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El suboficial Orlando González y Edgardo Aroldo Otero, quienes fueron las dos caras de una misma moneda en la represión clandestina que se desató al interior de la Escuela de Mecánica de la Armada, declararon hoy en una nueva audiencia por los crímenes cometidos por el Grupo de Tareas 3.3.2 de la Armada. Ellos se movieron en los dos extremos de la cadena de mandos: “Formaron parte del aparato de poder y la estructura funcional que puso en práctica el plan de exterminio”, definió una fuente de la causa.

El gran ausente fue Eugenio Vilardo, que iba a ser el tercero de los indagados. Fue uno de los empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores  y actuó en el Centro Piloto de París, esa estructura pergeñada por el almirante Eduardo Massera para contrarrestar las denuncias de los exiliados argentinos. Pero Vilardo faltó a la cita, nadie dio los motivos y su testimonio se reprogramó sin fecha concreta.

González, alias “El Hormiga”, terminó un larguísimo testimonio que había empezado dos jornadas atrás, cuando en sesiones de dos y cinco horas había jurado su inocencia. En lo central, “El Hormiga” dijo que sólo era un cabo, y que como tal no tenía acceso a todas las áreas de la ESMA. Sin embargo, fueron más de 50 secuestrados los que lo vieron pasearse por el interior del centro clandestino.

Otero, conocido en el inframundo como “Honda”, dijo que sólo en uno de los cuatro cargos que ocupó en la Marina de Guerra, tuvo contacto directo con la ESMA: cuando en diciembre de 1980 asumió como director del lugar. Sin embargo, a lo largo del tiempo fue adquiriendo mayor responsabilidad dentro de la Armada y en todos los puestos tuvo dominio sobre la planificación, la dirección intelectual y la ejecución de lo que pasaba en la ESMA.

Entre el 21 de abril de 1977 y el 26 de enero de 1979 fue jefe de planeamiento naval de la Jefatura de Operaciones del Estado Mayor General de la Armada. Luego, desde el 23 de enero de 1980 hasta el 26 de diciembre del mismo año, asumió nada menos que como como director.

A fin de año, el 26 de diciembre de 1980 y el 1 de febrero de 1982 fue subjefe de la Jefatura de Operaciones del Estado Mayor General de la Armada hasta el 27 de abril de 1982, que asumió como jefe de la Comisión Coordinadora de Reestructuración Naval (CORENA). Por último, entre el 14 de julio de 1982 y el 29 de diciembre de ese año, cumplió funciones como jefe de la Jefatura de Operaciones del Estado Mayor General de la Armada.

Durante la investigación preliminar de la causa, varios sobrevivientes lo mencionaron. Víctor Basterra indicó que, a comienzos de 1980, cuando Edgardo Aroldo Otero reemplazó a José Supicich en la dirección de la ESMA, decidió el destino del “grupo Villaflor” (a excepción del de Raimundo Villaflor que había muerto el 7 de agosto de 1979) y de otros detenidos que desaparecieron la misma noche, entre los que se encontraba el militante montonero Hugo Alberto Palmeiro.

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