El empresario Carlos Sosto, padre del acusado, declaró esta tarde ante los jueces del TOC 8. Les aseguró que está convencido de la inocencia de su hijo, al afirmar que "no tuvo nada que ver con la muerte de su madre" y que no puede creer que "nadie haya salido a buscar" al verdadero asesino.
Si bien en la causa se constituyó como querellante, por ser el viudo de Estela Garcilazo, el hombre y su abogado, Fernando Díaz Cantón, fueron apartados y no pueden participar como parte en el debate porque actúan en la causa como una "defensa paralela".
"Esto que me ha sucedido es una tragedia. Mi hijo no tuvo nada que ver con la muerte de su madre. Si yo tuviera la más mínima duda, yo no estaría aquí. (Sus hijos) Luciano y (Martiniano) Guido son mis dos brazos y Graciela es la mujer de mi vida", afirmó el empresario ante el tribunal en lo que fue el inicio de una emotiva declaración.
"Esto es terrible. Estoy sufriendo un martirio. Luciano siempre fue una maravilla como ser humano y como hijo. Sólo orgullo tengo para él", señaló Sosto, mientras su hijo, desde el banquillo de los acusados, se quebraba en llanto.
"Graciela es, fue y será el amor de mi vida. Estoy buscando al maldito que puede haberle hecho algo", recalcó el viudo, quien en otro tramo de su declaración y ante una pregunta de la la defensa contó que su hijo le dijo "yo no cometí esto, ni en pedo", y que él le cree desde el primer día.
Por la mañana, Sosto padre difundió por Télam una carta en la que afirma que "es inimaginable" que su hijo haya matado y abusado sexualmente de su madre y que está viviendo un "doble drama" porque su hijo "está preso bajo una acusación injusta y el asesino goza de libertad e impunidad".
En la carta que envió a Télam, la querella cuestionó a la investigación realizada en el marco del caso a la que calificó como "deficiente", y señaló que entre otras cosas "se demoró inexplicablemente el análisis de las muestras de semen, lo que impidió dar con la persona responsable del macabro suceso".
Télam/LC